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Una sentencia atribuye a la constructora y la falta de control las deficiencias en el dique de Botafoc de Ibiza

El TSJB confirma la resolución de la Autoridad Portuaria que declaraba «responsables solidarios» a la constructora y a la empresa encargada de la supervisión de los trabajos del deterioro del espaldón, valorado en un millón de euros

Reparación del dique de es Botafoc del puerto de Ibiza. César Navarro

El Tribunal Superior de Justicia (TSJB) confirma la resolución de la Autoridad Portuaria de Balears (APB), de julio de 2018, por la que declaraba a la constructora del dique de es Botafoc del puerto de Ibiza (la UTE Dragados-Drace-Aglomsa) y a Intemac, la empresa que llevó a cabo la asistencia técnica en el control de las obras, responsables «solidarios» de «las deficiencias y vicios» detectados en el espaldón vertical. El coste de reparación de las deficiencias asciende a casi un millón de euros, más IVA. La APB ya ha ejecutado obras de reparación del dique por su cuenta ante la oposición de la constructora a hacerlo, pero con la intención de reclamarle en los juzgados su pago, según explica un portavoz del organismo que gestiona los puertos de competencia estatal en las islas. La construcción del dique tuvo un coste de 49 millones de euros.

Con esta sentencia, el tribunal balear desestima el recurso que presentó Intemac contra la resolución de la APB que ordenaba la subsanación de las deficiencias y confirma que ésta, junto con la UTE constructora, son «responsables solidarias» de los defectos de construcción del espaldón del dique, que es el muro que lo corona, la parte visible. La filtración del agua del mar (cloruros) en el interior del espaldón produjo una pérdida generalizada del recubrimiento de las armaduras por el incremento de la corrosión. En sólo seis años desde la construcción del dique se detectó este problema, que, según la empresa Composan, Puentes y Obra Civil, se debía, entre otras cosas, a que el recubrimiento de algunas armaduras era de unos 40 milímetros, cuando debería haber sido de entre 45 y 50 milímetros y que «la relación agua/cemento era demasiado alta para obtener una impermeabilidad elevada». Este informe se hizo en marzo de 2012.

Hay fisuras en grandes zonas, en algunos casos muy superficiales, de entre uno y dos milímetros, pero en otras más profundas de hasta 10 milímetros

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Posteriormente, la APB encargó otro informe sobre las patologías del hormigón al Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), dependiente del Ministerio de Fomento, que, tras analizar 10 testigos (ensayos de penetración del agua) obtenidos en el morro, el espaldón y la solera del dique, halló que en cinco casos se incumplía el valor requerido en un ambiente marino aéreo 111a (el que se determinó en su día). El valor medio de penetración máxima era de 50,6 milímetros, justo sobre el límite de 50. Cedex atribuyó esta anomalía a «la baja calidad del hormigón». También se observaron fisuras en grandes zonas, en algunos casos muy superficiales, de entre uno y dos milímetros, pero en otras más profundas de hasta 10 milímetros. Este defecto se asocia a «la desecación del hormigón recién colocado por deficiencias en el curado aplicado».

Dos operarios arreglan desperfectos en la parte exterior del espigón César Navarro

Cedex también determinó que el ambiente de exposición al agua de mar del dique no debía ser el 111a, expuesto a los elementos, puesto que en condiciones meteorológicas no especialmente adversas, el oleaje ocasionado por el viento originaba salpicaduras que mojaban y encharcaban la solera horizontal exterior.

«Defecto de diseño»

En sede judicial, Intemac reconoció las anomalías, pero las atribuyó a «un defecto del diseño», la redacción del proyecto, en el que no intervino, ya que fue contratada única y exclusivamente para la asistencia técnica en el control de las obras. Así, esta empresa, cuyo contrato ascendía a casi 1,2 millones de euros, alegó que sus funciones no tenían nada que ver con las del proyectista, en referencia a la elección del tipo de hormigón y su dosificación en el espaldón, según relata la sentencia. También reducía el coste de las obras de reparación de las deficiencias: 772.400 euros.

El tribunal sostiene, en cambio, que Intemac, según el pliego de prescripciones técnicas, debía informar a la dirección de obra sobre posibles omisiones o anomalías en el proyecto o en la ejecución de las obras, especialmente sobre aquellas que pudieran denotar falta de calidad en un material, como por ejemplo el error del tipo de cemento, e incluso ejecutar pruebas y ensayos en conjuntos de unidades de obra ya terminados. La sentencia añade que del informe de Cedex se desprende también que era Intemac la que debió vigilar adecuadamente la ejecución de la obra y, como resultado de ello, proponer a la dirección de obras cambiar el hormigón 111a al 111c, y corregir otros defectos en la construcción.

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