Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

Ayuso no ganaría en Baleares, pero también golpea a Armengol

La posición dominante del PSOE balear, sin oposición digna de tal nombre, se ve debilitada - Madrid ha desacreditado electoralmente las restricciones drásticas auspiciadas por el Govern

Marga Prohens es la traducción al mallorquín de Ayuso. MANU MIELNIEZUK

La ambigüedad propia de Mallorca extrae dos conclusiones, solo contradictorias en apariencia, de las elecciones provinciales madrileñas. La primera establece que Ayuso no ganaría en Balears, en consonancia con el edicto oracular de un dirigente del PP local, «Mallorca no es Madrid». Pese a ello, y en segundo lugar, el resultado abrumador de las autonómicas del martes no solo define la senda de los populares, sino que también golpea a Armengol con una violencia inusitada. Hiere al Govern en su línea de flotación, la culpabilización a los ciudadanos de la propagación de la pandemia.

Sobre la vencedora en cuestión, Mallorca ha dispuesto de políticas con un descaro semejante a Ayuso, la primera que viene a la mente es Maria Antònia Munar. En activo, el PP autóctono dispone de la traducción al mallorquín de la presidenta madrileña, que se llama Marga Prohens. Es una versión mediterránea, con idéntico desparpajo y ausencia de sentido del ridículo en el fragor del combate.

En abierto desafío a la naturalidad a rienda suelta consagrada en Madrid, el PP balear adiestra a un Biel Company embridado y neutro. Curiosamente, la victoria apabullante limita la capacidad de maniobra de Casado para imponer a su favorita en Mallorca, de nuevo Prohens.

Descartada la importación literal de Ayuso a la isla, queda por explicar la quiebra socialista. El todopoderoso Ábalos y la vicepresidenta Carmen Calvo han relativizado «el fracaso de los socialistas madrileños», de nuevo la orfandad de la derrota. Contra la voluntad de circunscribir a Madrid la declaración como zona catastrófica para el socialismo, también la posición del PSOE balear se ve debilitada desde el martes, pese a carecer de una oposición digna de tal nombre en el Parlament.

El Tribunal Superior vuelve a dividirse en las trincheras, 3 a 2, de su sentencia a favor de la farmacia de Bauzá

decoration

El empeoramiento súbito de la anterior hegemonía de Armengol se debe a que Madrid ha desacreditado electoralmente las restricciones drásticas auspiciadas por el Govern contra la pandemia. Las más exigentes del Estado, véanse los horarios navideños. Los votantes madrileños pisotearon la jaculatoria de la «relajación» ciudadana como culpable de la propagación de la pandemia. Puede tratarse de una actitud suicida castiza, frente a la mera esterilidad de un estado de alarma que no ha conseguido ninguno de sus objetivos. Y que está vigente en la capital, cabe recordarlo.

Para entender el bofetón al Govern, es imprescindible desplazar el foco desde la campeona cegadora de las elecciones, para centrarse en las circunstancias concretas en que se ha producido su triunfo y que ha sabido aprovechar. En una de las pocas preguntas no manipuladas del CIS, los madrileños premiaban a la presidenta por su gestión de la pandemia, aunque sería mejor hablar de su «actitud». Por emplear la crítica de la también candidata Mónica García, tan inteligible desde Mallorca, el PP «ha convertido a Madrid en Magaluf». Y no le ha salido nada mal.

Es posible hablar interminablemente del Govern sin recordar siquiera a sus socios menores. Los temblores que las elecciones provocan en el PSOE deberían intensificarse en un ataque de pánico para Més y Podemos, que pueden pagar facturas ajenas en caso de que les alcance la onda expansiva de la Puerta del Sol.

Pablo Iglesias concibió el sueño de Podemos como manifestante en Palma contra el TIL en septiembre de 2013

decoration

El Govern suplica ahora el mantenimiento de un toque de queda al servicio de los hoteleros, que suspiran por matar dos pájaros de un tiro, preservar sus privilegios y librarse de la izquierda. En la cuestión previa, el Tribunal Superior ha vuelto a dividirse en las trincheras, tres a dos, de su sentencia a favor de la farmacia de Bauzá. En ambos casos contra una pretensión de Armengol.

En fin, la extinción de Pablo Iglesias obliga a recordar que concibió la proyección de Podemos como manifestante en Palma contra el TIL, en septiembre de 2013. Asistió a la marcha con su entonces pareja, Tania Sánchez. Ambos eran huéspedes en la isla de Laura Camargo. 

Compartir el artículo

stats