El Ayuntamiento de Sant Josep ha ordenado la demolición de todas las construcciones ilegales correspondientes a un restaurante ubicado en Platges de Comte, en Ibiza.

El derribo deberá producirse en un plazo máximo de dos meses, ha informado el Consistorio este sábado en un comunicado.

Las obras que se estaban acometiendo sin licencia fueron detectadas el año pasado en un antiguo restaurante situado en el camino de ses Roques Males, en las inmediaciones de Platges de Comte.

Estas obras consistían, entre otras, en la conversión de la piscina en habitaciones para destinarlas a uso residencial, tal y como detectaron los agentes de la Policía Local en una inspección realizada a raíz de la denuncia recibida en el retén de la Policía Local a raíz de las obras a la edificio.

La junta de gobierno de Sant Josep ha ratificado la propuesta de resolución de los servicios jurídicos municipales, que entre otras cosas advierte al promotor de que si incumple la orden de restauración de la legalidad urbanística infringida arriesga a la imposición de hasta 12 sanciones coercitivas por importe del 10% del valor de las obras realizadas y de un mínimo de 600 euros cada una mientras persistan las irregularidades.

Otro expediente, ahora sancionador

Una vez cerrado el expediente de restablecimiento de la legalidad, ahora se abrirá otro expediente de carácter sancionador contra el promotor de estas obras ilegales, consideradas una infracción grave.

La resolución acordada también mantiene la suspensión de los usos urbanísticos de la parcela y se advierte de que, transcurrido el plazo para ejecutar las tareas necesarias para el restablecimiento de la realidad física alterada y el derribo de todo lo construido sin licencia, el Ayuntamiento podrá ejecutar de manera subsidiaria estos trabajos con coste a cargo del infractor.

Contra esta decisión se puede presentar recurso de reposición ante la Junta de Gobierno o ante el Juzgado de lo Contencioso Administrativo.

Al promotor se le imputa la construcción sin licencia de «al menos» una piscina, cubierta por toldos para ocultar las obras a sus vecinos, varias cámaras por debajo de ésta (soterradas y semi-enterradas), una terraza y unas escaleras de acceso a la zona. Las estancias disponían de ventilación e iluminación a través de aberturas en los paramentos verticales, lo que hace suponer que se querían destinar a uso residencial.

Obras ilegalizables

El expediente de restablecimiento de la legalidad vulnerada se abrió a raíz del informe de los servicios urbanísticos de septiembre del año pasado, que confirmaban que las obras no sólo no disponían de licencia sino que también eran ilegalizables, dada la calificación urbanística de la parcela, suelo rústico común afectado parcialmente por el área de protección territorial y en área de protección de riesgos de vulnerabilidad de acuíferos y parcialmente de incendios.

La apertura del expediente se comunicó también al Registro de la Propiedad para que fuera anotado preventivamente, un procedimiento que se hace de manera rutinaria desde el Ayuntamiento en estos casos y que se mantiene hasta la resolución de la infracción .

Tras varias gestiones para informar a la persona identificada como responsable de las obras ilegales y sus representantes sin que se presentara proyecto de legalización por su parte, a pesar de concederle la ampliación de plazo que había requerido para hacerlo, el procedimiento de restablecimiento de la legalidad ha seguido su curso una vez agotados «con creces» los plazos para que formularan alegaciones hasta la resolución ratificada por la junta de gobierno.

Paralización de las obras

Agentes de la Policía Local de Sant Josep ordenaron en febrero de 2020 la paralización de las obras sin licencia en un antiguo restaurante en el camino de ses Roques Males, en las inmediaciones de Platges de Comte, donde se estaba transformando en habitaciones una piscina, entre otras irregularidades. Los funcionarios actuaron a instancias de una queja recibida en el retén raíz de las obras en el edificio, donde se han detectado también algunos almacenes y una furgoneta donde se encontraron indicios de que había gente viviendo. La presencia policial provocó la desbandada de los trabajadores que en ese momento estaban en la obra.

A raíz de una queja por las obras en un edificio del Camino de ses Roques Males, una patrulla policial se desplazó al lugar para comprobar los hechos. Allí, el propietario del restaurante donde se estaban haciendo las obras, un ciudadano de origen francés, explicó que estaban haciendo una escalera y autorizó la entrada a los agentes para comprobarlo. Una vez en el recinto, los policías pudieron comprobar que las obras tenían un mayor alcance.

En la inspección del recinto se detectaron varios habitáculos con indicios de estar habitados, entre ellos una furgoneta y dos almacenes. Además, se observó gran cantidad de materiales de construcción y pruebas evidentes que se estaba trabajando, con cemento fresco en varios puntos. Además de la escalera en construcción, los agentes detectaron que se estaban alterando las dimensión de la piscina para hacer una construcción de tres habitaciones destinadas, posiblemente, a una vivienda.

En todo el recinto se habían extendido carpas para ocultar a los vecinos la realización de las obras. En un extremo del establecimiento se detectó una pequeña vivienda donde residían las dos personas identificadas, a las que se encontró también en posesión de una pequeña cantidad de marihuana. Una persona identificada también en la entrada corrió al interior del establecimiento para avisar a las que trabajaban en el interior, provocando una desbandada. Advertido de este hecho, el ciudadano francés explicó que probablemente habían huido por no tener su estancia regularizada en España.