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Igualdad

Maria Duran: «Habrá un incremento importante de violencia machista»

«Preparamos una herramienta para detectar casos de explotación sexual de menores que presentaremos en las próximas semanas»

Maria Duran: «Habrá un incremento importante de violencia machista» B. RAMON

Maria Duran maneja el timón del Institut Balear de la Dona (IBDona) durante una pandemia que ha comprometido todavía más la situación de las mujeres víctimas de violencia machista. Saluda con el codo y manifiesta añoranza de la vieja normalidad: «Besos, cuando acabe todo esto que vuelvan los besos».

El Moviment Feminista de Mallorca ha renunciado a convocar la manifestación multitudinaria del 8M por el riesgo de contagios. ¿Qué le parece?

Es una decisión prudente si eso significa, y es así, que no renuncian a alzar la voz para seguir reivindicando la igualdad entre hombres y mujeres. Tanto el movimiento feminista como las administraciones públicas tenemos un deber: hacer de la igualdad una legalidad. Y todavía nos queda un camino bastante largo.

El 8M se ha consolidado como una jornada de reivindicación de la igualdad. Pero mucha de esa carga reivindicativa se desdibuja el resto del año.

El feminismo tiene que estar en todos los actos del día a día. Por ejemplo, en esta nueva normalidad, si las mujeres no somos capaces de insertarnos en la médula de la economía, no habrá una economía en la que las personas sean el eje. Esa es una obligación y son cuestiones que tenemos que luchar permanentemente. Otro ejemplo, el teletrabajo: ¿En qué condiciones se hace para las mujeres? ¿Qué gravámenes tendrán que pagar? Durante la pandemia ya hemos visto cuáles son. Sabemos que si ambos progenitores hacen teletrabajo, el hombre se encierra en un despacho o una habitación silenciosa, y la mujer en la cocina o en el comedor, y encima cuida de los niños. Teletrabajo sí, pero no tiene que servir para que las mujeres volvamos a la dependencia del hogar.

¿El IBDona tendría que molestar más?

El IBDona se está convirtiendo en el dedo en el ojo. Siempre lo ha sido, pero ahora con una acción transversal que se extiende a todas las administraciones públicas. Es necesario recordar permanentemente el lenguaje inclusivo, y también recordar que hay una ley de igualdad que se debe respetar y aplicar de la misma manera que se aplica la ley de contratos públicos.

Desde que estalló el escándalo de la explotación sexual de menores tuteladas no se ha escuchado por parte del IBDona una exigencia de responsabilidades políticas. ¿No les ha faltado contundencia?

Esto ha ocurrido en el Consell, no en el Govern. Aun así, en el IBDona pensamos que con el nivel de beligerancia que había, debíamos sentar a la gente y ponernos de acuerdo en una hoja de ruta. Incluyendo a la Delegación del Gobierno, Consells Insulars y conselleries implicadas. También comparecimos en el Parlament y hemos hecho el primer estudio exhaustivo de prostitución, trata y explotación sexual en las islas. Y no solo eso: en muy poco tiempo presentaremos una herramienta para la detección de explotación sexual infantil y juvenil. Un instrumento que nos dará indicadores de riesgo, sospecha o situación de hecho de explotación sexual. No solo para niñas tuteladas, también para chicas que con el eufemismo ‘Sugar Daddy’ están involucradas en situaciones de explotación sexual.

¿Cómo funcionará esa herramienta?

Balears la desarrollará por primera vez en España. Es una herramienta de indicadores objetivos que, aplicando unos baremos, dará información a policías y educadores acerca de si hay un riesgo de explotación sexual en un menor o de si ya ha sido explotado. Y lo sabremos antes que sus padres. La están verificando cuatro catedráticos de diferentes universidades y esperamos presentarla en unas semanas.

A raíz del confinamiento el IBDona habilitó un número de WhatsApp para atender a mujeres víctimas de violencia machista. ¿Cómo ha funcionado?

En 2020 hubo 3.820 llamadas atendidas y 149 wasaps. Cuando empezó la pandemia añadimos a este servicio telefónico de 24 horas un seguimiento a mujeres especialmente vulnerables. Hubo necesidad de buscar casas de acogida o llamar al 112. En total completamos 6.559 intervenciones para acompañarlas.

¿Cuáles son las situaciones que más se repiten?

Hay un alto porcentaje de mujeres extranjeras, para las que hay un servicio de traducción. Por otro lado, nos encontramos con mucha violencia psicológica. El 64% de las mujeres a las que hemos acompañado al juzgado han conseguido una orden de protección. Es un acompañamiento que las da seguridad e información, y las ayuda a expresar mejor los motivos por los que piden esa orden de alejamiento. Ese 64% es un dato muy importante porque el alejamiento es un paso importantísimo para que esas mujeres y sus hijos empiecen un camino sin violencia.

Hace unos días la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, dijo que en 2020 disminuyó «la violencia más grave contra la mujer», pero aumentó «la violencia psicológica». ¿Es lo que ha sucedido en Balears?

