La operación de limpieza del fondo marino de la bahía de Portmany en su vertiente sur, que se ha desarrollado a lo largo de toda esta semana, ha permitido dejar limpia de ‘muertos’ de hormigón y otros desperdicios empleados para el fondeo ilegal todo el tramo de costa que abarca desde la playa de es Pouet hasta Port des Torrent.

Cadena de fondeo ‘segando’ la posidonia. | FOTOS: SALVEM SA BADIA

Estos trabajos, impulsados por el Ayuntamiento de Sant Josep, en colaboración con la iniciativa Salvem Sa Badia de Portmany, han hecho posible la retirada de unos 100.000 kilos de residuos, que en buena parte estaban situados sobre la pradera de Posidonia oceánica que existe a este lado de la bahía y que le estaban provocando un daño irreparable.

En la limpieza han encontrado una línea de fondeo ilegal con capacidad para seis o siete barcos

Piedra de cantera con cadena usada como fondeo sobre posidonia. |

Los objetos extraídos son en su mayoría grandes bloques de hormigón, de hasta dos toneladas de peso, así como cadenas, fondeos con ancla de tornillo, ruedas de tractor plomadas con bloques y cemento e incluso macetas rellenas de hormigón.

Cadena sobre posidonia. |

Uno de los elementos más sorprendentes e inesperados que se han detectado es una línea de fondeo de 100 metros de largo, realizada de forma profesional, formada por ‘muertos’ de hormigón de dos toneladas unidos por una cadena, con capacidad para seis o siete embarcaciones. Un verdadero pantalán sumergido que, según se sospecha, utilizaba una de las empresas de chárter ilegales que en verano se establecen en la bahía, ofreciendo excursiones y empleando estos barcos como alojamiento.

Unas 20 toneladas al día

Los trabajos comenzaron el lunes y se han ido retirando una media de 20 toneladas al día. Para ello, ha sido fundamental el trabajo del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) que, además de coordinar el trabajo subacuático, ha conseguido que todos los propietarios de las embarcaciones que permanecían ancladas con estos ‘muertos’ ilegales las retiren, dejando toda la zona despejada. Esto permitirá balizar las playas que hay entre es Pouet y Punta Pinet hasta 150 metros, ganando mucho más espacio de mar, que quedará para el disfrute de los bañistas durante toda la temporada.

«El cuidado de la bahía es cosa de todos y, si nos implicamos, lograremos importantes avances»

«El resultado que hemos obtenido con esta operación de limpieza constituye un magnífico ejemplo de que la colaboración público-privada funciona. El Ayuntamiento de Sant Josep ha financiado la operación, Salvem Sa Bahía ha buscado a los actores que la han hecho posible y también ha contribuido, los GEAS han intervenido para retirar todas las embarcaciones y han trabajado con las empresas de submarinismo que han extraído los ‘muertos’ y otros elementos con sus embarcaciones, y las empresas de transporte y limpieza los han retirado a la cantera para su separación y reciclaje», ha explicado el portavoz de Salvem Sa Badia, Pepín Valdés.

«Todas estas empresas, además, han reducido notablemente sus tarifas y el resultado es que ahora tenemos una bahía mucho más limpia de lo que estaba. Además de los ‘muertos’ y cadenas que se han retirado, las embarcaciones que los utilizaban dejarán de vaciar sus sentinas y verter suciedad al mar, tal y como venía ocurriendo en los veranos anteriores. El cuidado de la bahía es cosa de todos y, si todos colaboramos y nos implicamos, podemos lograr importantes avances que mejoren su situación», ha añadido Valdés.

Un trabajo bien coordinado

Esta operación ha requerido de un operativo de más de veinte personas. Diecisiete de ellas han trabajado en el mar, formando parte de los equipos de las empresas subacuáticas Eivisub, Servisub y Arenal Diving, así como del GEAS de la Guardia Civil. En tierra, Ca na Negreta ha aportado los camiones grúa y los contenedores, y Herbusa los depósitos más grandes donde se han ido introduciendo los bloques de hormigón que posteriormente se han transportado a la cantera de la empresa Santa Bárbara. Allí se emplearán para su restauración morfológica y paisajística.

