Diario de Ibiza

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Entrevista Virgilio Martínez Enamorado Historiador y arabista.

Virgilio Martínez, historiador: Ibiza y Formentera necesitan reencontrarse con su pasado musulmán sin prejuicios.

Virgilio Martínez Enamorado es el autor de ‘Piedras escritas. Inscripciones árabes de la Pitiusas’, que ayer presentó en Formentera, en el Jardí de ses Eres de Sant Francesc, y el pasado viernes en Ibiza junto al responsable del prólogo, Antoni Ferrer Abárzuza

Virgilio Martínez Enamorado, el pasado viernes, en la necrópolis de Puig d’es Molins. | VICENT MARÍ

El Museu Arqueològic d’Eivissa i Formentera (MAEF) trabaja desde hace años con todo un experto en epigrafía árabe y en al-Ándalus, el doctor en Historia medieval y profesor de la Universidad de Málaga Virgilio Martínez Enamorado, que ha investigado al detalle la colección epigráfica depositada en el MAEF, un trabajo que ha permitido conocer mejor cómo fue el periodo musulmán en las Pitiusas.

En líneas muy generales, ¿qué información histórica se puede extraer de la epigrafía de la época andalusí hallada en Ibiza y Formentera?

Se puede extraer una información muy clarividente sobre la migración que se produjo desde la península ibérica, desde lo que era territorio andalusí, hacia las Balears . Las islas son colonizadas con el patrocinio de la dinastía omeya por Isam al-Jawlani a partir del año 903, prácticamente dos siglos después de la entrada de los musulmanes en la península ibérica. A partir de esa fecha, las islas entran en la órbita de al-Ándalus, como una provincia más. Isam al-Jawlani llega primero a Mallorca y luego al resto de islas. Eso no quiere decir que no hubiera presencia musulmana anterior, como demuestra la existencia de monedas. Los musulmanes antes del 903 hacían viajes de frecuentación a las islas.

¿Cómo fue la colonización en las islas?

En el caso de la población de Mallorca sabemos que hay cierta resistencia a la llegada de los musulmanes, pero lo que vemos en el caso de Ibiza y Formentera es que inmediatamente colonizan las dos islas y llegan a determinados pactos con la población local y en poco tiempo estos dos territorios están completamente colonizados por clanes arabo-bereberes. Para ser exacto, aunque hay algunos árabes, las islas están pobladas mayoritariamente por clanes bereberes, como se ve, por cierto, en la toponimia de Ibiza, que es completamente andalusí. Todos los benis que hay en la isla, que significa ‘hijo de’, son de origen bereber aunque también árabe. Lo que se ve en el registro arqueológico es que la llegada de esta gente genera en fechas muy tempranas producción epigráfica, porque las primeras inscripciones que encontramos son del 970. Es decir, dos generaciones después de la llegada de esos contingentes arabo-bereberes a las islas ya tenemos documentación epigráfica, lo cual es un dato de enorme trascendencia.

Hablemos de las nueve piezas de la colección del MAEF que protagonizan el libro ‘Piedras escritas. Inscripciones árabes de la Pitiusas’...

Seis se encontraron en Formentera y tres en Ibiza, lo cual es sorprendente. En la colección hay siete lápidas funerarias, una inscripción sobre cerámica y un sello en jaspe verde magnífico que se encontró en la excavación de Puig d’es Molins y que sería un sello signatario, es decir, lo portaría un individuo prominente para sellar documentos con él. Es una pieza que está sobre un escarabeo púnico.

SELLO con inscripción recuperado en las excavacions de Puig des Molins en 1982, y realizado sobre jaspe verde. Datado en el s. XI. Imagen Salvador Domínguez-Bella, realizada mediante estereomicroscopía y luz lateral. Salvador Domínguez-Bella

Llama la atención que se hayan encontrado más piezas en Formentera que en Ibiza.

