«Algunas empresas llevan cerradas desde octubre de 2019. La situación dramática y desesperada», afirmó ayer el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, tras la reunión mantenida con la consellera balear de Salud, Patricia Gómez, y los alcaldes de la isla, además de la gerente del Área de Salud pitiusa, Carmen Santos, y el subdirector de Atención Hospitalaria del Govern, Francesc Albertí. Marí pidió «paciencia» a los empresarios afectados por las estrictas restricciones aplicadas en la isla desde principios de enero, aunque reconoció que «es difícil tenerla cuando se está desesperado».

El presidente del Consell señaló que da por perdida la actividad turística esta Semana Santa, aunque destacó que es posible que se desplacen a la isla residentes que en realidad viven fuera o personas que tienen casa aquí. «Puede haber turismo nacional, pero el exterior es complejo», indicó Marí, que destacó la importancia de mantener «la precaución» en esta movilidad durante las vacaciones de Pascua «para no poner en riesgo la temporada». Marí insistió en que el objetivo de cara al verano es conseguir que la isla esté «en semáforo verde» y mantener y reforzar los controles en puertos y aeropuertos para evitar que los casos vuelvan a dispararse. «Una cuarta ola sería desastrosa para la temporada», continuó el presidente insular, que destacó la implicación de los empresarios que, aseguró, han asumido las pérdidas de Semana Santa con el objetivo de que Ibiza sea «un destino turístico seguro» de cara al verano.

La consellera balear de Salud, que alabó el «coraje» de los empresarios, adelantó ayer que la intención del Govern es reforzar los controles en puertos y aeropuertos en Semana Santa, en previsión de la mayor movilidad que, independientemente de que se mantenga o no el cierre perimetral de la isla, se prevé que habrá con los estudiantes y residentes que vengan a pasar unos días. Gómez afirmó que es más que posible que el Govern «rebaje el umbral» a partir del que se exige una PCR negativa en origen. La intención es pedirla también a quienes procedan, incluso, de zonas con una incidencia por debajo de los 150 casos por cien mil habitantes.

«No nos podemos permitir una temporada en blanco», insistió el presidente del Consell de Ibiza, que destacó la «preocupación» tanto por la salud de las personas como por la salud económica y social. «Son dos cosas que van relacionadas», indicó Marí.