El Govern no quiere perder más tiempo ni quedarse sin margen de reacción ante la cuenta atrás para el final del estado de alarma. Por ello, la presidenta Francina Armengol se ha reunido ya de urgencia con todos sus consellers para aprobar las restricciones para contener el coronavirus, que quedaban en el aire con el final del estado de alarma -el toque de queda a las 23h, la limitación de seis personas en reuniones sociales y familiares, el 50% de ocupación en lugares de culto y los controles sanitarios a pasajeros nacionales en puertos y aeropuertos- el próximo domingo y ha decidido remitirlas hoy mismo al Tribunal Superior de Justicia (TSJB) para que avale estas medidas.

Con la voluntad de mantener el grueso de las restricciones, el Govern realizó este lunes una consulta al TSJB sobre qué medidas podía seguir aplicando una vez decaiga el estado de alarma, con las dudas puestas principalmente en estas cuatro medidas. El tribunal le ha devuelto hoy la pelota rechazando entrar a valorar las medidas mientras no fueran aprobadas formalmente. Por ello, y para no perder margen ante este contratiempo, el ejecutivo se ha reunido de urgencia pasadas las 14h en un breve Consell de Govern de mero trámite para aprobar las medidas y remitirlas hoy mismo al TSJB.

La previsión del Govern es que el tribunal adopte una resolución este mismo jueves y tener así margen para poder reaccionar antes de llevar el viernes al Consell de Govern ordinario el resto de las restricciones, principalmente aquellas que afectan a actividades económicas, como las relativas al comercio o a bares y restaurantes, para que entren en vigor el próximo lunes tras el fin del estado de alarma para los siguientes 15 días.

Si el tribunal tumba la limitación del número máximo de personas en reuniones sociales y familiares, a la que se opone Fiscalía, se tambaleará toda la actual arquitectura de restricciones del Govern, centrada en evitar la concentración de personas en interiores por el elevado riesgo de contagios.