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Entrevista
Carmen Navas-Parejo Presidenta del Colegio de Arquitectos en la Pitiusas

Carmen Navas-Parejo: «La Administración debe hacer todo lo que pueda por el Don Pepe, es un drama social enorme»

Navas-Parejo considera que el camino para solucionar el problema de la vivienda pasa por impedir el alquiler ilegal de pisos turísticos e invertir en VPO

La nueva presidenta de los arquitectos pitiusos, durante la entrevista con este diario. Vicent Marí

Nueva presidenta del Colegio de Arquitectos en las Pitiusas. De los 184 colegiados, sólo 54 (el 30%) son mujeres. Una ellas, Carmen Navas-Parejo, se ha impuesto en las elecciones internas, con el 70% de los votos, a Joan Marí y se ha convertido en la primera mujer que asume el mando en el Colegio de Arquitectos.

La arquitecta Carmen Navas-Parejo, que aterrizó en la isla en 2003 para trabajar en el proyecto del Castillo de Dalt Vila y ya no se marchó, se convierte ahora en la primera mujer que asume la presidencia de la Demarcación de Ibiza y Formentera del Colegio de Arquitectos en sustitución de Iván Torres. Navas-Parejo obtuvo el 70% de los votos en unas elecciones en las que se impuso a Joan Marí, el otro candidato al cargo.

La nueva presidenta destaca que esta convocatoria electoral fue «un éxito histórico de participación», porque, si en otras elecciones participaban entre 20 y 30 arquitectos, esta vez lo han hecho cerca de un centenar (de un total de 184 colegiados). «Me siento muy respaldada. Esto da mucha energía para trabajar», dice Navas-Parejo, al tiempo que destaca que ha invitado al otro aspirante a que «aporte sus ideas» para mejorar el colegio. «Entre todos sumamos y todos vamos en el mismo barco».

«La Administración debe hacer todo lo que pueda por el Don Pepe, es un drama social enorme»

¿Por qué se ha tardado tanto a que una mujer asuma la presidencia de la demarcación pitiusa del Colegio de Arquitectos? ¿A qué lo atribuye?

Pues no lo sé. Supongo que es cierto que hay un techo de cristal y que hay que darle una patada. A mí me apetecía, pero yo misma me iba poniendo excusas de que tenía mucho trabajo, de que tengo un hijo, de a ver si no iba a estar a la altura… Pero había que dar el paso porque siempre le he tenido mucho cariño al colegio. Ya estuve dentro. Y a mí y a mi compañera Amelia Molina, que es la tesorera del colegio, nos apetecía ponernos al frente y aportar todo lo que podamos.

Tampoco ha habido apenas presencia de mujeres en las directivas de la demarcación.

Muy poca. No es lo que predomina. Hay muchas mujeres en la profesión, aunque hay pocas que se atreven a montar su propio despacho. Muchas acaban trabajando para otros arquitectos, o cuando hay matrimonios acostumbra a ser el hombre el que se colegia y firma, y la mujer está un paso por detrás. Ahora está cambiando y en los colegios de arquitectura hay muchas mujeres, cuando antes era algo raro.

Por ser mujer, ¿ha tenido más dificultades en su profesión? ¿En qué más lo ha notado?

Parece que todo se cuestiona más. No ocurre siempre, pero a veces si un hombre da una orden en una obra parece que tiene más importancia que si la da una mujer. Por ejemplo, en una ocasión tuve que repetir tres veces que la tela asfáltica estaba puesta al revés. Cosas así. Es como que no te escuchan, que está mal lo que dices y que tiene que venir alguien a reconfirmarlo. Es un mundo de hombres, pero me he manejado siempre bien.

¿Cuáles son los principales problemas que le transmitieron sus compañeros de profesión cuando les informó de su interés en presidir el colegio?

La principal preocupación de los recién colegiados es que se sienten bastante solos y sin apoyo. Desde el colegio hay que intentar dar una mano, porque es un mundo complicado, burocráticamente imposible, y se sienten absolutamente perdidos. En cuanto a los que no son tan jóvenes, al 98% de las personas con las que hemos hablado, les preocupan los trámites burocráticos: los plazos de obtención de licencia. Hasta cinco años en suelo rústico y, dependiendo del Ayuntamiento, entre dos y tres años en urbano. Algunos funcionan fenomenal y en dos meses se consigue.

