En 2020 el trabajo en los bares de Talamanca cayó debido a la pandemia del covid. Este año ha habido semanas en los que los números han sido muy parecidos a los de los años prepandemia, aunque conviviendo con días sin prácticamente demanda en estos establecimientos costeros.
«Junio y julio fueron muy irregulares. Hubo momentos de incremento de la clientela, y otros en los que prácticamente no teníamos gente. La primera quincena de agosto, sin embargo, teníamos la misma demanda que en 2019, pero ha vuelto a caer desde este último domingo día 15. Por tanto, si tengo que definir esta temporada, lo haría con la palabra ‘irregular’», afirma Rafa Rionda, camarero del Hostal Talamanca, que ha visto como la demanda ha mejorado respecto a 2020, pero siguen lejos de la regularidad de los años anteriores.
Si en un sector ha afectado y mucho la pandemia del covid, es en el de la hostelería. En los establecimientos de Talamanca, previo de este suceso histórico que está marcando un antes y un después en la humanidad, la ocupación era máxima y las cajas se llenaban. Cenar en un bar a pie de playa en Ibiza ha estado siempre muy bien valorado. Sin embargo, debido a las restricciones actuales, la demanda cayó en picado en 2020, y este 2021 se está empezando a recuperar aunque con una clara irregularidad.
«A nivel de 2019 no está. Sí podemos decir que, después de una primera quincena en la que parecía que nos recuperábamos, el comentario general es que estos últimos días de agosto va a haber otra caída y vamos a tener muy poca demanda», afirma Rionda. «Este domingo se espera que sea el punto más bajo de todo el verano. Han caído el número de reservas en hoteles, en los bares, hostales...», añade. «El punto positivo es que hemos notado un crecimiento muy notable respecto a 2020», matiza una compañera de Rionda.
Caída desde el domingo
Por su parte, Diego Marangón, trabajador del Shu Ibiza Talamanca Beach Club, también destaca la irregularidad para referirse a esta temporada. «Ahora, después de varios días de trabajo muy buenos, está empezando a caer otra vez», dice. «Además, nosotros nos hemos visto muy afectados por el tema de las hamacas, sobre todo por la mañana y al mediodía. Antes mucha gente pedía la comida y comía directamente en la playa. Ahora que no las tenemos, se ven obligados a entrar dentro, porque comer en la arena es muy sucio e incómodo. Por la noche, sin embargo, trabajamos mucho mejor», añade el trabajador del beach club. Además afirma que el año pasado «sucedió parecido, la primera quincena de agosto mejor que la segunda».
Sus vecinos, los trabajadores de El Barco, sufren algo similar, pues también tienen el problema de las hamacas y cierta irregularidad en la ocupación. «No es el boom de otros años, pero viendo la situación por la que pasamos, tampoco estamos trabajando tan mal, sobre todo al mediodía», afirma un trabajador del establecimiento. «Se nota mucho que está bajando la demanda estos días. Al principio de verano fue muy raro. Había momentos que parecía que arrancaba la temporada, pero luego volvía a caer. Es una temporada muy extraña», añade otro trabajador de El Barco, Juan Francisco Peña. En cuanto a la falta de hamacas, afirman que les ha «perjudicado bastante». «El paso de tener 70 hamacas a no tener ninguna ha sido un efecto muy negativo, desde luego», explican.
Finalmente, Josep Marí, trabajador de El Pulpo, dice estar «sorprendido» porque «esperaba que las cosas estuviesen mucho peor». «Va un poco por días. Hay algunos que piensas que va a haber mucha gente y luego resulta que no la hay, y otros en los que sucede todo lo contrario», afirma Marí.
Falta de atención
Siempre que se habla de Talamanca, es inevitable tratar el tema de la suciedad y de los malos olores. «Aunque este año no se ha hablado tanto de esto, en parte gracias a que veo más conciencia en los usuarios de la playa, sí que es verdad que no se nos presta mucha atención. Muchas veces las papeleras rebosan de bolsas de basura porque hay muy pocas. En el agua muchos barcos destrozan la posidonia y la remueven y vacían sus residuos en el mar, y luego esto llega a la orilla, generando malos olores y situaciones incómodas en los ocupantes de la playa. Y yo personalmente veo muy poca vigilancia. En tierra alguna vez pasa un policía, pero en el agua hemos visto muy pocas veces patrullas», afirma el trabajador de El Barco.
« Esta segunda quincena de agosto la demanda va a caer hasta el punto más bajo del verano»
«Si se preocupasen un poco más por esta playa, en el sentido de tener mas hamacas, más duchas, se limpiase cada mañana la playa y hubiese más papeleras, quizás sería más visitada», añade. «Es más. Cuando un extranjero te pide a ti como ibicenco que le recomiendes una playa, nunca le vas a decir Talamanca por lo sucia que está. Y es una pena, porque junto a ses Figueretes, es la única playa del centro de Ibiza», se queja. «Es un poco contradictorio, porque este año que necesitamos más vigilancia, hay menos que otros años, y todo esto da muy mala imagen de nuestra isla de cara a los turistas que la visitan», concluye.
« Me esperaba la demanda bastante peor viendo la situación en la que estamos, estoy sorprendido»
«El tema del agua, desde que hicieron las obras de las tuberías ha cambiado bastante. Hay días que tenemos un agua muy limpia, y creo que ha mejorado bastante», afirma por su parte Rafa Rionda, del Hostal Talamanca. «Depende mucho del aire también, de dónde sople y si trae residuos a la orilla», añade. «El tema de los barcos también depende del viento. Si sopla de Levante muy fuerte, se van, porque el mar está muy movido en esta zona. Así que también depende del día», concluye.
« La irregularidad este año ha estado presente en los bares de Talamanca durante todo el verano»
Finalmente, Josep Marí, de El Pulpo, dice ver la playa «mejor que otros años». «Hay un chico que pasa de vez en cuando a limpiar la playa. Sin embargo nunca está de más un poco más de atención para una de las playas del centro de Ibiza», concluye.
