Las obras de reforma del edificio que acogía el antiguo Ayuntamiento de Ibiza, en Dalt Vila, han dejado al descubierto una cisterna de origen púnico de metro y medio de profundidad que dejó de utilizarse durante la ocupación romana de la isla, en torno al siglo I d.C.
De hecho, durante el estudio de la zona los pocos materiales que se han encontrado, entre ellos trozos de cerámica y algunas piedras talladas, son del siglo I o II d.C, todos romanos.
El hallazgo se ha producido al cavar unas zanjas en los trabajos de instalación del saneamiento en las estancias situadas junto al Claustro del antiguo Consistorio, en la zona de la fachada que da a la calle General Balanzat. De hecho, el aljibe ocupa parte de la estructura de la antigua casa consistorial y se prolonga unos metros por debajo de esta calle. La cisterna es de considerables dimensiones y los técnicos del departamento municipal de Arqueología están todavía estudiándola.
Cuando se urbanizó la zona (antes del siglo XVI d.C.), una pequeña colina, la Universidad adquirió unas casas para construir la iglesia de Sant Domingo
Al parecer, en el momento en que se urbanizó la zona (antes del siglo XVI d.C.), que era una pequeña colina, la Universidad adquirió unas casas para construir la iglesia de Sant Domingo. Durante esta obra se hicieron unos rebajes que seccionaron la cisterna en horizontal en la zona que precisamente ha salido a la luz.
El Ayuntamiento tiene documentadas otras cisternas en las inmediaciones, en la calle Santa Maria y en el Baluard de Santa Llúcia.
Toda Dalt Vila es de una gran importancia arqueológica. De hecho, en los trabajos del futuro Parador se encontraron los restos de lo que algunos expertos consideran que sería el primer asentamiento fenicio en la isla de Ibiza, incluso anterior al de sa Caleta.
Las obras del antiguo Ayuntamiento, iniciadas el pasado febrero con fondos Feder, permitieron descubrir también la distribución interior de las antiguas dependencias del Convent, recubiertas de losas de piedra marès.
