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El Consell de Ibiza da vía libre a las obras que permitirán peatonalizar Sant Carles

La institución insular aporta a Santa Eulària 1,5 millones de euros para reordenar los viales de acceso a la parroquia, de manera que el tráfico pesado deje de circular por el interior del núcleo urbano

La alcaldesa, el presidente del Consell y el conseller de Territorio examinan el plano de la futura rotonda. toni escobar

Como en las grandes ocasiones, se instalaron ayer en Sant Carles dos carpas, una docena de sillas y megafonía para firmar públicamente el convenio entre el Consell y el Consistorio de Santa Eulària para reordenar los accesos a esa parroquia, paso previo a su peatonalización. Ni el actual presidente del Consell, Vicent Marí, ni la alcaldesa de la Villa del Río, Carmen Ferrer, querían que ese acto pasara a la posteridad como uno más. Como alcalde, el primero, y como edil de Turismo, la segunda, llevan más de un lustro luchando por ese proyecto, «desatascado», en palabras de Marí, tras la llegada de los populares al Consell. La institución insular no sólo ha dado 1,5 millones al Ayuntamiento para la licitación y ejecución del acondicionamiento de las intersecciones y la reordenación de los accesos a Sant Carles, sino que además ha dejado que el propio municipio se encargue de elaborar ese proyecto y de sacarlo próximamente a concurso, «confianza» que agradeció Ferrer y que ya hubiera deseado Marí cuando era alcalde.

La licitación se hará en octubre y la alcaldesa confía en que las obras, que tienen un plazo de ejecución de seis meses, «estén casi acabadas» antes del comienzo de la temporada de 2022. Además, Santa Eulària convocará un concurso de ideas (los 1,5 millones no son para esto) para peatonalizar posteriormente el centro de la parroquia.

Una rotonda a la entrada del pueblo desviará el tráfico a la circunvalación. Por el interior sólo circularán vecinos y emergencias

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El objeto de la intervención es poder permutar con el Consell el tramo de la EI-200 comprendido entre los puntos kilométricos 12,6 y 13 (que atraviesa el núcleo urbano de Sant Carles) por la vía de circunvalación, que ahora es de titularidad municipal. Para ello hay que realizar diversas obras en sendas vías, como explicó el ingeniero municipal Ignacio Ortega, autor, junto a la arquitecta Marta González, de esa propuesta. Una de ellas es la conversión de la intersección en T que hay a la entrada de Sant Carles (junto al taller ses Mines) en una glorieta para «pacificar y laminar el tráfico».

En esa rotonda se plantará un olivo monumental que «visualmente servirá para adecuar la velocidad». Desde allí se desviará el tráfico hacia la circunvalación. Al interior de Sant Carles sólo podrán acceder vehículos de emergencia, de vecinos y los que abastecen a los negocios locales.

La segunda intervención tendrá lugar en la salida de Sant Carles, frente a Ca n’Agneta. Desaparecerá el actual stop, lo que dará «mayor fluidez a esa vía», y cambiará la prioridad del tráfico, de manera que la salida de la población «será más suave». Quienes procedan de es Figueral bordearán la parroquia por la circunvalación, vía por la que, tras esta modificación, circularán «el noventa y tantos por ciento de los vehículos», de manera que ya no transitará «tráfico pesado» por el núcleo histórico. El cambio cualitativo que experimentará Santa Carles será «tremendo», según Ortega.

Cuando se ponían «palos en las ruedas por chorradas»

Vicent Marí consigue como presidente del Consell lo que se le negó como alcalde

Vicent Marí, alcalde de Santa Eulària hasta 2019, llegó al Consell con el firme propósito de «desatascarlo». Por ejemplo, el proyecto por el que ayer se firmó el convenio, una espina que tenía clavada desde hacía un lustro. En el pleno de la Villa del Río celebrado el 25 febrero de 2016, Marí explotó contra «la desidia» del Consell, presidido por el socialista Vicent Torres. La institución insular, se quejó el entonces alcalde, ponía «palos entre las ruedas» al proyecto de peatonalización de Sant Carles «mediante continuos informes negativos desde los departamentos de Movilidad o de Patrimonio». Y los hacía «por chorradas» que obligaban al Consistorio «a volver a la casilla de salida». Marí pidió al Consell «colaboración» y «más sensibilidad, en vez de poner zancadillas»: «Parece que no quiere que se peatonalice el pueblo de Sant Carles», afirmó. De poco le sirvió la pataleta. En el pleno del 30 de marzo de un año más tarde se aprobó una modificación de las Normas Subsidiarias para continuar ese proyecto. El entonces edil de Urbanismo, ahora conseller de Territorio, Mariano Juan, confió en que fuera «el último obstáculo» que les ponía el Consell. Pero no lo fue. En el pleno del 29 junio de 2018 Juan confesó que lo tenían «muy difícil para que llevar a cabo la peatonalización de Sant Carles». El Consell volvía a «complicar el expediente», al hacer motivar «miles de cosas». El proyecto estaba «bloqueado por los imposibles» que les pedían desde la institución insular: «Lo único que tiene que hacer esa institución es aprobar una permuta. Pero tal y como pide que se haga, allí se construiría una autopista», alegó. Tres años después, tras el desembarco de los eularienses del PP en el Consell, la nave va.

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