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"Educación no puede tratar a los alumnos como si fueran sólo números"

El equipo docente del aula de transición a la vida adulta del instituto Sa Blanca Dona apoya a la familia de un alumno con discapacidad que pide que se quede en el aula Ueeco en la que ha estado los últimos años, donde cuenta con los recursos adecuados

Carmen Escandell y José Antonio Catalán, ayer, con su hijo Juan Carlos, a las puertas del instituto Sa Blanca Dona.

«La conselleria no puede tratar a los alumnos como números, sin conocer su realidad, desde un despacho. ¡Que nos consulten!», afirma el equipo docente del Aula de Transición a la Vida Adulta (TAVA) del instituto Sa Blanca Dona, en la que el curso que viene se supone que, por su edad, debería entrar Juan Carlos, un niño con un 87% de discapacidad física y neurológica. Sus padres, José Antonio Catalán y Carmen Escandell, han solicitado a la conselleria balear de Educación que le permita quedarse en el aula Ueeco (Unidad Específica Educativa en Centro Ordinario) del instituto Sa Colomina donde ha estado escolarizado los últimos años, ya que supondrá perder recursos que necesita (fisioterapeuta, logopeda...) sin que pueda cumplir, por su discapacidad, ninguno de los objetivos marcados en este aula.

Cuando las docentes leyeron la reivindicación de la familia no pudieron estar más de acuerdo. La colgaron en la sala de profesores del centro y el claustro y el equipo directivo coincidieron con ellas. «Apoyamos a la familia», comenta el equipo docente, que coincide con Juan Antonio y Carmen en que el aula TAVA no es lugar para Juan Carlos.

Del aula al huerto

«Se necesita autonomía», indican antes de detallar que si bien hay algunos momentos en los que se imparte clase, buena parte se dedica a otras actividades: «Talleres de cocina, de deporte, ir al huerto, aprender tareas de la casa, como hacer la cama o higiene personal, en una zona que simula un piso, aprender a hacer compras a través de una app...». Además, señalan, el aula TAVA prevé también horas de combinada, es decir, en las que están con compañeros de otras aulas, algo que es beneficioso tanto para los alumnos del aula específica como para los demás, «que aprenden a aceptar y respetar». Todo esto, insisten las docentes del aula TAVA, no lo puede hacer Juan Carlos.

Reacciones

«No podemos cubrir las necesidades de Juan Carlos»

Equipo docente aula TAVA

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«Al vivir en Vila nos obligan a cambiarlo a un recurso que no es para él»

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«Juan Carlos tiene un 87% de discapacidad, no puede cuidar del huerto ni hacerse la cama»

Carmen Escandell - Madre de Juan Carlos

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«No podemos cubrir sus necesidades», afirman las docentes, que señalan que éste no es el único caso que conocen en el que la conselleria no tiene en cuenta la situación y características de los alumnos. Ellas mismas piden que permanezca un año más en su aula un alumno que cumple 21 años, lo que le obliga a salir del circuito educativo. «Hemos pedido que se quede un año más porque con el covid no ha podido hacer lo que estaba programado», justifican las docentes antes de reiterar: «Los alumnos no son números ni años, no se puede hacer un corte así sin tener en cuenta nada más que eso y sin consultar». Confiesan que están «muy indignadas» y reconocen que lo de Juan Carlos «tiene mala solución».

La ideal, para ellas, sería que permaneciera en un aula Ueeco básica, como en la que ha estado los últimos años. En Sa Colomina o en Santa Maria, donde también hay otra que, explican, se encuentra cerrada y que se podría abrir si fuera necesario si la de Sa Colomina no pudiera dar respuesta a todos. Las docentes apelan al «sentido común» para tratar de encontrar una solución.

Ésa es la misma petición que hace la familia de Juan Carlos, que a pesar de que este año ya cumple los 19, física y mentalmente es como un niño de no más de cinco años. La familia denuncia que ha pasado casi un mes desde que presentaron los escritos y la documentación en la delegación territorial de Educación y que, de momento, no han recibido respuesta. De hecho, José Antonio y Carmen han firmado «con disconformidad» el dictamen de escolarización. La familia hizo una prematrícula en el instituto Sa Colomina a pesar de la edad de Juan Carlos.

«No aceptado ni rechazado»

«Ya han salido las listas y no aparece ni como admitido ni como rechazado», comenta la madre, que no entiende cómo su hijo no aparece como rechazado en las listas. Los padres denuncian la «discriminación» que sufren por pertenecer al municipio de Ibiza. Aseguran que si en vez de vivir en Vila lo hicieran en Santa Eulària o Sant Josep no se estarían enfrentando a este problema: «Allí no hay aula TAVA, por lo que los chicos como mi hijo pueden seguir en las aulas Ueeco hasta los 21 años». «A nosotros, por ser de Vila, nos obligan a cambiarlo a un recurso que no es para él», señala la madre, que confiesa que apenas podía creerse, cuando vio el tríptico informativo del aula TAVA, que Educación quisiera enviar a su hijo allí. «Realizar talleres, cuidar del huerto y del gallinero, trabajos de la vida cotidiana, autonomía personal, integración social, adquirir habilidades laborales polivalentes... ¿Cómo pretenden que mi hijo consiga aunque sólo sea uno de estos objetivos?», señala la madre, que confía en recibir una respuesta de la conselleria antes de que llegue el verano «y esté todo cerrado y no se pueda hacer nada».

Desde la conselleria balear de Educación ya indicaron hace unas semanas que Juan Carlos «ha finalizado su etapa de escolarización en el aula Ueeco» y que al cumplir 19 años el próximo mes de octubre, según la normativa «no puede seguir» en este aula. De la misma manera, reconocieron que la discapacidad que sufre el alumno «no aconseja que continúe su formación en el aula TAVA». De hecho, la conselleria recomienda a la familia que «no entre en el aula TAVA sino que se matricule en un centro de día o un centro de educación especial».

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