La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) manifiesta en sus cifras anuales que, en los últimos años, se viene observando un incremento global de la incidencia de cáncer en las mujeres, siendo los más frecuentes en España, en el último año, los de mama y colon-recto. Además señalan que globalmente, la supervivencia a cinco años de los pacientes diagnosticados en el periodo 2008-2013 en España fue del 61,7% en las mujeres.

La pérdida de salud incide en la actividad laboral de la mujer

Teniendo en cuenta estos datos y en lo que se refiere al aspecto laboral en la mujer afectada de cáncer, la psicooncóloga de la Asociación Pitiusa de Ayuda a Afectados de Cáncer (APAAC), Beatriz Yusta manifiesta que ante el inicio de un proceso oncológico (diagnóstico de cáncer y tratamientos) “las mujeres que lo padecen se encuentran en la necesidad de centrar su atención y recursos personales en hacer frente a esta enfermedad, en adaptar todas las áreas de su vida (personales, familiares, laborales y sociales) de manera que faciliten el afrontamiento de los efectos secundarios y secuelas asociadas al cáncer y sus tratamientos”. Yusta recuerda que esta adaptación supone múltiples pérdidas para la persona. La pérdida de la salud en primer lugar, “iniciándose con el diagnóstico, que le hace tomar conciencia de la fragilidad vital, seguido de los efectos secundarios que provocan los tratamientos para el cáncer (cansancio físico, náuseas, limitaciones físicas, ansiedad, depresión, distrés) y las secuelas consecuencia de todo el proceso, como son los dolores crónicos, linfedema, pérdida de sensibilidad, dificultades cognitivas, amputaciones, etc. “Y es precisamente esta pérdida la principal causante del alejamiento del mundo laboral y por tanto la pérdida su actividad”, añade Yusta. 

Ya en 2017, José Manuel Vicente Pardo, del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) de Guipuzcoa y Araceli López-Guillén García, del INSS de Murcia, realizan un metaestudio publicado en la revista Medicina y Seguridad del Trabajo (’Problemas y factores psicológicos en el retorno al trabajo tras incapacidad temporal prolongada por cáncer de mama’) en el que se afirma que el cáncer de mama afecta en su mayor parte a mujeres en plena edad laboral (45-65 años), el cual supone una gran repercusión económica para ellas y que además dificulta el retorno laboral por las secuelas del tumor y el tratamiento, así como por la aparición de trastornos psicológicos. 

Discriminación laboral

En esta publicación también se menciona otro estudio realizado por la fundación Edificando Vidas, en el que afirman que 4 de cada 10 mujeres diagnosticadas con cáncer de mama son víctimas de discriminación en sus trabajos anualmente, siendo el estigma de la improductividad el rasgo predominante en cada uno de estos despidos. Además López-Guillem y Vicente determinan que tan solo el 53% de las mujeres con cáncer de mama se reincorporan al trabajo al agotar los plazos legales de la incapacidad temporal.

En 2018 publican los autores publican otro estudio relacionado con el retorno laboral tras la incapacidad, en el que aseguran que “los factores ambientales, el apoyo de los/as jefes y compañeros/as y las actitudes sociales, influyen de manera determinante en la reincorporación laboral; y que pueden actuar como obstáculos o como factores facilitadores en el proceso adaptativo de la mujer.” 

Así mismo la Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente UGT-CEC publicó en 2019 el Folleto ‘Cómo volver al trabajo después del cáncer’. En dicha publicación se manifiesta la necesidad de adoptar medidas desde las empresas que faciliten la reincorporación laboral progresiva, proporcionando tareas adaptadas a la persona trabajadora tras el alta médica a causa de un proceso oncológico. Sugieren que estas medidas de apoyo deben llevarse a cabo desde el principio del diagnóstico de la enfermedad, así como durante las fases de tratamiento e incorporación, de forma que exista una buena comunicación entre las partes fomentando una reincorporación satisfactoria, proporcionando seguridad y confianza a la trabajadora. 

UGT-CEC sustentan la necesidad de impulsar estrategias y planes de actuación dentro de las empresas debido a que la alta prevalencia de esta enfermedad justifica la necesidad. Para prevenir los riesgos, dificultades y barreras laborales ante la incorporación laboral de las mujeres afectadas, son necesarios programas integrales y campañas de prevención, sensibilización e información sobre el abordaje del cáncer de mama dentro de las empresas y organizaciones. El objetivo de estas iniciativas es la resolución de conflictos mayoritariamente originados por la desinformación y el desconocimiento que conlleva el proceso de esta enfermedad.