Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sanidad Paco Muela Jefe de Urgencias del Hospital can Misses

Paco Muela: «El verano pasado apenas vimos intoxicaciones por drogas en Ibiza, este año ya hemos visto dos o tres»

El jefe de Urgencias de Can Misses destaca que la falta de personal y de espacio son los principales escollos que afectan al servicio

Paco Muela, en la entrada del servico de Urgencias de Can Misses. vicent marí

El año pasado, enero fue el mes con más casos atendidos en el servicio de Urgencias del Hospital Can Misses, en Ibiza. Una rareza derivada de la pandemia del coronavirus, explica su nuevo jefe, Paco Muela. Este año, aunque se nota ya un repunte de la actividad, los profesionales del servicio ven una media de 120 casos diarios, muy lejos de los 180 habituales, comenta el médico, que confiesa que preferiría estar viendo pacientes, que es lo que de verdad le gusta, en vez de organizando el servicio. Ya ocupó este cargo hace 18 años y no tenía pensado repetir. «Éste es mi servicio, éste es mi hospital y me importa lo que pase», justifica.

Diez de la mañana de un lunes de junio, ¿cómo está Urgencias?

Este año el verano no viene como el pasado. Hay más actividad y seguimos teniendo los problemas habituales: cobertura de turnos, falta de candidatos… Nos han concedido el refuerzo de verano, pero a ver si conseguimos que venga gente. Entre la insularidad y los precios de los alquileres, es difícil que quien venga encuentre una opción que les salga a cuenta. La pandemia no ha hecho más que agravar lo que no es culpa de la pandemia, como el déficit de personal. Faltan médicos.

Urgencias es un sitio muy comprometido. Se trabaja mucho, tiene un turno completo y da igual mañana que tarde que noche, no podemos regular el flujo, atiendes a los pacientes así como van viniendo

decoration

¿Por qué la gente no quiere estar en Urgencias?

Urgencias es un sitio muy comprometido. Se trabaja mucho, tiene un turno completo y da igual mañana que tarde que noche, no podemos regular el flujo, atiendes a los pacientes así como van viniendo. A las cinco de la mañana, un médico lleva 23 horas trabajando. Eso quema mucho y no está bien compensado económicamente. Además, en esa amalgama de especialistas que conforman el staff del servicio los hay que son más urgenciólogos y otros para los que esto es sólo un periodo de su vida. Hay un núcleo fuerte de gente que trabaja con nosotros, pero necesitamos recurrir a especialistas de otras ramas. Y sacarlos de donde no los hay, pero no es un problema nuestro, es de todo Balears.

¿Cuánto personal necesita?

En principio tenemos hasta 30 médicos trabajando y nuestra plantilla orgánica es de 24. Pero entre esos 30 hay reducciones de jornada, adaptaciones de trabajo por enfermedad, gente que no hace guardias y otras situaciones personales. Somos 30, pero si hay seis con una jornada reducida esos seis son, en realidad, tres. Lo que necesitamos, primero es que acabe la pandemia, pero eso no depende de la dirección del hospital ni de la conselleria.

Paco Muela Vicent Marí

¿Cómo ha afectado la pandemia a este servicio?

Ha revolucionado la forma de trabajar. Tener que hacer dos circuitos, uno para covid y otro para lo demás, trastoca completamente desde la organización física, del espacio, al personal. Obliga a duplicar algunos puestos cuando ya estamos muy faltos de personal. Después de Navidad vivimos un momento muy crítico en el servicio. Estuvimos a punto de tener problemas.

Dijo que estuvieron a punto de no poder asumir más pacientes.

Sí. A ver, algo nos hubiéramos inventado porque no podemos decir que estamos cerrados. Somos el hospital de la isla. Hubiera significado tener pacientes en pasillos y otras consecuencias que ya eran una pelea nuestra. El servicio antiguo era un infierno y una de las cosas que nos propusimos, como una regla de oro, es que no hubiera pacientes en los pasillos.

