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Crisis sanitaria y turismo

Los hoteleros de Ibiza avisan: «Si Reino Unido no da luz verde al turismo, será un drama»

La CAEB lamenta que el esfuerzo para lograr una situación sanitaria óptima «se vaya al garete» y critica que el Estado levantara el estado de alarma

Turistas británicos en Sant Antoni, en una imagen del pasado verano. | TONI ESCOBAR

Frustración, desánimo y preocupación en el sector turístico de Ibiza tras la decisión del Reino Unido de mantener a España, y sin distinguir a Baleares del resto del Estado, en color ámbar del semáforo que regula los viajes de sus compatriotas. Aparte de que el Gobierno británico no recomienda que se viaje a España, esta situación obliga a los ingleses que quieran viajar a la isla a hacer cuarentena al regresar a su país y a someterse a hasta tres pruebas PCR.

De momento se ha perdido el mes de junio pero hay máxima preocupación ante la posibilidad de que, en la próxima revisión, prevista para el día 24, no cambie esta situación, lo cual condenaría a «muchos hoteles» cuya actividad depende de turoperadores británicos a no abrir sus puertas este verano, según explica la presidenta de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera, Ana Gordillo, que califica el veto turístico del Reino Unido de «muy grave».

Turistas en la Marina de Ibiza el pasado mes de mayo. J. A. Riera

El vicepresidente de la patronal hotelera de Sant Antoni, Juanjo Planells, considera que si en la próxima revisión del día 24 el gobierno británico no da luz verde a los viajes a Ibiza la situación será «un drama e irreversible», puesto que «el verano prácticamente ya estaría perdido». «No nos lo podemos permitir. Veríamos zonas que serían auténticos cementerios. Ahora mismo, esta cuota de mercado no se puede reemplazar», recalca Planells, que, no obstante, destaca el aumento de la demanda de turistas holandeses, franceses, alemanes e italianos. «Pero juntándolos todos no llegan a la importancia del mercado británico para algunas zonas, como Sant Antoni y la bahía».

Incertidumbre e inestabilidad

Ana Gordillo destaca lo «frustrante» que es que «todo el esfuerzo que se ha hecho» para alcanzar una situación epidemiológica óptima para abrir las puertas al turismo con suficientes garantías sanitarias no sirva por el momento. Sobre todo «preocupa la inestabilidad» que generan la decisiones del gobierno británico, ya que, aunque en la próxima revisión se diera luz verde a España (o las islas), puede suceder, como en el caso de Portugal, que «tres semanas después se vuelva al color ámbar». «No hay garantías», dice.

«Esto no puede pasar: perder el mercado cuando la planta hotelera esté abierta. Sería catastrófico»

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Planells califica de «dramática e irreparable» la posibilidad de que en la isla sucediera lo mismo que en Portugal. «Esto no puede pasar: perder el mercado cuando la planta hotelera esté abierta. Sería catastrófico», indica Planells, que aún confía en la posibilidad de que se establezca un corredor seguro entre Ibiza y el Reino Unido. «Los ingleses están locos por viajar a Ibiza. Cuando puedan hacerlo, será una locura, que se ha de controlar», señala, en referencia a que hay ir con «mucha cautela, ser rigurosos con los controles e incrementar la vacunación».

Gordillo indica que sólo el 7% de la planta hotelera está abierta y advierte de que la previsión de que a finales de mes puedan abrir todos los hoteles depende de que el Reino Unido cambie de postura. «Es desesperante pensar que de cara a la próxima revisión hay que pasar sí o sí a color verde», dice.

«Momento muy delicado»

El vicepresidente de la CAEB en las Pitiusas, José Antonio Roselló, señala que hay que «ser realistas» y que el turismo de la isla afronta «un momento muy delicado». También lamenta que todo el esfuerzo que se ha hecho para bajar la incidencia del covid «se ha ido al garete», pero destaca la necesidad de «seguir en la misma línea».

Roselló considera que la política del Gobierno español «no ha favorecido esta situación». «A lo mejor habría sido más conveniente mantener el estado de alarma y programar una desescalada más pausada. No se puede pasar del cero al todo y tengamos un peligro real de incremento de contagios. No sé hasta qué punto se está haciendo, además, un trabajo diplomático serio», explica.

Asimismo, el vicepresidente de la CAEB destaca que lo sucedido con Portugal, con «lazos económicos históricamente muy estrechos con el Reino Unido», es «un aviso muy importante». Roselló atribuye «la inquietud» del gobierno británico a las nuevas cepas y la incertidumbre sobre cómo estas pueden afectar a la vacunación.

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