Diario de Ibiza

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Un okupa finge ser propietario de una casa de Ibiza y estafa 1.600 euros a dos jóvenes

Cuando solicitó otro mes de fianza y no aceptaron, se negó a devolverles el dinero

Vehículos de la Policía Local de Santa Eulària, en una imagen de archivo.

Alquileres imposibles con pagos de tres, cuatro y hasta cinco meses de fianza. Zulos sin ventana a precios excesivos. Okupas que se hacen pasar por arrendatarios. Infraviviendas, alquileres turísticos de yurtas, tipis, caravanas y hasta tiendas de campaña. Estafas... Todo vale. Así es la temporada en Ibiza, con covid o sin él. Un campo de cultivo para el intrusismo y el pillaje que acaba siempre con algún damnificado. En este caso, José David Ros, de 33 años y nacido en Cartagena.

Hace años que viene a Ibiza a hacer la temporada y, este verano, tras un periodo de restricciones de movilidad, no iba a ser menos. Ros trabaja desde hace tres temporadas en un local de Santa Eulària y cuando se enteró de que se incorporaría a la plantilla el 3 de junio, se puso a buscar casa para compartir con una amiga. Gracias a otra amiga que reside en la isla encontró el contacto de un hombre que necesitaba que alguien se quedase en su vivienda de es Canar, en Santa Eulària, durante la temporada, mientras él se trasladaba a Sant Antoni. «Me dijo que no quería perder la fianza ni la casa de es Canar porque tenía contrato de un año, así que nos pareció bien quedarnos durante el verano», comenta Ros.

Les pidió dos meses de fianza, el mes corriente y un mes por adelantado para el alquiler. La vivienda costaba 800 euros, así que entre los dos amigos ingresaron los primeros 1.600 euros, en concepto de fianza, en la cuenta personal del supuesto arrendatario. «Nos mandó un contrato y le dijimos que queríamos hacer el ingreso vía transferencia, para que hubiera constancia», recuerda Ros. Dos días antes de aterrizar en la isla, el de Cartagena recibió una llamada del arrendatario, pidiéndoles tres meses de fianza, en lugar de dos. «Me dijo que se le había roto la moto y que lo necesitaba. Yo le contesté que eso qué tenía que ver conmigo», relata el joven. Junto a su amiga, decidieron no alquilar la casa y solicitaron al hombre el dinero de la reserva, que se comprometió a devolver. Sin embargo, las semanas fueron pasando y del dinero, ni rastro. Tras llamadas, mensajes sin responder y amenazar con denunciarle en la comisaría, el falso arrendatario les contestó que eran ellos los que querían «estafarle a él», y que si se hubiesen leído bien el contrato (que nadie había firmado y que era falso, como confirmaron los agentes desde comisaría), verían que especificaba que si «los inquilinos se echan atrás una vez pagada la fianza, el dinero no es reembolsable».

Un contrato falso

Acto seguido, Ros fue a la Policía de su localidad para poner una denuncia, pero un agente le sugirió que tratase de llegar a un acuerdo con el hombre, ya que el proceso legal iba a ser muy largo y «lo más seguro» es que no recuperase su dinero. Fue la misma Policía quien llamó al estafador, que volvió a comprometerse a devolver el dinero «cuando alquilase la casa», puntualizó. Una vez en Ibiza, con su coche, su perro y sus pertenencias, sin casa y sin esperanzas de recuperar su dinero, Ros denunció la situación en la comisaría de Santa Eulària, donde le informaron de que ese hombre ya no tenía contrato de alquiler en la casa que les intentaba realquilar, porque llevaba muchos meses sin pagar la mensualidad.

«Me dijeron que estaba de okupa. Ahí me di cuenta de que era un jeta que nos la había colado», exclama Ros. Los agentes dijeron conocer al estafador, que ahora reside en Sant Antoni, e informaron a la víctima de que la casa que iban a alquilar ya estaba arrendada por otras personas. Con sensación de impotencia y sintiéndose humillado, Ros reconoce haber pasado varios días sin dormir. «No sólo se ha quedado con nuestro dinero, sino que ya ha alquilado la casa y se quedará con el de esas personas. Le ha salido redondo», exclama indignado.

Un hecho similar le ocurrió el año pasado, cuando, tratando de alquilar una habitación y tras haber pagado el mes corriente y uno de fianza a una mujer que encontró por Facebook, procedente de Valencia, el covid y el confinamiento le impidieron llegar a la isla. Ella le aseguró que le iba a devolver su dinero, otros 800 euros, aunque solo le envió 150.

En junio, tres meses después de haber hecho el pago, Ros aterrizó en la isla y volvió a hablar con la mujer para quedarse en la habitación, ya pagada, y se instaló en la casa. Sin embargo, a finales de temporada, la verdadera propietaria se presentó en la vivienda y les informó de que la chica de Valencia llevaba más de tres meses sin pagar la mensualidad y quedándose con el dinero del alquiler. «Ella nos cobraba las habitaciones y no pagaba a la casera», explica Ros. Así que cogió sus cosas y abandonó la casa de inmediato, rumbo a Cartagena.

«Evitar intermediarios innecesarios» y «huir de los chollos» para no caer en una estafa

La Policía Nacional investiga diferentes estafas relacionadas con alquileres de casas en Ibiza. La Policía Nacional de Ibiza advierte de que, debido a que la isla tiene un gran parque de viviendas, existen varios casos de estafas referentes a alquileres o compras de viviendas. Actualmente, los agentes trabajan en la investigación de algunos delitos similares al que sufrieron José David Ros y su amiga,que transfirieron a un supuesto arrendatario de una vivienda en es Canar 1.600 euros en concepto de fianza por el alquiler de la misma y que aún no los han recuperado.

El cuerpo de seguridad informa de que desde el área de Participación Ciudadana se llevan a cabo periódicamente campañas para prevenir estas y otras estafas y se hace especial hincapié a principio de temporada debido al gran número de personas que acuden a la isla, tanto turistas como temporeros. Desde comisaría ofrecen una serie de consejos para no verse envuelto en este tipo de delitos, relacionados con el alquiler o la compra de viviendas: huir de los «chollos» y de las ofertas de viviendas con precios excesivamente bajos; evitar «a toda costa» intermediarios que no sean oficiales cuando se firma un contrato de alquiler o compra; en el caso de buscar casa por internet, se deben hacer pequeñas investigaciones previas a la firma del contrato, como comprobar si las fotos que aparecen en la descripción de la vivienda coinciden con las que se muestran en otras inmobiliarias, y asegurarse de que las direcciones son las mismas; desconfiar de los dominios web gratuitos, ya que lo normal es que los establecimientos regulados dispongan de un dominio propio, y consultar el Registro de la Propiedad.

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