Al principio de la pandemia se redujo notablemente la asistencia, pero vamos volviendo a la normalidad poco a poco

decoration

Mucha gente cree que durante la pandemia Urgencias ha estado vacío.

No. En el primer momento de la pandemia, cuando el confinamiento, se creó entre la población una situación de extrema precaución, por no llamarlo pánico, y sí, abril del año pasado fue el mes más tranquilo que he vivido desde que trabajo aquí. Pero este año no. La gente se ha ido activando y poco a poco vemos que sube la demanda. Dejamos de ver pacientes que no necesitaban unas urgencias de hospital, pero también a gente que tendría que haber venido: infartos evolucionados, apendicitis... Al principio de la pandemia se redujo notablemente la asistencia, pero vamos volviendo a la normalidad poco a poco.

No sé si eso es bueno o malo.

[Ríe] Es lo que hay, no es ni bueno ni malo. Aquí se atiende todo y, entre nuestra falta de personal y que se reactiva la actividad, hay momentos en los que en la zona en la que se atienden patologías menores puede que se acumulen pacientes. Y eso es muy poco deseable en una situación pandémica.

¿Cómo se han organizado con los familiares? Normalmente se quedaban esperando fuera, pero no se podía.

Se cambió el protocolo de información al familiar. Les pedimos que no se quedaran fuera y que les informaríamos por teléfono, para lo que tanto enfermería como administración recogían los teléfonos de contacto. Pero no es sólo eso...

...los familiares estaban también vigilando al paciente, ¿no?

Exacto. Hicimos una modificación de los boxes en noviembre que nos ha permitido un mejor control en la zona clínica. Lo que pasa es que al romper la estructura arquitectónica tenemos que modificar la estructura organizativa. De repente teníamos dos zonas de monitores, dos de pediatría, un acceso limpio de covid, doble equipo de enfermería y también médico para cubrir dos zonas: la libre de covid y la de coronavirus, que no atiende sólo pacientes con el virus, también a los que, además, tienen otras cosas. El covid no te vacuna de nada. Te rompes caderas, te dan infartos, ictus... Una orden ministerial nos obligó a dividir el servicio en dos zonas. Debía ser una separación casi estanca y eso es prácticamente imposible, y más con la estructura física del servicio. A nuestro servicio lo primero que le falta es personal, y lo segundo, sitio.

El covid no te vacuna de nada. Te rompes caderas, te dan infartos, ictus... Una orden ministerial nos obligó a dividir el servicio en dos zonas. Debía ser una separación casi estanca y eso es prácticamente imposible

decoration

Todos los jefes de Urgencias han criticado la configuración del espacio. ¿Usted también?

Sí, totalmente. Hay zonas que no son funcionales ni ergonómicas. Sobre todo la zona exterior, donde atendemos las patologías menos relevantes. Está muy mal estructurado porque tienes que moverte atravesando consultas.

¿Quiere un espacio diáfano?

No, todo diáfano no. No podemos mezclar niños con adultos. Y tenemos diferentes niveles de asistencia, por lo que debemos tener una zona diferenciada para pacientes críticos, a los que hay que monitorizar de forma más estrecha. Teníamos una zona de críticos que se convirtió en la sala covid y la zona de no críticos la partimos en dos. Dada la enorme fluctuación de la presión asistencial tuvimos que dividir también la zona covid. Esto genera un cambio total en la forma en que tenemos que trabajar, en cómo nos movemos... Vas aprendiendo qué puedes hacer y cómo. Necesitas un sistema de organización lo suficientemente flexible, elástico, incluso, para dar respuesta.

¿El miedo a venir al hospital ha servido ha derivado en un mejor uso de Urgencias por parte de los pacientes? Era uno de los caballos de batalla del servicio antes de todo esto.

Me gustaría creer que sí, pero no lo tengo claro. Al final lo que pasa es que el que no tendría por qué venir viene y los que tendrían que venir se quedan en casa. Espero que haya habido un entendimiento de que el servicio de Urgencias no es un médico abierto 24 horas al día.