Por otro lado, los celadores de Ports de les Iles Balears han facilitado la entrada y salida de camiones y contenedores del puerto, y el Club Nàutic Sant Antoni ha proporcionado el combustible necesario para las embarcaciones y ha cedido sus amarres durante esta semana de trabajo. Protección Civil de Sant Josep, asimismo, ha aportado embarcaciones y personal de apoyo.

El Ayuntamiento ha asumido la organización y los costes de los trabajos de limpieza submarina y de la gestión de los residuos generados, mientras que Salvem Sa Badia ha puesto en contacto a los distintos actores y realizado las labores de coordinación.

Tras esta limpieza y la que ya desarrolló en 2015 el Club Nàutic Sant Antoni, cuando se extrajeron 173.000 kilos de residuos (incluidas 14 embarcaciones hundidas, 2.000 kilos de cadenas y hierros, 400 kilos de baterías y 183 muertos de hormigón), el fondo marino de la bahía ha quedado limpio en buena parte de estos elementos.

Sin embargo, aún quedan algunos, que se siguen empleando para el fondeo ilegal, delante de sa Punta des Molí, así como en la parte externa del dique de abrigo del puerto, en Caló des Moro y, aunque en menor medida, también en Cala Gració y Cala Gracioneta.

En la operación de limpieza se han extraído unas 20 toneladas de residuos cada día

Relevantes comunidades marinas

Cabe subrayar que en los fondos marinos de la bahía de Portmany, cerca de la costa, existen importantes comunidades marinas sobre sustratos de fondos de roca y fondos arenosos, entre las que destacan las praderas de Posidonia oceánica y de Cymodocea nodosa. Estas comunidades, protegidas por la normativa europea, estatal y autonómica, se ven afectadas por múltiples impactos, especialmente durante la temporada turística, como pueden ser vertidos de contaminantes y de tierra en el mar, la resuspensión de sedimentos por las maniobras de grandes buques y los impactos físicos por el anclaje de embarcaciones y la instalación y uso de muertos.

Los proyectos de futuro en los que trabaja la iniciativa pasan por colaborar en la posible extracción de los fondeos ilegales en la zona este y norte, impulsar la reparación del emisario de la depuradora en es Caló de s’Oli y seguir trabajando para que no se vuelva a abrir el puerto comercial a los ferris, que remueven los fondos y entierran la posidonia.

La operación de limpieza no solo se traduce en un beneficio ambiental, con la retirada de ‘muertos’ de hormigón y cadenas que dañaban la Posidonia oceánica e impidiendo que se aposten todo el verano embarcaciones que vierten aceite, combustible y otros residuos, ya que algunas incluso son utilizadas como alojamiento para turistas de forma ilegal. Los bañistas y la imagen turística de la bahía también salen ganando, ya que al quedar todo el lado sur de la bahía despejado de fondeos ilegales se pueden mover las balizas que marcan los tramos destinados al baño, alejándolos hasta 150 metros de la orilla, en lugar de los 50 que eran habituales por la presencia de estas embarcaciones.

CLAVES

Próximos objetivos de Salvem Sa Badia

Los proyectos de futuro en los que trabaja la iniciativa pasan por colaborar en la posible extracción de los fondeos ilegales en la zona este y norte, impulsar la reparación del emisario de la depuradora en es Caló de s’Oli y seguir trabajando para que no se vuelva a abrir el puerto comercial a los ferris, que remueven los fondos y entierran la posidonia.

Menos contaminación y más playa

La operación de limpieza no solo se traduce en un beneficio ambiental, con la retirada de ‘muertos’ de hormigón y cadenas que dañaban la Posidonia oceánica e impidiendo que se aposten todo el verano embarcaciones que vierten aceite, combustible y otros residuos, ya que algunas incluso son utilizadas como alojamiento para turistas de forma ilegal. Los bañistas y la imagen turística de la bahía también salen ganando, ya que al quedar todo el lado sur de la bahía despejado de fondeos ilegales se pueden mover las balizas que marcan los tramos destinados al baño, alejándolos hasta 150 metros de la orilla, en lugar de los 50 que eran habituales por la presencia de estas embarcaciones.