Conductores de camiones de empresas especializadas en la limpieza y el vaciado de fosas sépticas en Ibiza denunciaron ayer colas de más de una hora en la depuradora de Can Bossa, en la carretera de ses Salines, al ser esta la única planta de la isla habilitada para recoger estos residuos. Una vez retomada la actividad turística, aunque sea a un ritmo menor del de antes de la pandemia, vuelven los problemas de siempre. En este caso, la concentración del vaciado de material de las fosas séptica en esta planta, lo que provoca desde hace tiempo largas colas y, por lo tanto, la pérdida de tiempo de trabajo para las tres empresas que en la isla se dedican a esta actividad.
Desde el Govern, administración responsable de las depuradoras, reconocen el problema y piden paciencia. ¿Para qué? Juan Calvo, secretario general de la Agencia Balear del Agua (Abaqua), recuerda la construcción de la nueva planta de Ibiza en los terrenos próximos al antiguo recinto militar de sa Coma y apunta que estará en funcionamiento «a finales de 2022 o principios de 2023». Esta depuradora prevé este problema y estará «dimensionada» para solucionarlo. Pero mientras tanto no hay alternativa prevista. «Hasta que se construya sólo tenemos la de Can Bossa», reconoce Calvo.
Al recordarle que sólo hay tres empresas en Ibiza que se dedican a la limpieza de fosas sépticas (al menos legalmente, porque desde el sector denuncian que hay intrusismo y que se vierte el contenido de aguas fecales «en cualquier parte de la isla»), y preguntarle si se han reunido con ellas para buscar una solución, el representante de Abaqua reconoció: «Sí nos interesará en un futuro hablar con ellos para tener un mayor control». Además, matizó que nadie se ha puesto en contacto con ellos para plantearles el problema de la depuradora de Can Bossa.
