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Transporte público

Usuarios del transporte público: «En los autobuses parece que el covid no existe»

Turistas que llegan procedentes de la península afirman que en sus ciudades los autobuses salen apróximadamente cada 10 minutos y que no hay problemas respecto a las aglomeraciones

Un autobús de la línea 3 con destino a Sant Antoni entra en la parada de la estación de Cetis

«Contradictorio» es el adjetivo que utilizan todos los usuarios que cogen el autobús para referirse a las frecuencias con las que salen los mismos. A primera hora de la mañana, hora punta en la que la gente entra a trabajar y muchos utilizan el transporte público, los buses de la línea de Sant Antoni salen con una frecuencia de media hora. Sin embargo, a partir de las 10.15 horas de la mañana, una vez ya han entrado a trabajar la mayoría de usuarios, los autobuses salen cada 15 minutos. Una situación que se repite también en las últimas horas de la tarde y por la noche.

Papeles con el horario de los autobuses en una parada de la línea 3. | D.T.

Esto provoca que casi desde la primera parada los autobuses vayan completos hasta el punto de obligar a los pasajeros a ir de pie sin respetar la distancia mínima de seguridad. De este modo, ir en autobús supone un riesgo de contagio de covid debido a la cantidad de gente que se junta y a que, muchos usuarios, no llevan mascarilla o la llevan de manera incorrecta, sobre todo en las colas de espera.

Estación de autobuses de Cetis. | D.T.

Contradictorio

«Debería ser al revés. En hora punta tener una frecuencia de 15 minutos, y a medida que pasan las horas, que salgan los buses cada 30 minutos», afirman Enrique y María, una pareja de turistas que llegaron hace unos días a Ibiza procedentes de Valencia. «Por ejemplo en nuestra ciudad, los autobuses no van llenos porque salen cada 5 ó 10 minutos con destino a todos los puntos de la ciudad. Es por esto que nos parece un poco incoherente, y más en una isla con tanta demanda», añaden.

«Nosotras llevamos en Ibiza dos días, hemos venido de Pamplona, y la verdad que cogimos el autobús el otro día para ir a Platja d’en Bossa y alucinamos porque tuvimos que esperar un buen rato para cogerlo, justo como hoy que llevamos aquí ya diez minutos muriéndonos de calor», aseguran dos usuarias que esperan el bus con destino a Santa Eulària en la estación de autobuses Cetis. «Además, mucha gente no usa la mascarilla o se la pone de forma incorrecta sin cubrir la nariz y boca», añaden.

Aglomeraciones

Sin embargo, el principal problema se encuentra a primeras horas de la mañana, cuando la gente, después de esperar hasta 30 minutos y hacer una cola en la que puede llegar a haber hasta 30 personas, se suben al autobús y se encuentran con que ya está lleno y tienen que ir de pie y estar pegados a otras personas, sin respetar la distancia mínima de seguridad. «Hay días que es increíble la de gente que se junta en el autobús, llegando a situaciones de tener que dejar a personas en tierra», afirma otra usuaria que coge habitualmente la línea 3 a primera hora de la mañana. Además, en ocasiones, la parte central de los vehículos se llena de patinetes y carritos y es difícil encontrar un sitio para permanecer de pie que no sea en el pasillo, entre los asientos.

Por su parte, Alberto, no coge a menudo el bus a Sant Antoni, pero siempre que lo ha hecho «iba a reventar», dice. «Muchos turistas llegan de fuera, de lugares donde el transporte público sale con más frecuencia y está todo mejor conectado. Sin embargo, llegan a Ibiza y se encuentran con muchas dificultades a la hora de coger el autobús», afirma. «El número de frecuencias debería aumentar. Aún más teniendo en cuenta la situación pandémica en la que vivimos, que no se ve favorecida por las aglomeraciones que se forman dentro de los autobuses», continúa.

«En los autobuses parece que el covid no existe». Es la contundente frase que deja Ahmed para referirse al servicio de autobuses de Ibiza. «Lo que le importa a la gente es llegar a su destino, independientemente de la cantidad de personas que vayan dentro del vehículo», afirma. «A mí últimamente me toca ir siempre de pie, y voy con gente al lado sin respetar la distancia de seguridad, y muchas veces con personas que ni siquiera llevan la mascarilla. Esto debe cambiar cuanto antes para preservar la salud de los usuarios que cogen el autobús», sentencia.

Voluntad del cambio

Desde el Consell afirman tener la «voluntad de aumentar la frecuencia de salida de los autobuses», asegura el conseller de Transportes, Javier Torres, que se escuda en que las empresas de autobuses no encuentran trabajadores aptos para conducir estos vehículos. «Dada la situación actual, muchos conductores pidieron excedencias, y otros directamente se fueron a otros trabajos, es una situación muy complicada», afirma el conseller. Sin embargo, recuerda que actualmente, el aforo en los autobuses «es del 100% de los asientos y 50% de las plazas para ir de pie». «Tenemos voluntad de que esto cambie, pero hay problemas para encontrar trabajadores», concluye.

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