«Actualmente la situación laboral es desastrosa. Tanto en Balears como en el resto de España. Otra vez los empresarios nos quieren hacer pagar la crisis a nosotras, como hicieron en 2008, mientras que las empresas hoteleras han visto aumentar sus ingresos en los últimos 10 años. Nosotras cada vez estamos más enfermas y pobres», denunciaron ayer las kellys de Eivissa, en un comunicado por el segundo aniversario de la huelga de las camareras de piso en la isla.

En la nota, las kellys recuerdan que, en aquel «histórico» paro, en el que participaron «más de dos mil mujeres que durante dos días perdieron el miedo y salieron a la calle a decir basta», no se exigía ningún aumento salarial, sino «el cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales y la obligación del empresario de hacer todo lo necesario para cuidar de la salud de sus trabajadoras». Un derecho a la salud que, critican, todavía les niegan tanto patronal como instituciones, «incluso los partidos políticos que ahora están en el Gobierno, que en época de elecciones prometían, a cambio de un voto, que se solidarizaban con la lucha de las kellys». Así, recuerdan que, aunque sus enfermedades profesionales están «supuestamente» reconocidas, el catálogo sigue sin actualizarse, y denuncian también que, frente a su reivindicación de una jubilación a los 60 años, la reforma de las pensiones las condena en cambio «a ser trabajadoras enfermas» y jubilarse con retribuciones mínimas.

Las kellys de Eivissa y Formentera abogan, finalmente, por la unidad de todas las camareras de piso, en la plataforma estatal constituida recientemente, y una huelga nacional de hostelería el próximo año para que se oiga su voz.