Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Don Pepe

Un año a base de ansiolíticos en el Don Pepe

Sant Josep paraliza el desalojo de los apartamentos Don Pepe, a la espera de que la Justicia se pronuncie ante la cautelarísima pedida por el abogado de la comunidad | Los vecinos muestran su agotamiento psicológico por la perspectiva de perder sus casas

Un año a base de ansiolíticos en el Don Pepe

Un año a base de ansiolíticos en el Don Pepe Josep Àngel Costa

Para ver este vídeo suscríbete a Diario de Ibiza o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Un año a base de ansiolíticos en el Don Pepe Josep Àngel Costa

El Ayuntamiento de Sant Josep anunció ayer que suspende el desalojo del bloque A de los apartamentos Don Pepe. Esta medida supone un pausa temporal y obedece a la solicitud de cautelarísima solicitada por el abogado de la comunidad de propietarios. Las actuaciones del Consistorio dependerán ahora de la respuesta que dé la Justicia, aunque ayer avanzaba que, en caso de que sea contraria al proceso llevada a cabo hasta ahora, accederá de buen grado y se alegrará por los afectados, que «ven aligerada su situación».

Una veintena de vecinos hacía guardia por la mañana, ante la incertidumbre de si iban a ser desalojados. J.A.C.

Los vecinos de los apartamentos Don Pepe viven una tregua en la orden de desalojo. El Ayuntamiento de Sant Josep anunció ayer, a primera hora de la tarde, que paraliza sus actuaciones hasta que la Justicia resuelva las medidas cautelarísimas solicitadas por el abogado de los propietarios. Unas pocas horas antes, un grupo de vecinos compartía la mañana frente a sus casas, sin saber si podrán salvarlas de la demolición. «Esta incertidumbre te mata, incluso llego a pensar que es mejor que me vengan a echar para dejar de pensar en qué me pasará a la vuelta de la esquina», confesaba Javier Gallizia.

Un día después de que se concentraran hasta 300 personas en el bloque A de los apartamentos Don Pepe, para oponerse al desalojo que preveían durante la mañana, el Ayuntamiento emitía un comunicado oficial. En su escrito, anuncia que, hasta que se pronuncie la Justicia, deja en suspenso cualquier iniciativa respecto a este edificio.

Javier Gallizia, con su familia, en el interior de su piso el lunes pasado, cuando los afectados se encerraron en sus casas. J.A.C.

Consecuencias irreversibles

«La Corporación no dará ningún paso más para evitar consecuencias irreversibles en sus actuaciones y se pone a disposición de la sala que ha recibido el escrito [de petición de cautelarísima] para aclarar todos los extremos que considere necesarios», indica en su comunicado. El Ayuntamiento subraya que actúa «en base a los informes de que dispone, que aconsejan desalojar a todas las personas que aún habitan el inmueble ‘ante el peligro inminente para todas ellas’».

Sant Josep ya ordenó el desalojo, en junio del año pasado, de dos escaleras de las cinco que forman el bloque A de los apartamentos Don Pepe. Unos días antes, había caído parte del techo de una habitación. La semana pasada, anunciaba que ordenaba la evacuación del resto del edificio y que iniciaba su declaración de ruina.

Una de las pancartas que cuelga de uno de los pisos. V.M.

El Ayuntamiento esgrime que no puede dar luz verde a la reforma del edificio que solicitan los propietarios, ya que entiende que se encuentra fuera de ordenación. Se da la circunstancia de que la urbanización, construida en 1964, consta de dos bloques y, en su expediente, el Ayuntamiento solo encuentra la licencia de uno de ellos. Mientras, los propietarios recuerdan que todo este tiempo han pagado los tributos municipales, además de hipotecarse con los bancos para adquirir estas viviendas.

A la espera de la respuesta judicial, el Ayuntamiento avanza que aceptará de buen grado una resolución es contraria a las medidas que ha iniciado hasta ahora. «Si la sala discrepa de este diagnóstico, el equipo de gobierno se alegrará por todas las personas que ven aligerada su situación». En palabras del alcalde, Ángel Luis Guerrero, no existe otra motivación «que la seguridad de las personas». «Mucho nos tememos, por la solidez de los informes que tenemos a nuestra disposición, que su integridad está amenazada», concluye el comunicado municipal.

