Con todos los restaurantes y bares cerrados debido a las alarmantes cifras de contagios por covid, las calles de Sant Antoni, como casi todas de cualquier municipio de la isla están tristes, sin apenas gente. Ayer a media mañana, el restaurante Villa de Portmany, que todavía conserva el cartel con su antigua denominación Villa Manchega, tenía la persiana tímidamente subida. Miquel Tur, propietario de ese local y vicepresidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías de la Petita i Mitjana Empresa d'Eivissa i Formentera (Pimeef) no espera a ningún cliente. Ayer y hoy solo espera la visita de otros colegas, amigos y compañeros que con sus negocios cerrados han decidido donar parte de su mermado almacén de productos de alimentación a quienes más lo necesitan.

En una de las mesas del restaurante se amontonan botellas de leche, garrafas de aceite, envases de harina, bolsas de pasta, latas industriales de productos de lo más variado, desde macedonia de frutas a legumbres o verduras, caldo precocinado, varios kilos de patatas y naranjas recién cogidas, mermeladas, aceitunas... en fin un poco del día a día de la materia prima de los restaurantes que han tenido que cerrar sus puertas.

«En esta ocasión no tenemos tanto stock almacenado como en marzo del año pasado, cuando tuvimos que cerrar de golpe. Ahora, casi todos los que nos dedicamos a la restauración compramos casi a diario porque no sabemos qué pasará durante la jornada ni en los próximos días», señala. Tampoco las cajas de los establecimientos de hostelería son tan boyantes como a principios de 2020 cuando a nadie se le podía pasar por la cabeza que un país entero se iba a confinar por culpa de un virus.

Con la certeza de que volverán a abrir sus puertas más tarde de lo que les gustaría, algunos de los productos que utilizan los restaurantes caducarán, por lo que nada mejor que donarlos a quienes más lo necesiten.

Verónica Juan, presidenta de la Asociación de Restauración de la Pimeef, explica ante la mesa donde poco a poco se van amontonando algunos productos que la idea es donar los alimentos a Cáritas y a Carritos Solidarios, aunque vistos los tamaños industriales de gran parte de los envases «seguramente muchos de los productos se utilicen para preparar comidas en los comedores sociales», apunta.

Hace unos días, Verónica Juan estaba hablando sobre la situación de los almacenes con unos compañeros del sector de la restauración. Así es como surgió la idea de organizar esta acción solidaria. La presidenta de la Asociación de bares, restaurantes y cafeterías asegura que en esta fecha los bancos de alimentos solidarios están bajo mínimos, ya que en Navidad se suelen realizar muchas donaciones pero después suelen bajar considerablemente.

De todas formas, ante la situación tan dura que atraviesa el sector de la hostelería, Verónica Juan desvela que en estos momentos tan complicados «algunos empresarios no están en situación de donar ya que si hay excedentes los necesitan para su familia».

Donante particular

Donante particular

Aunque la iniciativa surgió entre los empresarios de la hostelería y está pensada para que ellos donen los productos que consideren, mientras Verónica Juan y Miquel Tur colocan algunos productos en cajas, entra en el restaurante Santiago Hernández con una bolsa llena de frascos de cristal y alimentos envasados. «He leído en Diario de Ibiza que en este restaurante recogían productos para los más necesitados y he venido con algo, a pesar de que estoy parado», dice mientras abandona a toda prisa el establecimiento. «Un gesto muy bonito. La situación es tremenda», apunta Verónica Juan sin que le haya dado tiempo a dar las gracias a este vecino de Sant Antoni.

Donaciones anónimas

Donaciones anónimas

El anonimato es otra de las claves de esta iniciativa, por lo que la asociación no tiene previsto ni hacer un listado de establecimientos que han donado ni preguntar a los donantes el nombre de su negocio.

Tanto Juan como Tur agradecen al sector el esfuerzo que está haciendo en estos momentos y durante el año, ya que una gran parte de los establecimientos colaboran habitualmente con las entidades benéficas con donaciones de platos cocinados o de alimentos de todo tipo.

Mientras colocan los productos el comentario no puede ser otro: «las cifras de contagio son una barbaridad. Como sociedad hemos sido muy irresponsables en las fiestas de Navidad».