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CaixaBank y Bankia prevén cerrar un tercio de sus oficinas en Baleares

Los sindicatos critican el nuevo modelo bancario

Un cajero de Bankia. EFE

La fusión de CaixaBank y Bankia se puede saldar con el cierre de cerca de un tercio de las oficinas que ambas entidades suman en Balears, según el informe que el banco resultante ha entregado a las organizaciones sindicales y que refleja sus pretensiones iniciales, a la espera de cómo concluya la negociación que ambas partes mantienen para fijar el alcance del expediente de regulación de empleo que se ha presentado. En concreto, la red de CaixaBank en las islas está formada por 141 puntos de atención a sus clientes, y la de Bankia por 123. Pues bien, la previsión inicial de la entidad financiera es cerrar en torno a un 30% de esas 264 dependencias, es decir, alrededor de 80, según subrayan los representantes de los trabajadores.

Desde las organizaciones sindicales no se oculta que el archipiélago es la zona de España donde la fusión de ambos bancos ha conllevado un mayor solapamiento de oficinas, dado que aproximadamente la mitad del mercado financiero balear estaba en sus manos, de ahí que sea una de las zonas donde esa reducción de dependencias va a ser proporcionalmente más importante. Sin embargo, se señala la esperanza de que el citado cierre de dependencias finalmente sea inferior al anunciado, pese a que las competencias negociadoras de los sindicatos se ciñen a las reducciones de personal, pero no de los centros de trabajo.

Este recorte de instalaciones de atención al público es más importante que el que se prevé en el número de empleados, dado que de la actual plantilla de 1.673 personas en las islas, se propone la salida de 358, es decir, de un 21%.

Los representantes de los trabajadores pronostican un aumento de las oficinas que solo estarán operativas unos días a la semana

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Además, los representantes de los trabajadores pronostican un incremento de las oficinas que solo estarán operativas unos días a la semana, una situación que se dará especialmente en algunos municipios pequeños, según se destaca.

El presidente del Sindicat Independent de Balears (SIB), José Antonio Sureda, y el portavoz de la Unió Obrera Balear (UOB), Joan Reynés (la primera de estas organizaciones es mayoritaria en CaixaBank en las islas y la segunda en Bankia, también con carácter local), coinciden en que el nuevo modelo de banca que se quiere impulsar supone claramente una pérdida de calidad en el trato que recibe el cliente, al rebajar los puntos donde éste puede recibir un servicio «cara a cara», y apostar por la concentración en grandes dependencias especializadas en las que la prioridad es «vender productos financieros». «Es como un hospital en el que no hay servicio de Urgencias», señala Sureda.

En este sentido, no ocultan el fuerte aumento de las personas que realizan sus trámites por internet, pero consideran que esta vía, que debía de suponer una alternativa para aquellos que se sienten más cómodos realizando sus gestiones por vía digital, se está convirtiendo en la única opción, pese al rechazo que sigue generando entre una buena parte la clientela de mayor edad, que prefiere la atención directa en la oficina.

En este sentido, se recuerda la notable relación personal que llegaba a generarse entre el personal de las oficinas y sus usuarios, y se lamenta su paulatina desaparición.

Cae la mitad de la red

La previsión de cierre de puntos de atención al público debido a la fusión de CaixaBank y Bankia vendrá a acentuar el fuerte recorte de la red de oficinas financieras que se registra en las islas desde que estalló la crisis económica de 2008.

Los datos del Banco de España cifran en 1.241 el número de oficinas de entidades de depósito que existía en el archipiélago en 2007. Hay que tener en cuenta que esa fecha coincide con un periodo expansión, durante el cual bancos y cajas de ahorros de toda España aspiraban a tener presencia en Balears por considerar a las islas como una de las zonas del país con más opciones de negocio.

La crisis posterior, y la fase de fusiones con la desaparición de la práctica totalidad de las cajas provocaron una paulatina reducción de la red de oficinas bancarias en las islas. En 2012 su número se había rebajado ya hasta las 1.080, para descender hasta las 852 a finales de 2016. Al cierre del pasado año, ya solo quedaban 610, menos de la mitad de la cifra previa a la crisis anterior. Ahora habrá que reducir las derivadas de la fusión de las dos entidades antes señaladas.

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