Patricia Gómez, consellera de Salud del Govern, ha admitido hoy que se equivocaron el primer día de vacunación, el 27 de diciembre, día en que se inmunizaron contra el covid hasta seis cargos del IB-Salut y del Consell de Mallorca. “Nos equivocamos al no calcular que sobrarían dosis y por ello se decidió vacunar a este personal sanitario para no tener que tirar la vacuna, ya que al fármaco le quedaba una hora de vida”, ha asegurado Gómez.

La consellera de Salut ha explicado que la vacuna tiene que diluirse en suero, no puede ser transportada y tiene unas horas de vida. Por este motivo el día que llegaron las primeras vacunas a Mallorca se dirigieron a la residencia de la calle Oms donde se vacunaron a 62 usuarios y 92 profesiones sociosanitarios. Cuando terminaron la vacunación se dieron cuenta que sobraban 11 dosis “y había que decidir si las tirábamos o se vacunaba a un personal sanitario que en unas semanas le hubiera tocado vacunar”, ha relatado.

Con esta explicación, Gómez ha reconocido que se saltaron el protocolo, ya que a estos cargos no les tocaba vacunarse ese día. La consellera ha dejado claro que no son cargos políticos, no tienen el carnet del PSOE y ha recordado al PP que ellos “piden el carnet del PP a la directora de enfermería, nosotros no”.

Declaración responsable

Sobre las listas de las residencias, Gómez ha vuelto a reiterar que han vacunado a la gente que los geriátricos les ha mandado. No obstante, también ha reconocido falta de control al respecto y por este motivo, ha anunciado que exigirán una declaración responsable a los centros geriátricos para que asuman la responsabilidad de que por edad y por situación están dentro de la fase de vacunación que marca el protocolo del Ministerio de Sanidad.

En cuanto a la casa sacerdotal de Sant Pere y Sant Bernat donde se vacunó el obispo Taltavull, la conselleria de Salud ha afirmado que "la tenemos reconocida como una residencia y por ello se vacunó allí". Gómez ha apuntado también que "no he hablado con el obispo".

La diputada de Podemos Antònia Martín ha puesto en duda las palabras de la consellera, ya que ha asegurado que según su información la casa sacerdotal no está reconocida como residencia geriátrica.