Estrategias comunes, confluencias de intereses, sinergias, alianzas, lazos conjuntos... La banda sonora que acompañó a la presidenta del Govern en su visita de ayer a Valencia es un compendio de expresiones con un hilo conductor claro en lo que se refiere al modelo de gobernanza territorial. Antes de reunirse con Ximo Puig para tejer nuevos proyectos en común aprovechando los fondos de reconstrucción europeos, Francina Armengol protagonizó una entrevista conducida por el subdirector de Levante-EMV, Alfons Garcia, durante la que dibujó una visión federal de España que se parece mucho a la defendida por el presidente valenciano.

La dirigente socialista ensalzó sin tapujos una realidad periférica a menudo soterrada e incomprendida, al mismo tiempo que hizo un llamamiento a otras comunidades con problemas compartidos. A su juicio, el mejor antídoto a un centralismo que resta posibilidades económicas a gran parte de los territorios consiste en profundizar en los acuerdos y en la cooperación entre gobiernos autonómicos, sirviéndose de las inercias surgidas casi como una obligación como consecuencia de la pandemia.

«España no es Madrid y muchas veces se le olvida a todo el mundo», fue la queja manifestada por Armengol en referencia a determinadas decisiones que se adoptan pensando solo en clave de la capital y a la dificultad para que las medidas de las autonomías encuentren una repercusión adecuada. «Todos (los territorios) somos España y todos deberíamos tener la misma influencia en la toma de decisiones y en los repartos», ahondó la presidenta del Govern, que abogó por «bascular desde la periferia» para mejorar el entendimiento entre las autonomías y el Gobierno y que se comprendan las peculiaridades de cada comunidad.

«No es normal que no haya una concepción radial en España, eso nos está quitando potencialidades económicas como país», remachó Armengol durante el encuentro informativo Unidos por el Mediterráneo, organizado por Levante-EMV, Diario de Mallorca y Diario de Ibiza, y patrocinado por la naviera Baleària y la empresa de ciclo integral del agua Facsa, en el que intervino ante una nutrida representación institucional y económica.

Armengol aboga por unir a Cataluña de cara a la financiación y por una reforma federal de la Constitución

El presidente de Prensa Ibérica (grupo al que pertenece este diario), Javier Moll, fue el encargado de abrir la jornada, en la que estuvieron presentes Ximo Puig, el vicepresidente segundo del Consell de la Generalitat valenciana, Rubén Martínez Dalmau; el conseller de Política Territorial, Arcadi España; el conseller Miquel Company, el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar; la delegada del Gobierno, Gloria Calero; los líderes de UGT y CC OO, Ismael Sáez y Juan Cruz; el presidente de la patronal CEV, Salvador Navarro; el de la Cámara de Comercio, José Vicente Morata; el presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, y representantes de importantes empresas valencianas. Entre ellos, Carlos Bertomeu (Air Nostrum), Íñigo Parra (Stadler), Xicu Costa (CaixaBank), Pau Villalba (Mercadona), junto a los presidentes de Baleària (Adolfo Utor) y Facsa (Enrique Gimeno).

Voz autorizada en el PSOE, Armengol coincidió con el Consell de la Generalitat valenciana (Puig ya habló en Cataluña de una «Commonwealth» mediterránea) en la necesidad de «aunar esfuerzos» y articular una alianza que sume a Cataluña para reclamar con más fuerza la reforma de la financiación autonómica y un reparto de recursos más equitativo y justo por parte del Estado, que tenga en cuenta el efecto capitalidad que beneficia a Madrid por encima del resto de territorios. También compartió la idea de que son necesarios cambios en la Constitución «para adecuarla a la realidad actual» (el Ejecutivo valenciano fue el primero en presentar una propuesta de reforma en la misma línea), apostó por una reforma del Senado como cámara territorial y por otorgar un mayor peso a las conferencias de presidentes autonómicos y a las resoluciones que se adoptan en las mismas.

Realidad periférica

Aunque alabó el «esfuerzo» del Gobierno de Pedro Sánchez para reforzar la cogobernanza con las comunidades, Armengol dejó claro que la realidad de la periferia «todavía no se entiende bien». Y recordó algunas de las reclamaciones del Govern -también coincidentes con las de la Generalitat-, como la condonación de parte de la deuda originada por la infrafinanciación, que se ponga encima de la mesa un planteamiento transparente de la mejora del citado sistema o la puesta en marcha de un régimen especial fiscal en Balears.

La presidenta confió en que el Ejecutivo central cumpla su compromiso de presentar un borrador de la reforma del caducado modelo de financiación antes de acabar el año. «Este es un momento complejo, pero los problemas no pueden aparcarse. El debate será largo y si no nos ponemos ya a trabajar, no llegará», apostilló.

Puig sostiene que «no se puede depender de un centralismo que genera grandes desigualdades»

Al acabar el encuentro informativo en el Edificio del Reloj del Puerto de València, Ximo Puig evidenció el alto nivel de sintonía con su homóloga, no solo en lo que se refiere a la estructura del Estado, sino también respecto a la hoja de ruta común para salir de la crisis sanitaria a través de una desescalada prudente que permita salvar el verano. En ese sentido, Armengol cree que podría garantizarse una campaña turística segura y en condiciones de normalidad si se cumple el objetivo de tener en junio entre un 30 y un 40% de la población vacunada. «No será como la temporada de 2019, pero vamos a ir saliendo de este túnel», incidió.

Ahora bien, para asegurar este objetivo, la presidenta balear llamó a articular cuanto antes una estrategia común de movilidad a nivel europeo y pidió que se pongan en marcha con urgencia el certificado europeo de movilidad y los corredores turísticos seguros.

Hoja de ruta compartida

Puig, que coincidió en la idea de que habrá campaña de verano, puso en valor la alianza entre las comunidades valenciana y balear a todos los niveles en el marco de una apuesta «integradora» y «no sectaria», con objetivos comunes. «No se puede depender de un centralismo que genera grandes desigualdades», mantuvo el jefe del Consell de la Generalitat.

Lo cierto es que la complicidad entre los gobiernos se ha reforzado durante los meses de pandemia, en los que ambos ejecutivos han ido dibujando una estrategia conjunta. Para avanzar en esa línea, Armengol y Puig anunciaron una cumbre entre ambas comunidades que se celebrará entre junio y julio en una de las islas, después de la reunión mantenida este miércoles.

Armengol respondió a preguntas del público que pudo seguir la entrevista a través de las web de este diario y de los otros dos de Prensa Ibérica en Balears. Frente a las críticas de políticos de la derecha como Toni Cantó por su política lingüística, la presidenta defendió que las normas lingüísticas en el archipiélago no han variado y lamentó que la derecha «siempre ha estado en las mismas y eso es muy cansino». Preguntada sobre la jefatura del Estado, hizo hincapié en su condición republicana y se mostró partidaria de abrir el debate, aunque sería difícil un gran consenso, admitió.