El Palacio de Congresos de Santa Eulària completó las 200 plazas disponibles durante la jornada de formación y reparto de trampas para serpientes. La iniciativa, organizada por los ayuntamientos de Santa Eulària, Sant Joan y la plataforma ‘SOS Salvem sa Sargantana Pitiüsa’, fomenta crear una red de voluntarios para combatir la plaga de ofidios, ante el fin del periodo de hibernación y la inminente época de reproducción.
«Ya se ha empezado a despertar alguna e, incluso, se llegaron a ver serpientes en marzo, pero fueron casos aislados», advirtió la herpetóloga Antònia Maria Cirer. «Pero aún hace frío para ellas y va a ser en mayo cuando empezarán a entrar en calor, tendrán hambre y ya será fácil cazarlas con el cebo de las trampas», detalló. Cirer fue una de las especialistas que asesoró a los vecinos que se sumaron a recoger trampas. En su caso, explicó el grave impacto que está causando esta especie invasora y cómo están acabando con la población autóctona de lagartijas.
El veterinario y coordinador de especies invasoras del Consorcio de recuperación de la fauna de las Illes Balears (Cofib), Víctor Colomar, explicó las claves para mantener y utilizar la trampa de la manera más efectiva. Al finalizar la jornada, se repartieron 200 entre todos los asistentes, cada una de ellas con el ratón de laboratorio que sirve como cebo.
Se trata de cajas de madera que elabora el carpintero Toni Marí. «Este año llevo unas 500 y, en los últimos cuatro años, habré construido unas cuatro mil», precisó. Los asistentes debían abonar un depósito de 20 euros para recoger una trampa, que será reembolsado en caso de que decidan dejar de usarla antes de dos años.
La caja está dividida en dos compartimentos. En uno se encuentra el ratoncillo, que es visible desde el exterior a través de la rejilla que cubre un lado. La serpiente queda atrapada al atravesar una trampilla, pero no puede acceder hasta el cebo.
Diez voluntarios de ‘SOS. Salvem sa Sargantana Pitiüsa’ colaboran en la cría de ratones para abastecer de cebos a las trampas
El educador ambiental de Amics de la Terra, Juanjo Torres, dio las instrucciones para cuidar de los ratones, que pueden llegar a vivir dos años y medio. «Basta con revisar el agua y la comida cada dos o tres días, hasta que se conoce la cantidad que necesitan. Luego se puede pasar cada cuatro días». Al ser animales de laboratorio, son sensibles al frío. La única atención que requieren es pasarlos a un interior cuando caen las temperaturas.
La plataforma ‘SOS. Salvem sa Sargantana Pitiüsa’ cuenta con diez colaboradores que se encargan de la cría de estos ratoncillos para abastecer a todas las trampas que empiezan a desplegarse esta temporada. Una de ellas es Hazel Morgan, que, junto a otros doce voluntarios, pasó toda la mañana de ayer preparando todas las cajas con sus ratones, el bebedero, comida y papel de diario.
El departamento de Medio Ambiente de Santa Eulària pone en marcha una aplicación para geolocalizar las trampas y las capturas
Juan Manuel Soriano, uno de los asistentes, se animó a sumarse a esta iniciativa después de constatar cómo está afectando la plaga en el Camí Vell de Can Fornet, donde vive. «Hace tres o cuatro años que no vemos ninguna lagartija en la zona», lamentó.
María de las Heras y su hijo Marc, de Santa Gertrudis, también se animaron a instalar una trampa en su terreno. «Nosotros aún vemos lagartijas en casa, pero tenemos vecinos que ya no».
Para conseguir mayor efectividad en esta campaña, el Ayuntamiento de Santa Eulària ha puesto en marcha una aplicación para geolocalizar todas las trampas, las serpientes capturadas o las presencia de lagartijas. La concejala y el técnico de Medio Ambiente, Mónica Madrid y Javi López, destacaron que esta herramienta estará disponible para toda la isla y todos los científicos para conseguir la mayor efectividad en la lucha contra la plaga.
