Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crisis sanitaria y Transporte aéreo

El aeropuerto de Ibiza perdió en 2020 más de seis millones de pasajeros

La crisis sanitaria provocó que dejaran de viajar a la isla dos de cada tres pasajeros nacionales y el 86,8% de los internacionales. La terminal cerró el año con 2,1 millones frente a los 8,1 millones de 2019

Pasajeros abandonan la terminal ibicenca. Vicent Marí

El balance final del año pasado en el aeropuerto de Ibiza muestra claramente el calado de la crisis que ha provocado la pandemia del covid en las islas. Según los datos estadísticos facilitados por Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (AENA), 2020 se cerró con un total de 2.110.348 pasajeros, cuando un año antes la terminal, que había batido todos los récords, sumó 8.155.626 usuarios (contabilizando las llegadas y las salidas).

La caída, de 6.045.278 viajeros, es del 74,1%. Un batacazo que sitúa los registros del tráfico aéreo en Ibiza a niveles de 1980, hace cuarenta años, como ya adelantó este diario a finales del pasado mes de diciembre.

El desplome del movimiento de pasajeros por vía aérea en las Pitiusas ha afectado tanto al tráfico nacional como al internacional. Así, los datos de AENA indican que del total de viajeros, 1.467.291 procedían o tenían como destino aeropuertos del país, una cifra que, un año antes, se elevó a 3.322.319, lo que representa una pérdida del 55,8%.

Pasajeros en la terminal ibicenca. Vicent Marí

En cuanto a los viajeros internacionales, el año pasado se contabilizaron apenas 635.805, un 86,8% menos que en 2019, que se cerró con 4.807.018.

La debacle, cómo no, se explica primero por el confinamiento decretado en todo el país a mediados del mes de marzo del año pasado y, sobre todo, por el cierre de fronteras por parte de los gobiernos de los principales mercados emisores de turistas: Reino Unido, Alemania,Italia y Holanda, entre otros muchos.

El sector aéreo ha sido uno de los más afectados por las restricciones impuestas a la movilidad en todo el mundo en un intento de limitar el avance del coronavirus. Y su recuperación será lenta, según todos los expertos.

Pero el daño ya está hecho. Las compañías aéreas han reducido de manera drástica su actividad y el año pasado, por ejemplo, perdieron un 56% de los movimientos en el aeropuerto de es Codolar. AENA indica que la única pista de aterrizajes de las instalaciones ibicencas registró un total de 3.185 aterrizajes y despegues (la estadística contabiliza ambos), mientras que en 2019 soportó más del doble: 75.378.

En cuanto al tráfico internacional, generó 12.633 vuelos, nada menos que un 66,6% menos que un año antes

decoration

De todos los movimientos del año pasado, 18.017 correspondieron a aviones que procedían o tenían como destino ciudades nacionales, lo que representa una caída del 46,6%.

En cuanto al tráfico internacional, el desastre fue de mayores proporciones: un total de 12.633 vuelos, nada menos que un 66,6% menos que un año antes.

Además del acumulado, faltaba por conocer la estadística de diciembre de 2020. AENA informa ahora de que ese mes del año pasado se cerró con 82.530 pasajeros en Ibiza, un 59,5% menos que un año antes, con una caída más pronunciada en el mercado internacional (3.500 viajeros, un 76,5% menos) y menos acentuada en el nacional (78.844, un 58,2% menor que en 2019).

El descenso en la llegada y salida de pasajeros tiene su lógico reflejo en el apartado de movimientos.Así, diciembre registró 1.601 aterrizajes y despegues, un 30,8% menos que un año antes.

El sector de los vuelos privados resiste mejor y sólo cae un 34,2%

Las crisis no golpean igual a todos los sectores. En el caso de la aviación, los vuelos privados sobrevolaron el covid con más facilidad que los comerciales. De hecho, durante 2020 el aeropuerto de Ibiza registró una caída del 34,2% en el número de movimientos (aterrizajes y despegues) de jets privados, frente al 74,1% del tráfico comercial.

En el desglose de los datos aportados por AENA se refleja la nula incidencia de la pandemia durante el primer tercio del año, con crecimientos en este sector del 46,7% en enero, el 76,8% en febrero y de apenas el 1,4% en marzo (el confinamiento general de la población y la prohibición de desplazarse se inició a partir de mediados de este mes). 

Desde entonces, la caída en la actividad fue dramática: en abril, del 91,3%, con 32 vuelos y ningún pasajero; en mayo, del 95,7% (38 movimientos, también sin ocupantes registrados); en junio se contabilizó un descenso del 81,5% con sólo 316 movimientos y 748 usuarios (a finales de mes se abrieron los cielos nacionales y europeos) y en julio, del 11,2% para 6.603 pasajeros, pero ya con una cifra considerable de vuelos, 2.323.

La aviación privada le dio esquinazo a la crisis en agosto con un aumento del 12,8% en el número de jets con respecto al mismo mes del año anterior; un total de 2.006 vuelos para 5.627 pasajeros. En el mes de septiembre las cifras volvieron a bajar, exactamente un 47,8% en los movimientos (677) para 1.473 viajeros (un 57% menos), pero en octubre la caída se atenuó: 37,5% en vuelos (505) y 38,3% en pasajeros (1.083).

La segunda ola para los vuelos privados, pero en positivo, se inició en noviembre con un crecimiento del 86,7% en los movimientos (403) y del 198,9% en cuanto a los viajeros (855). Y siguió en diciembre: un 73,4% más de jets (385) para un total de 856 viajeros, lo que representa un crecimiento en este caso del 83,6% con respecto al mismo mes de 2019.

Compartir el artículo

stats