Sí, parece contradictorio. A mí me resulta muy llamativo el hecho de que Formentera, siendo bastante más pequeña que Ibiza, tenga más inscripciones.

¿A qué lo atribuye?

No lo sé, lo que llama poderosamente la atención es que en un territorio tan pequeño haya tantas inscripciones. En al-Ándalus hay mucha inscripciones pero en una isla de muy pocos kilómetros cuadrados encontrar seis inscripciones, cinco de ellas lápidas funerarias, es un hecho absolutamente excepcional.

Y yo que le iba a decir que me parecía que se había encontrado poca epigrafía árabe teniendo en cuenta que los musulmanes estuvieron en las islas del 903 a 1235...

En un territorio tan pequeño es sorprendente encontrar tanta epigrafía. Ten en cuenta que son documentos que no son muy abundantes. Si te vas a Marruecos hay muy poca epigrafía, posiblemente porque no fueron desmantelados los cementerios. En el caso de Balears y de todo al-Ándalus sí fueron desmantelados y eso permitió que afloraran tiempo después muchas inscripciones, pero es increíble que en una isla como Formentera, que al contrario que Ibiza, no mantiene apenas vestigios de la toponimia andalusí, sin embargo, haya una producción epigráfica en piedra local, la piedra marès, muy importante, además, de fechas tempranas, porque las inscripciones que tenemos están datadas entre finales del siglo X y el primer tercio del XI, excepto una pieza que es de Ibiza de mediados del siglo XII. Es una producción epigráfica muy relevante, que destaca no solo por su abundancia sino también por su cronología tan temprana. Por ejemplo, en la provincia de Málaga, que tiene 7.200 kilómetros cuadrados, excepto en la Alcazaba, no hay más inscripciones sobre piedra, en lápidas funerarias, que en Formentera.

Lápida de can Batlet (Porto-salè, Formentera), correspondiente a un individuo varón y labrada sobre una losa de 'marès'. Datada en el siglo XI. Archivo MAEF / Foto Raymar.

¿Qué nos dicen estos hallazgos sobre cómo era Ibiza en aquella época?

Había una única ciudad, que se llamaba Madina Yabisa, y el resto era un mundo muy rural, de pequeñas alquerías y rafales, en el que se hacía un aprovechamiento muy exhaustivo de la tierra a través de los perímetros irrigados, es decir, de huertas.

Los cronistas árabes parece que no citaban mucho en sus textos a Ibiza y Formentera.

Ibiza y Formentera eran un territorio muy periférico, muy marginal en el conjunto de al-Ándalus. No lo mencionaban mucho, pero hay citas suficientes como para aportar datos relevantes.

Virgilio Martínez Enamorado y Antoni Ferrer Abárzuza, el pasado viernes en el MAEF, en la presentación de Piedras escritas. Inscripciones árabes de la Pitiusas'. Vicent Marí

¿Considera que se valora poco la riqueza histórica que atesoramos en las Pitiusas?

Se tendría que reivindicar más. Hay gente que está trabajando muy bien, quiero mencionar particularmente a Toni Ferrer, que es un magnífico arqueólogo. Hay un gran tema pendiente, el estudio de toda la toponimia arabo-bereber de Ibiza a través de un documento del siglo XIII que se llama ‘Memoriale divisionis’ (acta del reparto feudal de la isla, redactada en 1235). Yo querría hacerlo con Toni Ferrer. Ibiza y Formentera necesitan reencontrarse con su pasado musulmán y hacerlo, sobre todo, sin prejuicios, porque en España todavía hay una maurofobia muy recalcitrante.

¿Qué le parece el patrimonio arqueológico de Ibiza?

Me parece excepcional. Aquí hay una historia muy condensada e interesante que hay que reivindicar. El museo (MAEF) me parece una institución modélica y el patrimonio arqueológico que tiene la isla, además de ser muy interesante, contribuye a mostrar otra cara de la isla que ya no es solo la de sol y playa. Habría que invertir más en cultura y contar con más apoyo de las instituciones.

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