Los bares de copas de la zona del West End, en Sant Antoni, en Ibiza, podrán abrir a partir de mañana sus locales con las mismas condiciones que el resto de establecimientos similares de la isla. Así lo ha acordado esta mañana el Consell de Govern. Inicialmente, tal como ya se hizo el verano pasado, el Ejecutivo autónomo barajaba la posibilidad de imponer más restricciones en las zonas afectadas por el decreto de turismo de excesos aprobado en febrero del año pasado (West End y Magaluf y la Platja de Palma, en Mallorca), pero, en este caso, ha decidido que los locales de ocio nocturno de la zona turística del centro de Sant Antoni sigan el mismo proceso de desescalada que en el resto de la isla, sin distinciones.
Así, los bares de copa del West End podrán funcionar en el horario que marcan las ordenanzas municipales, hasta las dos de la madrugada como máximo. Tanto en el interior como en el exterior de los bares se deberá consumir en mesa, con seis personas como máximo en cada una de ellas dentro y 10 fuera. También se prohíbe el baile.
Los bares de copas podrán abrir hasta las 2 y se tendrá que consumir en mesas, con un máximo de seis personas en el interior y 10 en el exterior
Sí se imponen más restricciones en la Platja de Palma, donde todos los establecimientos, ya sean locales de ocio nocturno, restaurantes, bares y cafeterías, tendrán la obligación de que en las mesas de los interiores sólo haya seis personas como máximo y 10 en el exterior. Estas son las condiciones que se marcan a todos los locales de ocio nocturno de las islas, pero a los restaurante, bares y cafeterías se permiten hasta 12 comensales juntos en el exterior. En la Platja de Palma, sólo podrá haber mesas de 10 como máximo en el exterior en todos los establecimientos, tanto de hostelería como de ocio nocturno.
Las fuentes consultadas apuntan que los informes policiales y de los inspectores concluyen que en esta zona de Mallorca es donde se producen más incumplimientos de la normativa covid. En todo caso, en la zona del West End se mantienen las mismas prohibiciones que marca el decreto de turismo de excesos, como las ofertas de happy hour o las rutas etílicas (pub crawling) o la publicidad que incentive el consumo de alcohol, entre otras medidas.
