Después de más de tres años desde que se interpuso la primera denuncia y más de cinco mil euros en costas procesales, un complejo residencial okupado en Cala Carbó ha vuelto a manos de sus propietarios. Se da la circunstancia de que en abril del año pasado fueron detenidas seis personas por asaltar este lugar y lesionar con un arma blanca a uno de los moradores.
La comisión judicial acudió ayer por la mañana para ejecutar la orden de lanzamiento, acompañada de un dispositivo con cuatro guardias civiles y dos agentes de la Policía Local de Sant Josep. Pero, al parecer, los residentes habían abandonado las viviendas en la jornada anterior. La comitiva, que esperaba encontrarse con una quincena de okupas y entre cuatro y cinco perros de razas potencialmente peligrosas, finalmente se libró de tener que desalojarlos. También asistieron el hasta ahora propietario y los nuevos compradores, que ya habían llegado a un acuerdo de adquisición.
Dentro de la parcela se acumulan todo tipo de trastos y residuos y se evidencia el mal estado de las viviendas, alguna de ellas con restos visibles por los efectos de algún fuego
El complejo, que ocupa una manzana entera en la calle Ses Serretes, consta de un chalet con almacén y, dentro de la misma parcela, de cinco apartamentos adosados de dos plantas. También cuenta con una piscina y una pista de tenis abandonadas, además de una zona de picnic entre los pinos.
«Un calvario»
Según explicó el hasta ahora propietario, que prefiere guardar el anonimato, el complejo quedó en desuso hace ochos años. En mayo de 2018, fue a revisar las instalaciones y se encontró con que habían entrado un grupo de okupas en las viviendas. Ese mismo día interpuso una denuncia ante la Guardia Civil.
Desde entonces, había residido «siempre la misma gente, unas 14 o 15 personas». Entre ellas, una pareja con un niño pequeño. «Allí empezó un auténtico calvario», lamenta. «Ha sido un cúmulo de despropósitos, no tiene ningún sentido tener que esperar tres años por unos okupas que han invadido tu propiedad». «Todo el mundo se quejaba, pero estaba con las manos atadas», incide.
Dentro de la parcela se acumulan todo tipo de trastos y residuos y se evidencia el mal estado de las viviendas, alguna de ellas con restos visibles por los efectos de algún fuego. En la misma jornada de ayer, mientras esperaban que la comisión judicial finalizara la orden de lanzamiento, acudieron a este complejo unos operarios encargados de retirar la basura amontonada, además de una empresa de seguridad para instalar un sistema de alarmas.
El año pasado tuvo lugar un asalto y una agresión con arma blanca contra uno de los okupas de estas viviendas, unos hechos por los que se detuvo a seis personas que quedaron en libertad provisional, pendiente de un juicio aún por celebrar. Este incidente se produjo el 18 de abril, en pleno confinamiento durante el primer estado de alarma.
Según informó unos días después la Guardia Civil, el agredido, de nacionalidad italiana, recibió varias lesiones con arma blanca. Los atacantes retuvieron a la fuerza a su víctima y, además, usaron una escopeta que llegaron a disparar para intimidarle.
La operación concluyó con seis personas detenidas, todas ellas residentes en la isla. Cuatro de ellas, que habrían participado directamente en el asalto, están acusadas por delitos de robo con violencia e intimidación, detención ilegal y amenazas, mientras que los otros dos lo están como presuntos encubridores.
En esta operación, la Guardia Civil requisó un revólver, dos pistolas simuladas, una navaja, un machete y distintos objetos contundentes usados en el asalto a la vivienda.