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Obituario

Margarita Noguera, una maestra moderna y comprometida

La conocida como ‘Sa mestra de Sant Agustí’ falleció este viernes a los 94 años después de una trayectoria docente que le valió varios premios.

Margarita Noguera Ramón, en su casa de Sant Agustí, en 2010. MOISÉS COPA

«He intentado preparar a mis alumnos para que el día de mañana fueran personas útiles a la sociedad». Con esta humildad y naturalidad definió su trabajo Margarita Noguera Ramon cuando en septiembre de 2010 recibió la Medalla al Mèrit de Sant Josep. La conocida como ‘Sa mestra de Sant Agustí’ falleció este viernes a los 94 años de edad en Ibiza.

Doña Margarita fue durante años una de las maestras más conocidas y queridas de la isla. Siempre dispuesta a recibir a sus alumnos y familias en casa para comentar su rendimiento educativo. «Ha dedicado su vida a lo que ahora llamaríamos educación integral, abarcándolo todo. Enseñaba a sus alumnos los procesos naturales aprovechando el ciclo de las estaciones», señaló el entonces alcalde y hoy conseller de Vivienda del Govern balear, Josep Marí Ribas, en el acto de entrega de la citada medalla.

Cuando recibió el Premi 8 de Març de la Associació de Dones Progressistes. Moisés copa

Margarita Noguera nació en Santa Eulària y fue alumna de la reconocida Margarita Ankermann en los años 30, que le inculcó el gusto por la enseñanza: «Fue ella la que empezó diciéndome que yo también sería maestra y ya nunca cambié de idea», señaló en una entrevista con Diario de Ibiza en 2008, cuando este medio le concedió el Premi Illes Pitiüses por su trayectoria docente.

Estudió Magisterio en Palma y comenzó como profesora en 1950 en Sant Llorenç, con 23 años. Después pasó tres años en el colegio de Sant Carles, donde tuvo que improvisar un aula para las niñas y logró escolarizar a todas las del pueblo, hasta 80 en una misma clase.

Cuando llegó a la escuela de Sant Agustí en 1959 solo había una mesa, una silla, una pizarra y una bola del mundo agujereada

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En 1954 pasó a Sant Joan y dos años después a Sant Antoni. Estuvo un año en el pueblo de Vilalba des Arcs, en Tarragona, donde hizo muchos amigos, y en 1959 llegó con su plaza fija bajo el brazo a Sant Agustí, donde ejerció hasta su jubilación, en 1991.

«Cuando llegó se encontró con una casa vieja, llena de goteras, que debía servir como escuela y como vivienda al mismo tiempo y por la que corrían tranquilamente las ratas», relató Vicente Valero en una entrevista en 2008.

La casa dejó de ser escuela en 1966, aunque Margarita Noguera siguió residiendo en ella y muchos años después seguía recibiendo en ella para clases particulares. También se implicó durante años en la educación de adultos en el pueblo.

Confianza con los alumnos

De las viejas escuelas pasó después al colegio Es Vedrà, del que fue la primera directora y donde tuvo, por primera vez en su trayectoria «una clase en condiciones», lejos de la mesa, la silla, la pizarra, el mapa de España y una bola del mundo agujereada que encontró en 1959 como único material escolar en Sant Agustí.

«Había una gran confianza entre mis alumnos y yo. Intentaba hacerles ver la importancia de ser independientes, sobre todo a las niñas, que lo necesitaban más. Quizás por eso a veces me acusaban de ser demasiado moderna», contaba. Por ello recibió también en 2010 el Premi 8 de Març de la Associació de Dones Progressistes de Eivissa.

Cuando se jubiló el pueblo le ofreció una gran fiesta de despedida, aunque, para ella, el mejor homenaje fue siempre el cariño que le daban sus exalumnos cuando se los encontraba por la calle, convertidos en esas «personas útiles a la sociedad» que ella pretendía. 

El funeral por su memoria se celebró ayer en la parroquia de Sant Agustí.

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