Turespaña, organismo autónomo de la Administración general del Estado, informó ayer a posteriori la visita de su director general, Miguel Sanz, a las obras de habilitación del Castillo de Ibiza como Parador de Turismo. Con Sanz se desplazó a la isla un nutrido grupo de la empresa, también pública, Paradores S.A., que gestionará el establecimiento cuando finalicen los trabajos. A pesar de los problemas que atraviesa este proyecto, paralizado en 2011 y retomado el pasado mes de febrero, y de la importancia histórica y cultural del entorno en el que se lleva a cabo, la visita no fue anunciada ni al Consell ni al Ayuntamiento. Tampoco a los medios de comunicación.
Los trabajos se centran ahora en la parte tal vez más delicada: la construcción del aparcamiento subterráneo en la parte extramuros ubicada entre los baluartes de Sant Bernat y Sant Jordi. De hecho, la actividad era el martes frenética en esta zona (como demuestran las imágenes que acompañan esta información), un día antes de la visita del director general.
En la nota oficial remitida por Turespaña, que es la única información que ha trascendido de la visita, se explica: «El director general de Turespaña estuvo acompañado por una delegación de la empresa pública Paradores, junto a la dirección facultativa del proyecto encargada de presentar las obras y los trabajos de excavación del parking para la estabilidad de las murallas». Es la única referencia a esta fase de la obra, que incluye la construcción de un túnel bajo las murallas que conectará el aparcamiento con el interior del futuro establecimiento hotelero.
Los operarios trabajan en consolidar el talud que se ha creado junto a la muralla tras excavar varios metros y nivelar el terreno en el que se construirá el parking subterráneo
La zona concentra ahora la mayor actividad constructiva, por lo que ha podido apreciar este diario. Los operarios trabajan en consolidar el talud que se ha creado junto a la muralla tras excavar varios metros y nivelar el terreno en el que se construirá el parking subterráneo, que además debe tener un mínimo impacto estético.
En la nota también se incluyen las impresiones del director general de Turespaña de la visita, según recoge su gabinete de prensa:«Estamos satisfechos con la evolución de las obras de este nuevo hito para Ibiza y esperamos [que] avancen a buen ritmo para entregarlo en 2022 a Paradores, listo para su decoración y puesta a punto. Este nuevo Parador está llamado a convertirse en un referente de toda la red de la cadena pública Paradores y pondrá en valor, para ibicencos y visitantes, este impresionante complejo arquitectónico que ha sido testigo de la historia de Ibiza y de España».
«El motivo de la visita», añade la nota oficial, «es, por un lado, conocer el ritmo de las obras tras las mejoras en el proyecto de conservación arqueológica. Por otro, comenzar la planificación de la operativa de los distintos servicios que acogerá el futuro Parador, que pretende convertirse en un referente en la oferta turística de calidad de las Pitiusas».
«Todos los proyectos de adaptación del edificio», se añade en este comunicado, «se centrarán en la sostenibilidad y el deseo de Paradores es que el de Ibiza sea el mejor ejemplo de establecimiento dedicado al turismo de calidad, interesado por la cultura y la gastronomía».
Las obras se paralizaron el año pasado, al parecer en octubre, tras el hallazgo de un tramo de unos diez metros de muralla púnica, de entre los siglos III y IV antes de Cristo, y un aljibe del XVIII. Y se retomaron el pasado febrero tras rehacerse el proyecto para acoger estos restos.
