El pleno municipal de Sant Josep nombró ayer Ángel Luis Guerrero nuevo alcalde, después de la renuncia de Josep Marí Ribas, Agustinet, para asumir la conselleria de Movilidad y Vivienda del Govern balear. Guerrero se convierte así en el quinto alcalde del municipio, tras la vuelta de las elecciones democráticas locales en 1979, y en el segundo del PSOE.
En el pleno de investidura, presidido por el tercer teniente de alcalde, Pere Ribas, el primer edil recibió los 11 votos favorables del equipo de gobierno, formado por el grupo municipal socialista y Unidas Podemos, y la abstención de los concejales del PP, Ciudadanos y Vox. En su discurso, Guerrero destacó la labor de su antecesor, que valoró como «el mejor alcalde que ha tenido nunca este municipio» y admitió «sentir un poco de vértigo». «No es fácil tomar el relevo después de su gestión, su entrega y su enorme trabajo».
Tras destacar a sus socios de Unidas Podemos, «que han aportado lealtad y estabilidad a este equipo de Gobierno», el alcalde valoró la dedicación que han mantenido el Ayuntamiento y los funcionarios durante la crisis sanitaria. En este sentido, agradeció especialmente la colaboración de los grupos de la oposición, «que han apartado las diferencias para trabajar junto al equipo de gobierno en el plan estratégico para reactivar Sant Josep».
Buena parte de su intervención estuvo dedicada a las iniciativas municipales durante la crisis por el covid, especialmente aquellas destinadas a contrarrestar sus efectos en los colectivos más vulnerables y en los sectores económicos. «Hemos destinado más de un millón de euros en ayudas de los servicios sociales», recordó. De igual manera, destacó los «más de 800.000 euros en ayudas para pimes y autónomos durante el año pasado».
Asimismo, incidió en que los principales proyectos del equipo de gobierno no han quedado paralizados «ni en el momento más crudo de la pandemia», como el auditorio en es Caló de s’Oli, la escuela de ses Planes o las inversiones para mejorar calles y el abastecimiento de agua.
Retos de futuro
Entre los grandes retos de su mandato, apuntó las mejoras del centro urbano de Sant Jordi, con la reforma de la plaza del pueblo y la construcción de un centro cultural, así como el proyecto de rehabilitación de la bahía de Portmany entre Cala de Bou y Port des Torrent, con el que se revitalizará «un espacio de diez kilómetros, poniendo por delante la sostenibilidad y no la especulación».
Al final de su discurso, Guerrero quiso dedicar unas palabras a su esposa y sus dos hijos, «lo más importante de mi vida», y la emoción le embargó al recordar a sus padres. «Como tantos otros, vinieron a buscar un futuro mejor a Cala de Bou, donde dieron lo mejor de sus vidas. Tuvieron suerte, Sant Josep les correspondió», destacó con la voz entrecortada.
Reproche a los gobiernos del pasado por problemas como el Don Pepe
Guerrero criticó en su discurso «el desorden urbanístico que aún sufre el municipio» y del que culpó a gobiernos pasados. Entre la herencia que deja «problemas de difícil o nula solución», citó los apartamentos Don Pepe, la falta de equipamientos o «las continuas agresiones al territorio»
«La mejor gente para el mejor municipio»
El flamante alcalde quiso dedicar palabras de elogio a su equipo de gobierno, que valoró como «gente trabajadora, ilusionada y comprometida». «La mejor gente para el mejor municipio de Eivissa», incidió.