Aquí hay un altísimo porcentaje de violencia psicológica, pero durante el confinamiento tuvimos constancia de una violencia física mucho más grave de la habitual. Hablamos de mucha beligerancia. Por ejemplo, una mujer de 74 años había estado sufriendo maltrato verbal y algún empujón durante 40 años. Pues bien, durante la pandemia él le pegó un puñetazo que la envió al otro lado de la cama. También sabemos, aunque aún no tenemos datos concretos, que durante el confinamiento se agravó la violencia contra los hijos menores, y de manera muy seria.

«Hay un problema muy grave que la sociedad no quiere asumir: la pornografía en el móvil»

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¿A qué lo atribuyen?

A que el violento estaba más tiempo en casa. Y las víctimas no podían pedir auxilio fuera, o no tenían la sensación de que podían hacerlo.

¿Qué cree que pasará estos próximos meses?

Los indicadores nos dicen que habrá un incremento importante de violencia machista y de denuncias. Una vez has salido de la alarma, y si tienes una sociedad sensibilizada, tu vecina te apoya y tus familiares te aconsejan que no aguantes. Las mujeres podrán volver a hacer uso del cien por cien de los recursos para protegerlas. Que han estado siempre, pero quizás no lo percibían.

También en pandemia las mujeres han soportado más cargas que los hombres.

Empezado el curso, ¿quiénes han pedido los permisos para atender a los hijos cuando en el colegio ha habido una cuarentena? El 98% han sido mujeres, por no decir el 100%. ¿Quién ha cuidado a los mayores? Las mujeres. Y si hablamos de ERTE, han afectado mucho más a las mujeres, que también lo tendrán más difícil para volver al mercado laboral.

¿Preocupan los adolescentes?

Tenemos un problema muy grave que la sociedad no quiere asumir: la pornografía en el móvil. Esto se traducirá en prácticas de riesgo con sus primeras novias, muy jóvenes, porque banalizan la sexualidad que ven en la pornografía. Y si sus parejas se niegan a esas prácticas, les quedará acudir a la prostitución. Habrá un retroceso muy grande si no lo neutralizamos con coeducación y educación afectivo-sexual.

Usted tiene amistad con la vicepresidenta Carmen Calvo. ¿Comparte sus críticas al borrador de la Ley Trans que prepara Podemos?

Como directora del Institut Balear de la Dona me parece inaceptable cualquier ley que afecte a los derechos de las mujeres. Espero que eso se modifique en el proceso de la concreción de la ley.

¿Por qué considera que puede afectar a los derechos de las mujeres?

El borrador tiene una carencia de estabilidad en el tiempo. Hay que despatologizar a las personas trans, estoy de acuerdo. Pero debe haber una vocación de estabilidad en el tiempo en el cambio sexual. Por otro lado, las mujeres lesbianas tienen unas situaciones de discriminación importantísimas, y tenemos que reconocerlas todas llevándolas todas juntas a una ley LGTBI. Y tenemos un deber de protección de los menores. Hay que ser conscientes de que están en un periodo de formación de conciencia y sus decisiones no son maduras.

Se refiere a que el borrador permitirá cambiar de sexo a partir de los 16 años.

Un menor no debe tomar una decisión que sea irreversible para su vida. O que la reversibilidad acarree consecuencias graves para su salud.

¿El debate que el borrador ha generado entre el feminismo es también un debate generacional?

No lo veo así. Vivimos en un mundo en el que el neoliberalismo lo ocupa todo, incluyendo la patrimonialización del cuerpo, que es algo que debe estar al margen del comercio. Pero en estos momentos nos da la sensación de que estos valores ya no están ahí. Se han educado en igualdad y han tenido indicadores de igualdad, pero la desigualdad sigue ahí la quieran ver o no. Nos queda mucho por avanzar, pero la gente joven dice que esto son batallitas del pasado. Cuando pasan a la vida cotidiana se encuentran con circunstancias que no son pasado, son presente. Hay visiones distintas, pero no hay un problema intergeneracional.

Ha habido ataques feroces a feministas de larga trayectoria como Lidia Falcón y Amelia Valcárcel por su oposición al borrador. Lo llamativo es que han llegado desde el propio feminismo.

A veces se instrumentaliza a la gente. Los ataques a Lidia Falcón y a Amelia Valcárcel, o ahorcar una figura con la cara de Carmen Calvo, son de una agresividad desbocada. Y eso es porque uno de los problemas de este borrador es que quiere regular los deseos. Pero los deseos y los sentimientos no se pueden establecer normativamente. Por tanto, esta agresividad es una reacción a cómo desde la racionalidad se están impugnando estos principios.

¿Cuáles son sus metas esta legislatura?

Disminuir el índice de violencia porque hemos sido capaces de hacer mucha prevención. Iniciar el camino para ser un territorio libre de turismo sexual. Que la coeducación sea una asignatura obligatoria. Y el empoderamiento económico de las mujeres. Necesitamos una ocupación de cargos intermedios y altos cargos en áreas prioritarias como la economía del conocimiento, economía verde, agricultura sostenible y economía de cuidados de las personas, hasta ahora un refugio de economía sumergida.

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