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Cuatro horas para recoger un cadáver bajo un algarrobo en Ibiza

Estaba “como si fuese un animal”, se lamenta uno de los vecinos del fallecido

La caravana en la que vivía el fallecido

La edad que tenía Stojan es difícil de determinar sin ver su pasaporte. “Entre 50 y 60 años”, dicen sus vecinos, aunque el cálculo puede ser erróneo ya que se trataba de un hombre con una salud delicada.

Este ciudadano de nacionalidad croata falleció hoy en Ibiza en torno a las once de la mañana, pero su cadáver, tendido bajo un algarrobo y tapado con una manta, permaneció cuatro horas a la intemperie hasta que la funeraria lo recogió, en las inmediaciones del bar Can Bellotera (Sant Josep).

Sus vecinos se han quejado amargamente a Diario de Ibiza por la tardanza en retirar el cuerpo. “A cada rato salíamos de casa a ver si ya se lo habían llevado y lo seguíamos viendo ahí, bajo el árbol… y nos daba mucha lástima. Como si fuera un animal”, cuenta uno de ellos.

Stojan, que no disfrutaba de una buena salud, se encontraba mal desde hace unos días, incluso uno de sus vecinos cree que el sábado estuvo ingresado, pero esta mañana su estado empeoró. Pidió al bar Can Bellotera que llamarn a una ambulancia. “Me voy a morir”, cuentan que dijo.

Cuando llegaron los servicios de emergencias el croata se encontraba en el suelo de su caravana. Los sanitarios intentaron reanimarlo pero no pudieron hacer nada por salvar su vida. Seguramente debido a las altas temperaturas que se registran hoy, decidieron sacarlo del vehículo y dejaron el cuerpo bajo un algarrobo tapado con una manta. Al poco rato llegó el médico forense, quien autorizó el levantamiento del cadáver. Pero el vehículo de la funeraria no llegaba. Mientras tanto, una pareja de guardias civiles custodiaba al fallecido Stojan, que fue retirado prácticamente a las tres de la tarde.

Según explican desde Pompas Fúnebres, recibieron el aviso del médico sobre el fallecimiento a las 12.15 horas, pero poco después la Policía les comunicó que el fallecido podría estar afectado por covid, algo que de momento no se ha podido verificar ya que al producirse la muerte fuera de un hospital, no se pueden realizar las pruebas pertinentes. Ante esta posibilidad el equipo de Pompas tuvo que poner en marcha su protocolo covid, que implica vestirse con un traje, gafas y mascarilla específicas. Todas estas circunstancias, sumadas a que en ese momento se estaba recogiendo a otro finado, retrasaron el levantamiento del cadáver.

Un “español” más

La historia de Stojan en Ibiza, al igual que su edad exacta, también es la que cuentan quienes hacía algo más de una década eran sus vecinos.

Al parecer, el croata llegó a Ibiza con un barco que se incendió y acabó en el fondo del mar. Con pocos recursos, hace algo más de 10 años decidió vivir en una caravana en un solar de Sant Josep que se utiliza como aparcamiento. Sus vecinos lo acabaron acogiendo como uno más del barrio y en muchas ocasiones le daban comida. “Él siempre decía que comida tenía, pero que le diésemos una botella de vino”, recuerda hoy uno de ellos.

La convivencia con él nunca fue complicada y Stojan se convirtió en español seguramente sin tener la nacionalidad. “Cuando se enfrentaban las selecciones de fútbol de España y Croacia él siempre decía que no importaba quién ganase, que los dos eran sus países”, explica un vecino.

“El final que ha tenido Stojan es el que todos esperábamos, porque nunca quería ir al médico y sufría su mala salud en silencio”, añade con tristeza.

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