Xicu Linares creía que los apartamentos Don Pepe eran dos bloques descuidados, a raíz de la imagen que se había formado por su fachada. Ahora, en cambio, exhibe el buen estado del piso en el que vive hace cuatro años, tras casarse con una propietaria del inmueble. Al igual que buena parte de los vecinos afectados, muestra imágenes de su domicilio en la página de Facebook ‘Soy de Aptos. Don Pepe’, creada para divulgar su causa y defender la posibilidad de hacerse cargo de la rehabilitación del edificio.

En estos días de movilizaciones, abundan las familias afectadas que se ofrecen a enseñar sus apartamentos y revelan por qué la imagen exterior del edificio no se encuentra en el estado que ellos quisieran. En 1993, llevaron a cabo una reforma integral de la fachada y acordaron con el arquitecto que debería repetirse esta actuación cada diez años, para reparar los efectos de la salinidad.

Un grupo de afectados, ayer por la mañana en el aparcamiento del Don Pepe. J.A.E.

A la espera de licencia

En el 2003 cumplieron con esta actuación. No obstante, relatan que diez años después, el Ayuntamiento les denegó el permiso «porque los bloques se encuentran fuera de ordenación». En ese caso, porque la licencia de 1964 permitía levantar cuatro plantas y, finalmente, se construyeron cinco. «Son casi 20 años sin poder hacer obras en la fachada, así que se ha ido degradando», indican.

Tras años de empeño, entregaron un nuevo proyecto en 2018 que preveían ejecutar entre marzo y abril de 2020. No obstante, el Ayuntamiento informó de que fue fue denegado el año pasado. «Aún tenemos 150.000 euros en el banco para empezar los trabajos», indica un vecino. A principios de junio, caía un trozo del techo en un piso de la escalera 1.

«Cuando empezaron con el primer desalojo, el ahora alcalde nos dijo a los que estábamos allí abajo que nos acabaría sacando a todos», asegura Linares. «No tenía ningún informe de cómo se encuentran nuestras casas, ¿a qué viene esa ansia por echarnos?», añade.

Unas familias asomadas por el balcón. V.M.

Francisco Arroyo es uno de los vecinos que pasa su segunda mañana junto al aparcamiento. Lleva 23 años en su apartamento, con su mujer y ahora con dos hijos, del que le quedan por pagar 20 mil euros al banco por la hipoteca. «Trabajo en la construcción desde hace 30 años y las patologías de este edificio se pueden subsanar fácilmente, es una cuestión política», insiste.

Una veintena de personas comparte sus vivencias y crisis de ansiedad. Cuentan que solo los inquilinos han aceptado la oferta municipal de dos meses de realojamiento en los apartamentos Bon Sol y que quedan 25 familias propietarias en el bloque.

«Mi mujer ayer me pidió el móvil y le di el mando a distancia. Estoy agotado y desquiciado, y eso que soy muy tranquilo», confiesa Javier Gallizia. Son tres de familia y les quedan 10 años de hipoteca. «Es un daño irreparable que no te deja vivir, no es comparable al físico. Ayer nos llamaron de los servicios sociales por si queremos ir al Bon Sol, pero esto solo agrava el sufrimiento y nos vemos en la calle en pleno agosto», lamenta.

Otra vecina, Anisa Mohamed, señala que lleva demasiado tiempo en este trance «inhumano». «Llevamos un año tomando ansiolíticos».

Siete familias realojadas por el Ayuntamiento

El Ayuntamiento de Sant Josep detalló ayer que siete familias que vivían de alquiler en el bloque A de los apartamentos Don Pepe, con un total de 17 personas, ya han sido realojadas en los Apartamentos Bon Sol. El Consistorio se hace cargo de dos meses de estancia en este establecimiento, tal y como hizo tras el desalojo de junio de 2020. Además, indicó que, en las próximas horas, estaba previsto que otras dos familias, también de inquilinos, se trasladaran a estos apartamentos en Platja d’en Bossa.

Compartir el artículo

stats