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Cuando llega el bebé y no hay tiempo de ir al hospital

Un enfermero del 061 y el jefe de Ginecología explican cómo se atiende un parto por teléfono mientras llega la ambulancia

Cinta Coronel, coordinadora de Enfermería del 061, muestra el kit de alumbramientos.

Tener a mano ropa limpia y buscar un lugar lo más cálido posible para que cuando nazca el bebé no sienta frío. Ésas son las primeras indicaciones que reciben aquellos a quienes, sin quererlo, les sorprende la llegada de su bebé lejos de un centro sanitario, explica Juan Miquel Aparicio Febrer, enfermero del 061, que asegura que estos casos no son extraños. De hecho, el último lo atendieron la madrugada del jueves, cuando una mujer de 37 años, embarazada de 38 semanas, se puso de parto en su propia casa, en el municipio de Santa Eulària. Como el pequeño estaba ya a punto de nacer, no pudieron siquiera plantearse llegar al hospital, por lo que el padre llamó al 061 que, a través del teléfono le dieron las indicaciones para atender él mismo el alumbramiento.

En la maleta de apoyo pediátrico de la ambulancia está lo que necesitan para los partos. | ASEF

«Lo más importante en ese momento es transmitir calma y tranquilidad, que sepan que vas a estar a su lado en todo momento, que no van a estar solos», comenta Aparicio, que destaca que, en el caso de Ibiza, una de las ventajas en estos casos es que las distancias son cortas y la ambulancia con la asistencia sanitaria para atender a la mujer y al bebé llega bastante rápido.

El primer paso, explica, es que la persona que se encuentra con la mujer —«casi siempre están acompañadas»— detalle en qué situación está el parto. Cómo van las contracciones o si ya se ve la cabecita, como ocurrió en el caso atendido ayer. En ese primer momento también hay que asegurarse de que no se trata de un alumbramiento de riesgo, como que el pequeño viniera de nalgas o que hubiera una placenta previa. «En ese caso tocaría correr mucho para llegar al hospital», comenta el enfermero, que asegura que, por suerte, no es el caso de la mayoría de los nacimientos que tienen que asistir por teléfono.

Esto mismo asegura el jefe de Ginecología del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Rodolfo Moreno: «Todos los casos que recuerdo han acabado bien». Destaca la formación específica que recibe el personal del 061 sobre atención a los partos. De hecho, en la ambulancia, en la maleta de soporte pediátrico, hay una bolsa roja con lo imprescindible para la primera atención a la madre y el bebé. El jefe del servicio detalla que en la mayoría de casos se trata de «partos precipitados»: «Se producen en menos de cuatro horas y suelen ir bien». Muchas de las mujeres ya han sido madres antes y tienen el umbral del dolor más alto de lo habitual, por lo que sienten menos las contracciones y cuando son conscientes de que están de parto ya no les da tiempo a llegar al hospital, por lo que no les queda más que llamar al 061.

«Les vamos indicando cómo proceder, aunque lo normal es que el bebé nazca relativamente solo», indica Aparicio. «Se explica que no tienen que estirar, simplemente acompañar al bebé en cada contracción», relata el enfermero, que continúa: «Cuando el bebé ya hanacido le decimos que lo pongan piel con piel con la madre y que no corten el cordón umbilical». Tambien le piden que, aunque estén en una zona cálida, tengan al recién nacido y a la madre «tapaditos» mientras llega la ambulancia. «Siempre llega», afirma Aparicio, que explica que para tratar de «aliviar la tensión» en esos complicados momentos preguntan si es niño o niña, si es el primero o no, cómo tienen pensado llamarle...

Lo de preparar agua caliente, una escena recurrente de los partos extrahospitalarios en series y películas «no es necesario», aunque es útil para ir limpiando. Lo que sí es imprescindible es la ropa limpia. No sólo para que el bebé y la madre no pasen frío sino también ¡y muy importante! para recibir al recién nacido de la forma más segura posible: «Nacen con una grasita que puede hacer que se te patine de las manos».

Mientras la ambulancia corre para llegar lo antes posible, en el hospital se preparan para atender a madre y bebé. «Una matrona baja de Maternidad, en la tercera planta, a Urgencias, en la primera, les espera en la puerta, con un pequeño set para atenderlos», explica Moreno, que detalla que lo primero que se hace es comprobar la tensión de la mujer, que tenga el utero contraído, que haya alumbrado la placenta y si hay desgarros en el canal del parto. Esto, indica, suele ser habitual en estos partos, ya que se producen de forma tan rápida que no da tiempo a que éste se amolde. En el caso del recién nacido se aseguran de que esté bien y sólo si es necesario se avisa a un pediatra.

Aparicio confiesa que la tranquilidad para todos, los que están en casa y quien les asiste al otro lado del teléfono, llega con el llanto del bebé: «El alivio que sientes es directamente proporcional a lo fuerte que llora». El último nacido en casa en Ibiza no dio ningún susto en ese sentido ya que, según los sanitarios que lo atendieron, «lloró con fuerza al nacer».

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