Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Literatura

La periodista ibicenca CAT desmonta mitos y lanza una nueva hipótesis sobre el crimen de las marionetas

Acaba de salir a la calle el último libro de la escritora y criminóloga, en el que analiza en profundidad el asesinato de Ingeborg Schaefer, acaecido en Dalt Vila en julio de 1977, un caso sin resolver que ha alimentado muchas leyendas que la autora descarta

La escritora, periodista y criminóloga ibicenca, en una imagen reciente, en su oficina.

Tras un año intenso de trabajo, ha visto por fin la luz ‘Ingeborg. El crimen de las marionetas’ (Balàfia Postals), el nuevo libro de Cristina Amanda Tur, conocida como CAT. Sacar adelante este proyecto de investigación sobre el asesinato de Ingeborg Schaefer, acaecido en Ibiza en 1977, no ha sido tarea fácil. «La mayoría de personas relacionadas con el tema han desaparecido, hay mucha información contradictoria y, además, mucha leyenda detrás que enturbia la realidad y entorpece la investigación», explicó la autora ayer, fecha en la que, por cierto, se cumplían 44 años de este brutal crimen sin resolver.

Para poder llevar a cabo este trabajo periodístico sobre el asesinato de la viuda del pintor Frank El Punto, CAT contó con la colaboración de Héctor Escandell. Fue precisamente el director de cine ibicenco, que tenía en mente hacer un documental sobre este crimen, que, de momento, está aparcado, quien convenció a CAT para hacer el libro.

Una de las informaciones publicadas el 30 de julio de 1977 en Diario de Ibiza sobre el asesinato de Ingeborg Schaefer. | D.I.

La escritora, periodista y criminóloga ibicenca tiene en su poder el sumario de este asesinato, que rescató hace unos años de los sótanos de los juzgados de Ibiza. A partir de este documento, que está incompleto, la autora empezó su trabajo. La idea era abordar todos los aspectos del suceso, desde la personalidad y la historia de Ingeborg y de Frank El Punto hasta la investigación policial, que condujo hasta dos sospechosos que jamás fueron juzgados, Rolf y Peter Wohlgemuth. Como confirmó durante sus pesquisas la periodista, para el juez y los policías que investigaron el asesinato, los sospechosos oficiales siempre serán estos dos jóvenes hermanos alemanes, que unos meses antes del crimen habían estado pintando en Dalt Vila en la casa de Ingeborg Schaefer, donde ella había abierto un teatro de marionetas. «Rolf y Peter fueron detenidos e interrogados, pero nunca fueron juzgados porque se consideró que los indicios que había contra ellos, los relatos macabros que el mayor de los hermanos escribía, no eran suficientes para ir a juicio», recordó CAT. De la culpabilidad de los Wohlgemuth están convencidos Juan Antonio Villamor, jefe de la Brigada de Investigación Criminal por aquel entonces, y el juez que instruyó el caso, José María Tomás y Tío, dos de las fuentes principales a las que recurrió la escritora para hacer este trabajo.

Portala del libro.  | BALÀFIA POSTALS

Portala del libro. | BALÀFIA POSTALS

CAT lanza en el libro otra hipótesis alternativa, que el asesinato de Ingeborg, que fue golpeada con un candelabro y una máquina de escribir, lo cometiera una tercera sospechosa, Patricia Arklie, una amiga, que al parecer estaba enamorada de la titiritera y que para el entorno de Ingeborg podría ser la culpable del crimen. «Yo no me quedo con ninguna versión. Las dos hipótesis son buenas, pero ninguna acaba de cuadrar», señala la escritora, que también recurrió como fuente a Pepita Ferrer, gerente por entonces del restaurante, bar y galería de arte El Corsario, en el que se daban cita Ingeborg y sus amistades. Este local era muy frecuentado por artistas y por nazis de paso o residentes en la isla. Otto Skorzeny, coronel de las Waffen-SS, es uno de los personajes citados en este libro, en el que aparecen otros nombres muy conocidos como Elmyr de Hory, Errol Flynn y Hans Helfritz. Precisamente uno de los mitos que trata de desmontar CAT es que la muerte de la viuda de Frank fuera una venganza de los nazis que residían en Ibiza. También descarta la leyenda de que fuera un crimen ritual y que sus marionetas fueron halladas junto al cadáver de Ingeborg.

Además de diseccionar este crimen y desmentir «todas las burradas» que se han dicho sobre él, este libro, que ya está disponible en librerías desde la semana pasada, retrata cómo era Ibiza entre los años 50 y los 70 y describe cómo era la Justicia en aquella época.

Compartir el artículo

stats