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Ibiza pierde en 2020 el agua de 5.500 piscinas de es Raspallar

El porcentaje de las fugas de la red de suministro se sitúa en el 29,9%, algo más de dos puntos por encima que en el año anterior

Trabajos para arreglar una canalizaciónde agua en el camí de s’Olivera, en una imagen de archivo. | J. M. L.R.

Las pérdidas de agua de la red de abastecimiento se situaron el año pasado en el 29,9%, algo más de dos puntos (27,74%) que en 2019, según los datos actualizados de la conselleria balear de Medio Ambiente. Con la bajada del consumo de agua (un 16% menos) como consecuencia de la pandemia también se registró una disminución del volumen de agua desperdiciada, un 6,3% menos con respecto al año anterior. En concreto, en 2020, se perdió un volumen de 4,9 hectómetros cúbicos, lo que equivale a la capacidad de 5.500 piscinas de 25 metros como la de es Raspallar.

En Formentera, en cambio, la fuga de agua de las redes se situó en el 10%, dos puntos y medio por debajo de 2019. En cifras absolutas, el volumen del agua desaprovechada (0,051 hectómetros cúbicos) bajó casi un 43% en comparación con el año anterior.

La directora general de Recursos Hídricos, Joana Maria Garau, sostiene que «hay que continuar trabajando mucho en esta línea», porque el volumen de agua que se fuga de las redes cada año «se mantiene constante» pero sigue «siendo importante». «De los 16,3 hectómetros cúbicos que se suministraron, casi cinco no llegaron a las casas. Es mucho», destaca.

Las pérdidas de agua se evalúan con el porcentaje de la diferencia del volumen del agua que sale de los grifos de la población con respecto a la que se suministra, tanto de los acuíferos como de las desalinizadoras. Hay que tener en cuenta que el Plan Hidrológico prevé que en 2021 las fugas en Ibiza bajen del 25%, cuando el año pasado se perdió el 29,9%. Garau apunta que este dato se debe tomar «con cautela» por el hecho de que el año pasado se redujo bastante el consumo de agua por la crisis sanitaria, lo cual condiciona que, como el volumen de agua que se pierde es más o menos constante, el porcentaje sea superior.

Por ejemplo, en el caso del municipio de Sant Josep, el que tiene más pérdidas de la isla, disminuyó el año pasado el volumen de agua desperdiciada (1,933 hectómetros cúbicos, cuando en 2019 se registraron 2,192), pero, en cambio, aumentó el porcentaje, que se sitúa en el 41,47%, un punto y medio por encima que en 2019. Lo mismo sucede en el caso de Sant Joan.

En cambio, en el municipio de Ibiza aumenta el volumen de agua que se perdió el año pasado. En concreto, en 2020 se desperdiciaron 0,953 hectómetros cúbicos, un 25% más que en 2019 (0,761). El porcentaje de la diferencia del agua consumida con respecto a la suministrada se situaba en el 23,3%, cuando el año anterior era del 16,5%, lo que supone un retroceso importante.

Aparte de que el descenso del consumo de agua pueda condicionar que aumente el porcentaje de las pérdidas (siempre y cuando estas se mantengan constantes), Garau también apunta que se puede producir un mayor desperdicio de agua por el hecho de que, como hay menos demanda, el agua circula por las canalizaciones de la red a menor presión.

Santa Eulària es el municipio que en 2020 perdió menos agua, con un 16%. La mejoría fue notable. El volumen desperdiciado fue de 0,724 hectómetros cúbicos, un 60,6% menos que en 2019, cuando el porcentaje de agua extraviada era del 31,2% (la diferencia entre el agua suministrada y la consumida), casi el doble que en 2020.

En números absolutos, sólo Sant Joan y Sant Antoni perdieron un menor volumen de agua, con un total de 0,083 y 0,425 hectómetros cúbicos, aunque el porcentaje de las fugas se situaba en un 23,2% y un 21,24%, respectivamente.

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