El actor Micky Molina ha tenido un polémico y rocambolesco regreso a Ibiza esta Semana Santa que no ha pasado desapercibido para los programas del corazón de diferentes televisiones, que han dado cuenta de sus andanzas. Todo empezó en la noche del miércoles, cuando, según fuentes de la Guardia Civil, el actor se negó a hacerse el control de covid en el aeropuerto de la isla y protagonizó un altercado con los agentes que estaban de guardia en la terminal. Esa noche acabó en el calabozo, y al final quedó en libertad el jueves tras comparecer ante el juzgado de guardia de Ibiza, el de Instrucción número 2, según informó el Tribunal de Justicia de Balears (TSJB).
La Guardia Civil detuvo el miércoles por la noche en el aeropuerto, sobre las 22 horas, a Micky Molina por un delito de resistencia y desobediencia grave a la autoridad,
El actor será citado próximamente a un juicio por un delito leve de amenazas a agentes de la autoridad y por alterar gravemente el orden público.
La Guardia Civil detuvo el miércoles por la noche en el aeropuerto, sobre las 22 horas, a Micky Molina por un delito de resistencia y desobediencia grave a la autoridad, tras provocar un altercado en la terminal, según confirmó a Diario de Ibiza la oficina de comunicación del instituto armado.
Molina se negó a someterse a un control covid en el aeropuerto y, ante la insistencia de la Guardia Civil, el actor comenzó a increpar y a amenazar a los agentes, motivo por el que fue detenido al estar alterando gravemente el orden público, siempre según la versión del instituto armado. Lo que no ha trascendido es si el intérprete se negó a ponerse la mascarilla o a someterse al test de antígenos que el Govern balear realiza a los residentes que llegan sin una PCR negativa.
En los calabozos
Tras ser arrestado, el actor -que reside en la isla buena parte del año en la casa familiar de los Molina- pasó la noche en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil de Sant Antoni. Ya el jueves fue conducido a los juzgados de Ibiza y puesto a disposición del juzgado de guardia.
En agosto de 2019 Molina ya tuvo otro problema con la ley en Ibiza al atropellar a una menor en el aparcamiento de un restaurante cuando conducía bajo los efectos del alcohol, ya que dio positivo en las dos pruebas de alcoholemia que se le practicaron. La niña no sufrió heridas graves y el actor se mostró en todo momento muy colaborador con la familia, a la que pidió disculpas en reiteradas ocasiones y a la que incluso fue a visitar al hospital.
