Tras pasar el curso estudiando en el aula diferentes conceptos sobre la aeronáutica, los alumnos de la clase de cuatro años B del colegio Sant Antoni se dieron cuenta de que su sueño de construir un avión de verdad les quedaba grande, así que buscando algo más pequeño llegaron al aeromodelismo y dos expertos les instruyeron la semana pasada sobre la construcción y el vuelo de las aeronaves a escala.
Los alumnos de la clase de cuatro años B del colegio Sant Antoni de Portmany, que tienen como nombre de grupo ‘Las y los pilotos constructores de aviones’, disfrutaron la pasada semana de una salida de lo más especial en la que tuvieron su primer contacto con el aeromodelismo.
«Después de haber trabajado en el aula durante todo el curso diferentes conceptos sobre las aeronaves y mostrar un verdadero interés en construir un avión, fue al ver que escapaba de sus posibilidades el construir uno a tamaño real, tal y como quería el alumnado, como llegaron al concepto del aeromodelismo, una afición, que es deporte y ciencia, a partes iguales y que los acercaba a su objetivo», señala la tutora del grupo, Marta Enrich.
Enrich contactó con Vicent Bonet y Toni Roselló, quienes, a pesar de no haber desarrollado nunca un taller para niños y niñas, «se ofrecieron encantados a explicarles en qué consiste su afición, a la cual llevan dedicando su tiempo libre y esfuerzos desde hace más de veinte años».
Controlar los mandos
En este taller, estos jóvenes pilotos aprendieron cómo y por qué vuelan los aviones, qué tipos de motores pueden llevar, con qué materiales se deben construir para que vuelen y muchos más conceptos con los que, ahora, las niñas y niños podrán profundizar en lo que les queda de curso.
Además, estos dos expertos en aeromodelismo permitieron a los escolares manipular el mando a control de un avión, construyeron un avión con los pequeños y, para terminar el taller, les hicieron una verdadera demostración de vuelo con aviones y avionetas realizados a diferentes escalas.
De entre las cosas que más les impresionaron de esta clase al aire libre se encontraba una avioneta realizada a escala 1:3. «Este grupo quiere recomendar su experiencia a todo aquel que tenga interés en el aeromodelismo y animar, también, a conocerlo al resto de personas y centros educativos, porque es una afición que se está perdiendo y tiene muchas posibilidades educativas», afirma Enrich, que agradece a Vicente Bonet y Toni Roselló «su implicación y buen hacer con los escolares, que aprendieron y disfrutaron muchísimo».