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Patrimonio

La ciudad púnica de Ibiza aflora durante las obras del Parador de Turismo

Hace nueve años, en la construcción del hotel de lujo en el Castillo aparecieron restos del primer asentamiento púnico, y ahora un tramo de la muralla que probablemente protegió a sus ciudadanos

Detalle de parte del muro púnico hallado en las obras del Parador. Arpa Patrimonio/Cedida por el Consell de Ibiza

Así como las civilizaciones han tenido por costumbre construir sus templos sobre los restos de otros anteriores, también protegían sus asentamientos reforzando murallas ya existentes. Por este motivo los arqueólogos del Consell de Ibiza tenían la certeza de que algo tenía que aparecer en el patio de armas del Castillo, donde se construye el Parador que más años tardará en abrirse de la historia de estos establecimientos hoteleros de propiedad pública. 

Y así ha sido. «Entre torres medievales», dentro del edificio y a unos cuatro metros de la torre del homenaje, casi a ras de suelo (bajo las baldosas y otros elementos más modernos), ha surgido orgulloso un tramo de apenas diez metros de longitud de lo que parece una muralla púnica datada entre los siglos III y IV a.C. Además, ha aflorado una cisterna asociada a la construcción del cuartel proyectado en el Castillo por Simón Poulet a principios del siglo XVIII.

"Al estar entre torres medievales había muchas posibilidades de que encontráramos algo"

Joan Ramon - Arqueólogo y técnico de Patrimonio del Consell

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El arqueólogo y técnico de Patrimonio del Consell, Joan Ramon Torres, explica que esta zona «desde el principio considerábamos que era delicada». «Lo teníamos controlado», apunta, porque «al estar entre torres medievales había muchas posibilidades de que encontráramos algo», sobre todo de carácter defensivo.

Ramon considera que es un hallazgo de relevancia y detalla que la muralla probablemente prosiga en ambas direcciones. Se protegerá la zona que ha salido ahora a la luz, para lo que ha sido necesario modificar parte del proyecto constructivo del Parador, en concreto el relacionado con el aparcamiento subterráneo fuera de las murallas renacentistas, a los pies de los baluartes de Sant Bernat y Sant Jordi, y su acceso desde el interior del edificio del Castillo, primero por un túnel que pasará bajo la muralla y luego mediante varios ascensores hasta llegar al Castillo.

Estos vestigios ya afloraron en parte a finales del año pasado; los técnicos del Consell, que visitan la obra de manera «periódica» y que mantienen una relación «casi cotidiana» con los expertos contratados por la empresa, se olían que este hallazgo tendría relevancia. El Consell prevé dar el visto bueno al modificado para permitir que prosigan las obras la próxima semana.

El cambio en el proyecto, apunta Ramon, consiste en «bajar un poco la salida de estos ascensores [que conectarán el final del túnel con la superficie, dentro del Castillo] para que pasen por debajo de los elementos patrimoniales manteniendo el recorrido».

Parte de la cisterna de principios del siglo XVIII en el Castillo. Arpa Patrimonio/Cedida por el Consell de Ibiza

«En un primer momento se excavó todo el exterior del baluarte y salieron cosas de escasa relevancia, como una canalización, enterramientos pero sin tumba construida y que se deberán datar por carbono 14 porque no tenían ningún elemento indicativo para precisar su cronología» recuerda Ramón. Por todo ello, «y como estaba previsto, se autorizó que continuaran las obras».

«De manera más reciente», sobre octubre del año pasado, «al intentar acceder al punto en el que los ascensores suben en vertical surgió un tramo de muro de época púnica que podría ser de una fortificación, pero para saberlo con toda certeza habrá que estudiarlo», añade el arqueólogo y técnico de Patrimonio del Consell.

Los vestigios desenterrados por las obras se corresponderían con la ciudad fundada en la acrópolis de Dalt Vila tras el abandono de sa Caleta

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Ya en 2011, cuando se retomaron las obras, aparecieron restos de la antigua ciudad fenicia. Entonces, ya se especuló con que se trataba de un hallazgo con una importancia histórica similar a la del poblado de sa Caleta, declarado Patrimonio de la Humanidad. 

De hecho, los vestigios desenterrados desde entonces por las obras del Parador en el Castillo se corresponderían, según las fuentes consultadas, con la ciudad fundada en la acrópolis de Dalt Vila tras el abandono del asentamiento de sa Caleta.

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