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Las viviendas turísticas de Ibiza colgarán el cartel de lleno en los meses de julio y agosto

El sector confía en que, tras entrar en el semáforo verde del Reino Unido, los turistas británicos no cancelen sus reservas | La disponibilidad de plazas para la temporada alta «ya es escasa» y se «mantienen los precios»

Vista aérea de Ibiza

La fiesta va por barrios en el sector turístico ibicenco, y mientras unos aún las pasan canutas y otros creen ver la luz al final del túnel, los hay que ya atisban un horizonte próximo muy similar al de hace dos años. En el caso de las viviendas turísticas vacacionales todo pinta muy bien ante la temporada alta: confían en tener una ocupación «plena» en julio y agosto, algo impensable hace dos meses.

José Antonio Llano, presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas Vacacionales de Ibiza y Formentera (AVAT), explica que el arranque de mayo «costó, fue muy flojo». Pero luego se animó: «La vivienda vacacional está teniendo este año una buena demanda. Las previsiones desde junio son buenas, siempre condicionadas a la inestabilidad y la incerteza de según qué países emisores. Hay optimismo, pero con cautela: las reservas que hay ahora, mañana pueden no estar ya». Cauto en sus previsiones, ese «buenas» serían «maravillosas» en boca de otros: «Para julio y agosto, las villas estarán prácticamente llenas. Puede que haya huecos de última hora, pero las reservas son bastante buenas».

Tras la entrada de Ibiza en el semáforo verde británico, el sector percibió «un aumento de la demanda», si bien Llano detalla que el alquiler vacacional «suele reservar con bastante antelación» y, como consecuencia, «la disponibilidad para los meses fuertes [julio y agosto] es poca a esta altura de la temporada. Hay mucha reserva del Reino Unido hecha con bastante anterioridad de gente que estaba a la espera de saber si se permitiría regresar sin cuarentena». Llano confía en que esas reservas «se confirmen y que no haya cancelaciones», por ejemplo si Boris Johnson da marcha atrás repentinamente o si la incidencia se dispara.

Hasta ahora, los países que mejor han funcionado han sido, según asegura, Países Bajos, Francia, Suiza y Alemania. «Ha aumentado» la demanda del mercado español «de manera importante, quizás más en el sector hotelero [es director del hotel Cala Llenya Resort Ibiza], pero se ha notado». «Mantenemos -advierte- el hándicap del británico. En nuestras previsiones, buenas, están incluidas las reservas hechas desde ese mercado. Al postergarse la entrada de Balears en el semáforo verde del Reino Unido se produjeron cancelaciones, sobre todo para junio. Ahora estamos a la expectativa de que finalmente lleguen». El británico es el mejor emisor para el sector del alquiler de villas.

El presidente de AVAT está de acuerdo, aunque en principio pueda parecer contraproducente, con la decisión de exigir a los británicos pruebas de inmunidad o que demuestren que están vacunados: «Aplaudimos y apoyamos que se tengan que hacer PCR para venir a Ibiza, aunque sea un test de antígenos. Tiene que haber un control de entrada, que venimos exigiendo junto al resto de patronales y con el Consell desde hace tiempo. Tenemos que aprovecharnos de que somos una isla y que, por tanto, sólo se puede entrar por un puerto o un aeropuerto».

Mantienen precios

La vivienda vacacional vive unos años dorados en los que ha experimentado «un aporte de demanda en la isla, acentuada por la pandemia. Los clientes quieren disfrutar de un alojamiento sin tener que compartir estancia con otras personas que no son de su entorno cercano». Eso ha permitido «mantener» los precios: «En ningún caso subirlos. No está la situación para que crezcan. Imagino, es más, que a nivel particular ha habido alguna rebaja de precio para asegurar ocupaciones mínimas. Lo importante este año es asegurar la temporada». En 2020 sólo pudieron trabajar «mes y medio bien. Fue un año malo».

De cara a este verano, es «optimista» y cree que podrán trabajar adecuadamente -salvo sustos como los del pasado año- «hasta finales de octubre». «Tenemos -indica- reservas y esperamos más demanda. Nos gustaría alargarlo más, pero ya sabemos lo que pasa en Ibiza, que desde finales de octubre decaen los vuelos y la demanda es residual. Aun así, la ventaja que tienen nuestras viviendas respecto a los hoteles es su flexibilidad a la hora de abrirlas y cerrarlas».

Lo que han notado en las reservas de este año (y va en aumento desde hace varios) es que la estancia media «está a la baja». «En los últimos años -explica- se ha acortado y cada vez son más los clientes que eligen fines de semana largos. Nos hemos ido adaptando a esa demanda. Hace años había mucha inflexibilidad a la hora de aceptar periodos inferiores a una semana; antes siempre era de sábado a sábado. Ahora somos más flexibles. No podemos ser tan restrictivos a la hora de aceptar estancias mínimas. Lo ideal sería que fueran más largas». Ahora, la media es de «cuatro o cinco días».

El tipo de cliente está muy definido: «Familias y grupos de familias, o grupos de amigos. Es muy variado. Se puede pensar que las villas son muy caras si son para una persona, pero para varias resulta más rentable porque comparten gastos».

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