La evolución descontrolada de la incidencia del covid en Mallorca y Menorca, con macrobrotes que implican a multitud de contactos estrechos, pone a prueba la capacidad de seguimiento de los casos por parte de los equipos de rastreo.
Así, Javier Arranz, portavoz del servicio de Salud del Govern, ha anunciado la solicitud de 90 efectivos militares para el rastreo de casos, lo que supondría multiplicar prácticamente por cuatro el equipo de rastreo en Baleares, dado que actualmente Salud cuenta únicamente con 40 rastreadores de contagios en la central de rastreo ubicada en Palma.
En marzo, el músculo de rastreo de Baleares contaba con 421 efectivos. Ahora únicamente trabajan 32
La conselleria de Salud anunció a través de un comunicado que algunos de estos militares ya se han incorporado a las labores de rastreo. Salud explicó que en marzo llegaron a participar en el servicio 421 rastreadores, de los cuales 291 pertenecían al Servicio de Salud, mientras que los 130 restantes eran militares.
Asimismo, Arranz detalló los protocolos que se contemplan para el aislamiento de los contactos estrechos de positivos. En este sentido, el epidemiólogo explicó que se plantean tres métodos distintos de rastreo según los escenarios que se presenten.
Así, ante la situación actual, Arranz refirió que se hacen test de antígenos para el diagnóstico de los contactos estrechos, lo que, explicó, permite conocer los resultados más rápidamente y actuar con mayor celeridad.
Este protocolo de aislamiento de contactos obedece a un escenario intermedio, ya que en el más leve se efectúan pruebas PCR en lugar de test de antígenos y en el más grave los contactos se ponen en cuarentena y no se les efectúa ninguna prueba al inicio.
