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Miguel Ángel Tavira, oficial de la Policía Local de Santa Eulària: "Llevar a cabo un rescate y salvar una vida es lo máximo"

El agente se lanzó al mar el pasado domingo para sacar de las aguas revueltas a un pescador herido que fue arrastrado por una ola inesperada

La policía rescata a un pescador en Santa Eulària

La policía rescata a un pescador en Santa Eulària

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La policía rescata a un pescador en Santa Eulària José María Alonso

No es la primera vez que en Ibiza un pescador se ve arrastrado mar adentro por la fuerza de una ola, es algo que ocurre de vez en cuando. En esta ocasión fue en la zona de Cala Olivera. Su compañero dio la voz de alarma y al lugar acudieron varias patrullas, entre ellas la de Miguel Ángel Tavira, que tras explicar al hombre que estaba en el agua cómo mantenerse a salvo, decidió lanzarse al agua. Y le salvó la vida

El oficial de la Policía Local de Santa Eulària Miguel Ángel Tavira Furniet (Ibiza, 1987) se siente satisfecho y feliz. «Llevar a cabo un rescate y salvar una vida es lo máximo, tanto a nivel personal como profesional». Así fueron las cosas, en la jornada del domingo pasado para este joven agente de 33 años de edad que ya lleva once de servicio. Un pescador aficionado se vio sorprendido en la zona de Cala Olivera por una ola que le golpeó contra las rocas y le arrastró mar adentro. Una situación que ya se ha vivido muchas veces en la isla, y que con toda probabilidad podría haber acabado en tragedia si no llega a ser por el rescate que llevó a cabo Tavira. 

El pescador rescatado, ya a salvo en las rocas. Ase

Era la primera vez que este agente, que lleva tres años trabajando en la Policía Local de Santa Eulària y antes estuvo ocho en la de Sant Josep, se enfrentaba a una situación de este tipo, muy tensa, en la que es muy importante mantener la cabeza fría y tomar las decisiones acertadas. 

«Recibimos el aviso de que un pescador estaba en el agua en la zona de Cala Olivera, que estaba herido en una pierna y que no podía salir», explicó ayer el policía. Según el Ayuntamiento, el hombre estaba pescando con un amigo y una ola le tumbó contra las rocas, lo que le causó heridas en una pierna; después, la ola se lo llevó mar adentro y quedó flotando en una zona con bastantes corrientes, de forma que no conseguía regresar a tierra por sus propios medios.

«Cuando llegamos al lugar, lo primero que hice fue analizar la situación con base en tres factores: el estado de la víctima, la orografía de la zona y la meteorología», recordó el agente. «Tal y como estaban las cosas, decidí en un primer momento dar instrucciones al pescador sobre técnicas de nado y respiración, y también de hacia dónde debía dirigirse con el objetivo de llegar a una zona segura» para, posteriormente, intentar alcanzar la orilla, ya fuera por él mismo o con ayuda. En ese momento, los agentes aún desconocían la gravedad de la herida que el hombre tenía en la pierna.

«Después me acerqué a la zona segura para introducirme en el mar, llegar hasta el punto en el que estaba el pescador y remolcarlo hasta a la orilla», rememoró Tavira. Aunque en la zona no cubría mucho, y de hecho el agente no tuvo necesidad de nadar, el mar estaba muy movido y el pescador no conseguía salir del agua.

Una vez en la orilla, los agentes protegieron al pescador con una manta térmica y el personal médico organizó su traslado

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Ya en las rocas, «realizamos al pescador los primeros auxilios, sobre todo por el principio de hipotermia que tenía, y nos encargamos de él hasta la llegada del personal sanitario del 061, que organizó el traslado al hospital», relató agente. 

«Lo más complejo de todo era la orografía de la zona, el oleaje y que desconocíamos la gravedad de la herida», valoró. «Lo primero que te pide el cuerpo en una situación como ésta es lanzarte al mar, pero una de las reglas básicas del salvamento marítimo es mantener la cordura y no lanzarse al agua salvo que sea imprescindible», ya que de tener una persona con problemas en el agua no es difícil pasar a tener dos. Fue una actuación muy rápida. En total, el pescador pasó una media hora dentro del agua.

«Al ver la situación, y comprobar que el pescador estaba consciente y relativamente calmado, dentro de lo crítica que era la situación, ya que hacía caso a las indicaciones que le dábamos, decidí que lanzarme era la mejor opción», razonó el agente.

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