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Balears gana población en pandemia y encara un drástico recorte de los nacimientos

La incertidumbre económica puede desplomar la natalidad hasta un 25%, estima el demógrafo Pere Salvà | Aumenta el flujo de personas a los pueblos

Varias personas en una terraza de la plaza de Sa Graduada de Ibiza.

Balears ha incrementado levemente su población residente pese a completar un año sin apenas actividad turística, pero la pandemia va a dejar huella demográfica en el archipiélago en forma de un pronunciado descenso de la natalidad. En cambio, la cifra de fallecidos desde el inicio de la pandemia —779 notificados hasta el 1 de abril— tendrá poca incidencia en la estadística de mortalidad porque han descendido las muertes por enfermedad y accidentes de tráfico.

«Los datos de los últimos meses que he podido ir recogiendo hablan de un descenso del 25% en el número de nacimientos. La pandemia ha provocado mucha incertidumbre y miedo a perder el trabajo, hay que pensárselo para dar ese paso y ya se está notando en los registros de las clínicas», afirma Pere Salvà, catedrático de Geografía Humana de la UIB.

Este descenso de la natalidad, que tiene eco en el resto del Estado, es una constante en Balears desde 2008, coincidiendo con el inicio de la crisis del ladrillo. Por tanto, la pandemia ha llegado para acentuar una tendencia que se prolonga desde hace más de una década: aquel año la tasa de natalidad en el archipiélago se situó en el 12,2% y en 2019 se había hundido hasta el 8,08%.

El saldo vegetativo sigue siendo positivo —el número de nacimientos sigue siendo superior al de defunciones—, pero Salvà advierte de que una natalidad en caída libre se traduce en un progresivo envejecimiento de la población. «Quienes nacieron en el boom de natalidad que hubo en 1974 ya tienen más de 40 años, así que hemos perdido potencia. Hubo otro boom entre 1996 y 2008, que habrá que ver cómo se comportan. Pero recuperar la natalidad pasaría por una tercera ola de inmigración llegada a partir de 2023 o 2024, cuando en teoría Balears ya se habrá recuperado de la crisis y volverá a atraer población inmigrante joven», estima este experto.

El apagón económico ha desplomado la llegada de migración extranjera, pero apenas ha provocado deserciones en la población. Al contrario, las islas han incrementado ligeramente su número de habitantes. «Éramos 1.171.543 personas el 1 de enero de 2020. Calculo que después de un año rondaremos una cifra cercana a 1.200.000 personas. El saldo migratorio no se ha movido, pero sí ha habido más movimiento de extranjeros residentes en las islas, la mayoría británicos y alemanes, que han preferido pasar la pandemia en las segundas residencias que tienen aquí», valora el catedrático de Geografía Humana.

Los ERTE y las ayudas a los fijos discontinuos han sujetado a las islas a muchos trabajadores que se emplean únicamente durante la temporada turística. Sin embargo, asoman cambios de calado si este verano no se recupera la actividad turística. «Hemos ganado población por la inercia que llevamos de los últimos años, pero si la economía no se recupera habrá un importante movimiento de personas de dentro hacia afuera», manifiesta Salvà.

Las tres ‘c’

¿Y qué ha pasado con la mortalidad? La cifra de muertos por la pandemia se acerca ya a los ochocientos, pero no se traducirá en un aumento en el archipiélago. «En Balears hay unos 8.000 muertos al año, la mayoría de ellos por lo que llamamos las tres ‘c’: corazón, cáncer y carretera. Pero los óbitos por estas causas llevan tiempo en descenso, así que de alguna manera compensan los causados por la covid», afirma.

En todo caso, Salvà aclara que la estadística sí reflejará un importante aumento de fallecidos mayores de 85 años.

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