Risa, humor y sátira para suplir el dolor que las personas del colectivo LGTBIQ+ sienten cuando son humilladas, vejadas, maltratadas y odiadas. Eso es lo que de una forma descarnada pone en escena Carol Brest, directora, autora y actriz de colectivo creativo Akrobatikibiza en su obra titulada ‘Hijos de Putin’, dentro del programa Ibiza Gay Pride 2021. Este viaje al humor se podrá ver mañana y pasado en Can Ventosa (reservas previas).
La idea nació hace algunos años con otro título más provocador y explícito ‘Cipotohn’ , acrónimo del inventado Centro Internacional para la orientación de trastornos obsesivos hormonales neurosexuales en el que son internados los cuatro personajes principales, bajo las órdenes de dos severos vigilantes .
La obra tiene un ritmo trepidante que no deja al espectador descansar ni un momento ante la tensión dramática. Una hora de risa continua que sale de la idea de poner al ser humano ante sus peores sentimientos, como el odio, tan inútil como destructivo.
Por eso la autora y directora, Carol Brest, ha contado con elenco multidisciplinar de artistas que intervienen: «Es una obra de teatro inspirada en el cabaret y con un claro mensaje de concienciación, tiene mucho ritmo y un humor muy ácido y mucha interacción con el público, siempre respetando las normas covid. También hay un cuadro flamenco varios números de acrobacia y proyecciones, y el humor es muy divertido y subido de tono», explica. «Todos los miembros de la compañía somos LGTBIQ+ y todos los casos de homofobia que están saliendo nos tocan de cerca y nos provocan un sentimiento de impotencia, rabia e indignación porque seguimos sin entender cómo puede seguir sucediendo».
La obra de teatro está inspirada en el frente que abrió Putin en Rusia en 2017 contra los homosexuales: «Era cuando se hablaba de los campos de reconversión del colectivo LGTIB en heterosexuales. En 2020 Putin dijo que mientras que él fuera presidente en Rusia no habría matrimonio homosexual». Carol Brest explica que esas son las historias que le gustan contar: «Me gustan los espectáculos grupales y aunque lo de Rusia me inspiró, también es un poco una parodia de la chaqueta metálica».
El argumento transcurre en un cuartel militar «al que son destinados cuatro personajes: una ibicenca, un formenterés, un andaluz residente desde hace muchos años y una argentina».
La producción cuenta con seis actores, tres acróbatas, dos bailarines y cuatro figurantes.
Tiempos convulsos
‘Hijos de Putin’ se estrenó en 2017 con el nombre de ‘Cipotohn’, pero luego la autora decidió cambiarlo de nombre. En escena, además de los cuatro personajes a reeducar en su orientación sexual están el sargento Balonov y la enfermera Chochenkova, encargados de acabar con el supuesto trastorno sexual que a su juicio sufren los internos del centro de reeducación. Al final de la obra «se sabe si lo logran o no», precisa la directora.
«Con la muerte de Samuel, una agresión en Barcelona y demás, parece que vivimos de nuevo tiempos muy convulsos y me da la sensación de que vamos para atrás en este campo. Por eso pienso que estas cosas siguen siendo necesarias y si algún día dejan de serlo será una manera de recordar lo que no tiene que volver a pasar», comenta Carol Brest.
