Las Pitiusas cerraron el pasado mes de agosto con unos porcentajes de ocupación de las plazas hoteleras realmente buenos, especialmente en Formentera, donde ocho de cada diez camas se vendieron, un 82,7%, lo que implica un descenso de apenas siete puntos con respecto a agosto de 2019. Y con todos los establecimientos de alojamiento abiertos. Todo un éxito.
El caso de la isla de Ibiza es sensiblemente diferente. Primero porque la ocupación no fue tan elevada el mes pasado y se quedó en el 77,9% (un dato nada desdeñable, por otro lado, en un verano pendiente todavía de los vaivenes que provoca en el mercado turístico la crisis del covid), según el balance sobre la ocupación facilitado ayer por la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (Fehif).
Pero sobre todo porque este porcentaje de plazas vendidas en agosto es sobre un 70% de la planta hotelera abierta. Esto es, la patronal ibicenca puso en el mercado el mes pasado a siete de cada diez establecimientos hoteleros de los que dispone y que suelen estar repletos en un agosto normal, que no obstante lograron ocupar una media de ocho de cada diez de sus camas.
Las cifras de agosto son satisfactorias, pero no para tirar cohetes porque apenas hemos tenido dos meses buenos este verano»
Para la presidenta de la Fehif, Ana Gordillo, las cifras de ocupación de agosto son «satisfactorias, pero no para tirar cohetes porque apenas hemos tenido dos meses buenos este verano», julio y agosto. En cualquier caso, reconoce que estos datos son un «alivio» para los empresarios hoteleros, que con el negocio que han generado este verano «podrán saldar deudas y pagar impuestos», matizó.
Gordillo valora que las islas han sido de los destinos turísticos del país menos damnificados por la crisis sanitaria, principalmente porque se han convertido en la opción de muchos visitantes nacionales y del entorno de la Unión Europea. ¿Por qué? «Por su cercanía y por la seguridad que ofrecen» las dos islas, detalló.
Por zonas
En cuanto a los resultados de la ocupación por zonas turísticas, el peor resultado lo obtuvo Santa Eulària, con un descenso del 26% en la ocupación de los establecimientos que tuvo abiertos en agosto. El mes arrojó un porcentaje del 68,8% cuando en el mismo mes de hace dos años se elevó al 93,4%. Es una diferencia de 24,5 puntos, según la estadística de la patronal.
La presidenta de los hoteleros advirtió de que todas las zonas turísticas tienen una oferta turística «muy diversa», por lo que el análisis de los resultados se complica. «Es lo bueno que tiene Ibiza», apunta no obstante, «que ofrece de todo» al turista.
Siguiendo el análisis por las zonas de la isla de Ibiza, en contraposición a Santa Eulària se encuentra Sant Antoni y la bahía, con un 82,5% de ocupación hotelera. No deja de resultar curioso que sólo haya perdido el 10,9% de la ocupación, el mejor dato de la isla, cuando en teoría su oferta está más enfocada al turismo británico, uno de los que más quebraderos de cabeza ha dado al sector este verano por los continuos cambios en las restricciones del gobierno británicos a sus residentes a la hora de viajar.
En la zona norte de la isla se alcanzó el 80,1%, 15,9 puntos menos que en 2019, y en Ibiza, el 78,9%, cuando en agosto de hace dos años registró el 93,7%.
Finalmente, Sant Josep tuvo un 78,3%, un 15,2% menos que en agosto de 2019.
