Durante los últimos años la vida de la británica Hazel D., de 79 años, fue muy dura. Las desgracias se sucedieron desde septiembre de 2012, cuando su nieto de 27 años fallecía en Ibiza -donde pasaba sus vacaciones- al caer a un patio interior desde una ventana de su habitación, situada en el cuarto piso de un hotel de Sant Antoni, al haberse asomado a la ventana para vomitar.

Hace seis años, la hermana de Hazel, Kath, se quitó la vida en North Lincolnshire, Inglaterra.

A pesar de que la mujer de 79 años estaba medicada por depresión desde que en su juventud tuvo un aborto natural, con la llegada de la pandemia y el consecuente confinamiento, su delicada salud empeoró, aunque ningún miembro de su familia había previsto este desenlace: Hazel se suicidó el pasado 19 de febrero, aunque hasta ahora no se había hecho pública la noticia, publicada por varios diarios británicos, como el Mirror o el Grimbsy Live, entre otros.

El confinamiento y los mayores

Su hija Tina, madre del joven británico que murió en Ibiza, ha querido compartir este suceso con la esperanza de que se le preste más atención a la salud mental de las personas mayores durante la pandemia, ya que es uno de los segmentos de la población que nota más sus implicaciones emocionales.

Hazel, casada desde hace más de 60 años, cuidaba además de su marido, diagnosticado de demencia.

El día 19 del pasado mes, Tina fue a visitar a su madre y se dio cuenta de que había desaparecido. Se temió lo peor y junto a la policía y a 100 vecinos de la zona que se implicaron en la búsqueda, hasta que encontraron el cuerpo.

Tras el fallecimiento de la mujer, Tina encontró en su casa un álbum de recortes que Hazel había guardado con las noticias que salieron publicadas sobre la muerte accidental de su nieto en Ibiza.

"Tenemos que tomarnos en serio todos los problemas de salud mental, especialmente con las personas mayores que no pueden salir de casa durante meses. Hay mucha gente que debe estar ahora en una situación similar", ha dicho Tina al Mirror.

No estás solo

Si vives en España y te encuentras en una situación difícil puedes encontrar apoyo en líneas telefónicas como el Teléfono de la Esperanza (717 003 717) o el Teléfono Contra el Suicidio (911 385 385), dedicados a la prevención de esta serie de problemas.