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Piden que no se liberen los ratones de las trampas para serpientes en Ibiza

Amics de la Terra lanza una campaña para pedir a la gente que no libere a los ratones de las trampas: «Ni se los comen ni sienten miedo»

Dos ratones en dos trampas para cazar serpientes en el centro de la isla.

«Algunas personas, principalmente angloparlantes, quizás no han entendido la necesidad de usar ratones para atraer a las serpientes y están acusando a nuestros voluntarios de maltrato animal», afirma Amics de la Terra en una de sus últimas entradas en Instagram, donde ha iniciado una campaña para acabar con algunos bulos y malentendidos sobre las trampas para serpientes que podrían dar al traste con la iniciativa. En las últimas semanas, la asociación ha recibido críticas en redes sociales por este sistema de caza de los indeseables ofidios y, además, se han encontrado algunas trampas «machacadas» o en las que «se había liberado al ratón», explica Hazel Morgan, presidenta de la entidad.

«Hay muchas ideas ridículas», comenta Morgan. Se refiere, por ejemplo, a quienes critican la campaña porque creen que la serpiente se come al ratón, como si fuera el cebo de una caña de pescar. También los hay que aseguran que el pequeño roedor se muere de un ataque al corazón cuando una bicha se acerca a la trampa. «Hay mucha ignorancia», afirma la presidenta de Amics de la Terra.

Las trampas, recuerdan desde la agrupación, están divididas en dos compartimentos completamente separados. En uno, con agua, comida y paja o papel de periódico que hacen las veces de camita, vive el ratón. Cuando la serpiente ve a su presa preferida, entra en la trampa por un agujero que la conduce a un espacio separado. El ratón, ni ve al ofidio, que no puede salir de ese espacio.

Como una mascota

«Los voluntarios cuidan a los ratones», asegura el post de Instagram. «Les decimos que los cuiden como si fueran mascotas», comenta Morgan, que explica que el objetivo de la campaña es explicar bien cómo funcionan las trampas de forma constructiva, ya que no quieren entrar en discusiones en las redes sociales. La iniciativa, además de explicar que las serpientes no tienen como última comida un lustroso ratoncito, afirma que éstos no temen a los reptiles no sólo porque la madera que separa los dos espacios de las trampas no es transparente sino, además «porque al estar criados en cautividad no reconocen a sus depredadores, por lo que no sufren estrés».

El principal mensaje de la asociación es que quienes no entiendan la forma en la que voluntarios de toda la isla están intentando reducir las serpientes para evitar la extinción de la sargantana, no dejen libres a los ratones: «Estos ratoncitos no saben cómo sobrevivir en libertad, así que no piensen que les están haciendo un favor dejándolos libres». «Están condenados», abunda Morgan, que destaca que el frío es «el principal enemigo» de los ratones, a los que califica como «héroes» de la lucha contra la invasión de las serpientes. De hecho, recalca que a los voluntarios se les aconseja que, si pueden, en el momento en que empieza a hacer frío guarden las trampas en un lugar protegido durante las noches o, si no es posible, que las protejan de alguna forma. También se les pide que comprueben regularmente no sólo que tienen agua y comida sino también que el papel que les hace de nido esté bien.

En estos momentos, en la asociación están planteándose algunos cambios en las trampas para, precisamente, mejorar el bienestar de estos animales. Están pensando, por ejemplo, poner dos ratones por trampa para que puedan darse calor uno al otro. «No todo el mundo querrá tener dos, pero es una idea que tenemos», adelanta la presidenta de Amics de la Terra.

La última petición de Amics de la Terra a estas personas es que colaboren «para salvar a nuestras pequeñas lagartijas no difundiendo ideas o críticas infundadas».

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