¿Les ha llegado algún efecto grave de las vacunas?

No. Lo más grave que hemos visto ha sido dolor en el brazo y un poquito de fiebre. No nos corresponde, de hecho. Si hay un caso grave por efecto de la vacuna cada tres millones de personas y aquí somos 150.000, no nos toca ninguno.

¿Y casos graves porque se han decidido a venir demasiado tarde?

Sí, sobre todo el año pasado. Personas que tuvieron una evolución muy mala porque se habían resistido a venir a Urgencias. Operamos a una niña con una apendicitis de diez días. En pleno siglo XXI no estamos acostumbrados ya a casos así. Pero todo eso fue el año pasado,éste parece que la gente está aprendiendo a convivir con la pandemia.

Nuestra base de datos no la tiene ningún otro hospital del mundo. Hemos detectado la irrupción de nuevas sustancias en el mercado y desmentido bulos como el de la droga caníbal

decoration

No me diga que están volviendo a ver a usuarios habituales...

Sí, sí... Volvemos a tener usuarios nuestros de toda la vida, gente que te saluda por el nombre cuando, estadísticamente, es difícil conocer a un médico de Urgencias. ¡Tienes que venir mucho para eso!

Imagino que habrán visto muy pocos casos de drogas el último año.

Sí, el verano pasado fue el primero desde 1993 que no hicimos nuestro estudio de drogas porque no teníamos apenas nada. Nuestra base de datos no la tiene ningún otro hospital del mundo. Hemos detectado la irrupción de nuevas sustancias en el mercado y desmentido bulos como el de la droga caníbal. Si de algo sabemos en este servicio, muy a nuestro pesar, es de intoxicación por abuso de drogas, pero el año pasado no tuvimos nada de esto.

Paco Muela Vicent Marí

¿Y este año?

Pues cuidado con este año, que ya hemos visto dos o tres casos de intoxicaciones por consumo de sustancias. Turistas nacionales, no extranjeros, de momento. Parece que se ha reactivado un poco el asunto. Da la sensación de que este verano habrá más que el año pasado. Muchos no son consumidores habituales, lo que es peor porque no tienen ningún control. Toman pastillas y no saben qué es. A ti te preguntan que qué les estás poniendo, dudan de ti, pero no del que les vendió la pastilla. Aún no estamos en ese momento y esperamos no llegar, porque en la situación que estamos nos supondría un problema. Es gente que consume mucho personal, exige mucha atención y ocupa mucho espacio porque son pacientes agitados y agresivos.

Les falta un balconing para alcanzar la nueva normalidad.

Bueno, eso de balconing os lo inventasteis los periodistas cuando llevábamos lustros atendiéndolos Antes, en mayo, te llamaban para decirte que había un precipitado y pensabas «qué pronto ha empezado la temporada». Este año, de momento, no. Esos casos están muy relacionados con el turismo británico. Cuando les preguntas que cómo se les ha ocurrido te dicen que es que están de vacaciones. Se creen que estando de vacaciones no se pueden matar.

¿Cuáles son sus objetivos al frente del servicio de Urgencias?

Tenemos muchos proyectos, pero nuestro objetivo ahora es crear un equipo coordinado de gente homogéneamente formada, sería necesaria la especialidad, y con un espíritu de trabajo de equipo. Es difícil, pero creo que poco a poco lo conseguiremos.

Eso de balconing os lo inventasteis los periodistas cuando llevábamos lustros atendiéndolos Antes, en mayo, te llamaban para decirte que había un precipitado y pensabas «qué pronto ha empezado la temporada»

decoration

¿Falta gente con vocación?

Sí, pero eso tiene que ver con que no esté reconocida la especialidad. Así podríamos ir captando gente, residentes, profesionales que hubieran escogido hacer urgencias.

En las series de médicos Urgencias es lo más...

