Un joven ha sido condenado a 24 años de cárcel por atropellar de forma intencionada a cuatro personas a las puertas de una discoteca en s’Arenal. El acusado lanzó su coche contra una treintena de chicos tras una pelea ocurrida minutos antes en el local y causó lesiones a cuatro de ellos. La Audiencia Provincial descarta su versión de que el atropello fue fortuito por un fallo en los frenos, considera que actuó con claro ánimo de matar y que no hubo más víctimas «por casualidad». El fallo le declara autor de cuatro delitos de intento de homicidio.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 6 de abril de 2019. El condenado, Gerardo J.I., de 22 años, estaba en la discoteca Coco Rico, en la calle Cartago de Palma. Allí tuvo un encontronazo con un grupo de jóvenes y salió con uno de ellos a la calle, donde se pelearon. Tras ser separados por varios testigos, Gerardo J.I. montó en un coche Renault Clio conducido por un menor, nieto de la matriarca de Son Banya, ‘La Paca’. «¡Te voy a matar!», amenazó a uno de sus rivales antes de irse.

El local cerró poco después, hacia las cuatro de la madrugada, pero una treintena de jóvenes continuaban frente a la puerta y en los alrededores. En ese momento aparecieron el Renault Clio y un Ford Fiesta, robado dos días antes, con Gerardo J.I. al volante. Iban a gran velocidad y en dirección prohibida. El primer coche pasó por delante del local, pero el Ford Fiesta frenó bruscamente y se dirigió hacia la multitud haciendo un trompo. El vehículo arrolló a varias personas, se llevó un árbol por delante y acabó estrellándose contra las vallas de una obra. El acusado se apeó tras el atropello múltiple sin preocuparse de si había heridos y volvió a montar en Renault Clio de su amigo, con el que huyeron.

En el atropello resultaron heridas de gravedad cuatro personas, dos de ellas menores de edad. Sufrieron diversas fracturas y tardaron meses en recuperarse de las lesiones. Una adolescente de 17 años se llevó la peor parte: padeció heridas en la cabeza, el pecho y el riñón y los dientes y le han quedado secuelas físicas y psíquicas, con trastornos neuróticos por los que precisa tratamiento neurológico.

El acusado fue detenido por la Policía Nacional dos semanas después del atropello y desde entonces permanece en prisión. En el juicio alegó que al coche le habían fallado los frenos y que no pudo evitar arrollar a la multitud. Además, dijo que aquella noche tenía sus facultades mermadas porque había bebido seis cubatas de whisky y fumado marihuana y hachís.

El tribunal de la sección primera ha rechazado estas excusas. Los magistrados consideran probado que el atropello fue intencionado y con ánimo de matar, y destaca que si no hubo más víctimas fue solo «por casualidad». Además, sostienen que no hay pruebas de que tuviera sus capacidades afectadas y destacan que el joven ya había sido condenado por delitos contra la seguridad vial. Le consideran autor de cuatro delitos de intento de homicidio por los que le imponen un total de 24 años de prisión. Deberá indemnizar a las víctimas con entre 3.000 y 9.500 euros por las lesiones y las secuelas sufridas.