La presidenta del Govern, Francina Armengol, advirtió ayer de que «durante las próximas semanas nos jugamos el resto de año», dado el impacto que una cuarta ola de coronavirus podría tener tanto en el aspecto sanitario como en el económico, de ahí que insistiera en que lo que se puede poner en riesgo son tanto las vidas humanas como los empleos.
Por ello, y pese a la mejoría de los datos sanitarios, subrayó que Balears se va a mantener entre las comunidades autónomas más restrictivas, en la línea de la postura adoptada por Alemania o el Reino Unido. Aunque pidió disculpas por los errores cometidos durante la pandemia, insistió en que se va a mantener la obstinación para no realizar una desescalada demasiado rápida.
En este sentido, afirmó que la Mesa del Diálogo Social cuenta con una estrategia a tres meses vista, aunque afirmó que el alcance de las restricciones se va a seguir revisando cada 15 días, por lo que prefirió no vaticinar qué tipo de medidas se van a tomar de cara a la Semana Santa. Sin embargo, sí lanzó una advertencia: de la misma forma que la desescalada va a ser muy prudente y lenta, el endurecimiento de las restricciones se aplicará con carácter inmediato si los datos sanitarios empeoran. Por ello, hizo un llamamiento a la responsabilidad de los ciudadanos, que fue secundado por los agentes sociales.
La presidenta añadió que el plan de vacunación se está cumpliendo, y señaló que el drama en relación a este tema es que la producción de estas vacunas es más lenta que la capacidad para administrarlas. En cualquier caso, subrayó que se tiene que diseñar una estrategia de movilidad, con la creación de corredores seguros, que sea ajena a esta vacunación.
Negueruela
En la misma línea, el conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, aseguró ayer que prefiere no poner en riesgo la recuperación acelerando la desescalada pensando en la Semana Santa, con el objetivo de alcanzar una «fuerte recuperación» en verano gracias al turismo internacional, especialmente el británico y el alemán.