El otro aspirante a la presidencia, Joan Marí, forma parte de la ejecutiva del PP. Aunque los estatutos no lo impiden, ¿considera que es compatible al menos desde un punto de vista ético? Está el caso del presidente del colegio de los aparejadores de las Pitiusas, José Luis Rodríguez, que es concejal de Ciudadanos.

Pienso que no debe mezclarse la política con el colegio de arquitectos, e incluso tampoco con el fútbol. Mire lo que le digo. Odio estas mezclas. Para mí no era buena para el colegio esta situación. Pero es una decisión personal suya [de Joan Marí] y que yo sepa los estatutos no lo impiden. Cuando uno pertenece a varios colectivos puede generar dudas sobre quien habla.

Y antes de las elecciones del colegio, Joan Marí publicó una anuncio en el BOIB en el que informaba de la exposición pública en el Consell, al margen de la institución, de un expediente de una antigua licencia, ya caducada, para construir una casa en Cala d’Hort. ¿Esto es normal?

Pues yo no había oído un caso similar antes. Se ha equivocado, no tendría que haber optado por esta vía, pero hay que tener en cuenta que lo hizo como un particular, porque lo publicó en la sección de anuncios particulares, y como promotor.

Pero es arquitecto y tiene más conocimiento que otras personas.

Está claro, seguramente no le han asesorado correctamente y se ha equivocado.

¿Se le puede abrir un expediente?

El colegio lo está estudiando.

¿Qué ideas tiene en la cabeza? ¿Seguir una línea continuista de la de su antecesor, Iván Torres? ¿Abrir nuevos frentes?

Iván Torres y la junta que trabajaba con él lucharon mucho por reducir los trámites administrativos, pero no lo han conseguido. Comentaba el otro día Iván que se va triste al ver que, en vez de haberse acortado los plazos, incluso se han incrementado. La ley 2/2020 permite la firma de convenios con la Administración y ya estamos colaborando con un ayuntamiento para ver de qué manera podemos encajarlo y ofrecer nuestra ayuda.

¿Se refiere a Sant Antoni?

Sí.

¿Qué soluciones ve usted al problema del atasco que sufre este ayuntamiento? ¿Es suficiente la ayuda del colegio?

No, es una medida puntual y provisional para desatascar el tapón que tienen, creo, de 700 expedientes. El Ayuntamiento tiene que contratar más técnicos. Ha hecho hace poco un concurso y creo que sólo ha aprobado una persona. ¿Qué está pasando en esos exámenes? Si firmamos un convenio con un ayuntamiento pediremos también condiciones para que el trabajo que hagamos tenga luego una continuidad.

¿Qué tipo de condiciones?

Por ejemplo, el compromiso de aprobar un nuevo plan general, unificar normativa, transparencia… Este tipo de cosas y, por supuesto, empezar a buscar y poner tres técnicos para que haya movimiento. No vamos a estar trabajando para el ayuntamiento de por vida. No es la misión del colegio, sino una acción puntual. A todos nos interesa.

¿Cuánto personal puede destinar a ello el colegio?

No lo puedo concretar ahora. Tendríamos que contratar más personal. El colegio funciona fenomenal con la plantilla que tiene. Jamás se había visado al día. Cuando yo estuve de visadora [en 2006] había a veces colas de mes y medio, ahora se hace al día.

¿Cómo ve el reglamento del Consell, aprobado inicialmente, para simplificar los trámites administrativos, sobre todo la eliminación de la tramitación de la cédula de primera ocupación?

Es de sentido común y se estaba pidiendo desde hace tiempo. De hecho, el Colegio de Arquitectos ha participado en las reuniones previas de revisión de este reglamento. Todo lo que pueda evitar duplicidad de trámites es mucho mejor para todos.

¿Cree que el alquiler turístico de las casas payesas es una vía adecuada para tratar de impulsar su conservación?

Si se hace limpiamente y conforme a lo que establece este reglamento, podría funcionar. Luego ya sabe que «hecha la ley, hecha la trampa». A ver en qué deriva todo esto. Pero, como sistema de ingresos para el pequeño propietario que tiene una casa payesa y que es carísimo mantenerla, me parece una buena herramienta.

¿Cómo ve usted el problema de los apartamentos Don Pepe?

Es un drama social enorme.

¿Qué posible solución le ve a un edificio fuera de ordenación y que amenaza ruina según los informes de Sant Josep?