Es que las Urgencias o las odias o las amas, no hay térmimo medio. Hay gente que querría ser urgenciólogo, pero las condiciones del servicio no son las ideales para ellos. Mucho trabajo y mucha presión asistencial. Por aquí pasan los residentes y es habitual que se queden algunos. Y luego tenemos gente que llega y se siente bien. Si quieres ser médico generalista, tu sitio es Urgencias porque ves todas las patologías, y más en un hospital como éste. Quedarse depende de las ganas que tengan de complicarse la vida. Nuestro objetivo es captar a la mayoría de los médicos que pasan por aquí. Urgencias es una zona nuclear del hospital, cada vez más, y muy interesante. Es un sitio en el que se aprende mucho y muy rápido. Debido, claro, a que se trabaja mucho y muy rápido.

¿Cree que verá la especialidad antes de jubilarse?

No lo sé. La pandemia ha demostrado que las urgencias son una pieza clave en la atención sanitaria y que necesitamos una homogeneización del trabajo y un cuerpo doctrinal que está más que hecho.

Si quieres ser médico generalista, tu sitio es Urgencias porque ves todas las patologías, y más en un hospital como éste. Quedarse depende de las ganas que tengan de complicarse la vida

decoration

¿Crearán nuevos circuitos?

El proyecto soñado es una unidad de corta estancia, pero tendríamos que inventarnos una zona nueva o fagocitar algún trozo del hospital. Eso nos ayudaría a tener un flujo y manejo mucho más eficiente de las camas y las zonas de observación. Una unidad de corta estancia limitaría los ingresos de gente mayor, cuyos casos podríamos resolver en 72 horas o cuatro días. Ya se hace, de facto, pero no se ofrece el nivel de calidad asistencial requerido porque no tiene un baño, está en un sitio en el que la gente entra y sale, donde se duerme muy mal...Queremos lograr esta unidad que ya dejó completamente preconfigurada la anterior jefa, María Ángeles Leciñena.

Sí, la gente muere en Urgencias. Tenemos un protocolo de atención a los últimos días. Hacemos lo imposible para que estos pacientes puedan subir a planta. Con quien deben estar es con su familia

decoration

Estuvo ya de jefe de Urgencias hace casi 20 años. ¿Qué diferencias ha encontrado?

Muchas. La formación de nuestros médicos, que no es que fuera mala, ha mejorado notablemente. Hace años que hemos dejado de ser una puerta de Urgencias para ser un servicio de Urgencias. No recibimos a los pacientes y los distribuimos para que los traten, los asumimos y tratamos y, ya estabilizados, los pasamos donde haga falta.

¿Qué se hace con el dolor en Urgencias? Con gente que llega con algo que no es grave, pero sí muy doloroso.

Es una de las quejas habituales. No podemos poner medicación a un paciente sin haberlo visto. Sin saber por qué le duele, si es alérgico... En nuestro protocolo de triaje un dolor da mucha puntuación. Hay gente que lo pasa muy mal con un cólico nefrítico, por ejemplo. El dolor es clave y debe ser valorado en el algoritmo de triaje.

¿En Urgencias mueren pacientes?

Sí, la gente muere en Urgencias. Tenemos un protocolo de atención a los últimos días. Hacemos lo imposible para que estos pacientes puedan subir a planta. Con quien deben estar es con su familia. Tienen prioridad para el ingreso y para conseguir camas. En los premios Humana del Área de Salud se reconoció un proyecto magnífico de unas enfermeras de Urgencias que proponía crear una sala para que, si se diera el caso de que un paciente muriese en el servicio, la familia tenga una intimidad.

¿Por qué ha vuelto a asumir la jefatura?

Porque soy demasiado joven para morir y demasiado viejo para el rock and roll.[Ríe] La gestión no es mi trabajo ideal, soy más médico clínico, pero estoy muy implicado con este servicio. Llevo 37 años aquí. Éste es mi servicio y éste es mi hospital. Y me importa lo que le pase. Pero la tarea de sustituir a una superjefa como era Leciñena no es fácil.

Da la sensación de que echa de menos ver pacientes.

Sí, mucho. Atender pacientes es lo que me gusta de verdad.

Compartir el artículo

stats