La ley de Urbanismo de Balears lo dice bien claro: si un edificio está fuera de ordenación no se pueden realizar obras hasta que se legalice. Ahora bien, ¿está realmente este edificio fuera de ordenación? Este es el quid de la cuestión. Al estar en primera línea de mar está muy dañado y si se declara en ruina probablemente un técnico habrá dicho que así es. Yo no lo he visitado. La Administración debería hacer todo lo que esté en sus manos para intentar solucionarlo. Conozco de este asunto sólo lo que he leído en prensa. Hay una licencia de un edificio, del otro no. ¿Qué pasó? ¿Se hizo el final de obra y los técnicos vieron que se habían construido dos edificios? A veces, cuando se hacen dos edificios iguales se presenta sólo un proyecto para no repetir los planos. Habría que verlo.

La otra solución pasa por el realojo de los residentes, pero hay un grave problema de falta de vivienda con unos precios inasequibles. ¿Qué solución tiene este problema de la isla?

Es un tema muy complejo. Hay dos cuestiones. La primera, evitar el alquiler ilegal de pisos turísticos que no lo son, cuya práctica bloquea el mercado y provoca la subida de los precios. Y, por otro lado, invertir en viviendas de protección oficial de alquiler.

Pero hay falta de suelo para construir más viviendas.

Planeamiento, planeamiento y planeamiento. No sé cuántas versiones tengo guardadas en el ordenador de la aprobación inicial del planeamiento de Sant Josep. No puede ser. Digo Sant Josep porque es el municipio con más suelo urbano bloqueado. También sucede lo mismo en algunas zonas de Sant Antoni. No se han desarrollado urbanísticamente como tocaba. Es un problema muy complicado. La solución pasa por aprobar planes especiales de reforma interior (PERI).

¿Está golpeando mucho la crisis sanitaria al sector de la construcción?

Ha habido una caída importante del número de visados, que ya iba en descenso. Empieza a haber movimiento.

¿En qué sentido?

Empiezan a venir inversores, se recuperan proyectos que estaban dormidos… creo que próximamente la situación va a cambiar. Hay energías y ganas de volver a la normalidad. Es cierto que, por el retraso existente, las obras que se están construyendo ahora vienen de hace cuatro años. En 2020 entraron pocos proyectos nuevos en los despachos. Quien quería invertir se lo pensaba dos veces. Ahora parece que puede haber movimiento, pero no lo veremos en datos de visados hasta dentro de un tiempo.

Sus antecesores siempre han manifestado que el ‘boom’ de la construcción previo a la crisis de 2008 no es lo deseable.

No.

¿Cuál es el escenario ideal en una isla como Ibiza?

Que no haya incertidumbre. Es terrible que cada vez que hay un cambio político se modifique la normativa. Esto provoca, como sucedió con la Norma Territorial Cautelar del PTI en 2016, un efecto llamada para agotar parámetros de edificabilidad. Si hubiera una seguridad de que alguien va a poder construir en su finca y de manera lógica, la gente haría lo que necesitara y cuando lo necesitase. Y, por supuesto, hay que fomentar la rehabilitación. Tenemos un territorio finito.

¿Se debería limitar la construcción en suelo rústico?

Ya está condicionado y regulado. Cada vez se puede construir menos. Ya no se puede segregar [salvo en caso de herencia familiar]. En Formentera se puede construir más que en Ibiza. Me refiero a los parámetros de construcción. Se pueden construir viviendas de mayor tamaño, incluso se permiten usos en sótanos ligados a la vivienda y en Ibiza no. Formentera es más permisiva en cuanto a lo que se puede hacer en rústico. Antes valía todo, y, según mi opinión, no tendría que haber sido así. Ahora hay una limitación estricta de parámetros sin estudios que digan por qué. Ahora se necesita un poco más de altura para cumplir las normativas que marca el código técnico.

¿Qué piensa de que el caso Huerta se cerrara con un acuerdo con los acusados sin juicio?

Los colegiados no lo han entendido muy bien porque parece que después de tantos años luchando por esto ha acabado en nada. Pero si se tiene en cuenta que el principal imputado [el exarquitecto municipal de Sant Josep Antonio Huerta Briz] falleció, el hecho de que se reconozcan los hechos [por parte de los otros dos acusados, Antonio Huerta Chamorro y su expareja Pilar Fernández] y evitar el pago de las costas es un éxito. El colegio está muy satisfecho con el resultado.

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