Adaptarse a las circunstancias o morir, ese es el dilema al que se enfrentan numerosos negocios del sector de la restauración de Ibiza en estos tiempos de pandemia. Con la isla en fase 4 desde el pasado día 13, unos cuantos se han agarrado a la única tabla de salvación que en estos momentos les queda, el delivery y el take away. Es el caso, por ejemplo, de Can Tina, en Ibiza.

«Con el servicio a domicilio no vamos a ganar dinero. Lo que intentamos es cubrir gastos y minimizar las pérdidas para que, cuando podamos levantar la persiana de nuevo, tengamos algo de fluidez de caja». Lo explica Juan Olmos, socio del negocio junto a Jeremías Monti y Arnau Sala, que es, además, el jefe de cocina. Ellos tres solos se encargan en estos momentos de sacar adelante todo el trabajo, no queda otro remedio.

Sala está en la cocina, mientras Olmos y Monti se encargan de tomar nota de los pedidos y llevar los encargos a domicilio. «No podemos pagar un repartidor, vamos nosotros mismos con nuestros coches particulares», explica Monti, que acaba de regresar a Can Tina después de hacer una entrega. En la puerta de la tasca se ha encontrado a una mujer echando un vistazo a la pizarra que hay en el exterior en la que se anuncia que Can Tina ofrece servicio a domicilio. Monti le comenta, servicial, que la carta está colgada en Instagram.

Mientras, Olmos sirve un vaso de vino para llevar a Vicent, que acaba de llegar a Ibiza desde Sant Jordi, y otro de café americano a Javier Vergara, que es de Sant Josep y está en Vila haciendo un par de recados.

Gastón, Teresa y su hijo Martí, listos para irse «de ruta», pasan a recoger el pedido que han hecho hace unos minutos, tres 'serranitos'. Tienen un negocio de tatuajes muy cerca y son clientes habituales de Can Tina. «Trabajamos todo el día así que a veces encargamos comida. Además, ahora mismo es el único capricho que te puedes dar», comenta Gastón.

Aunque, como esta familia, hay algunos otros vecinos de la zona que se acercan para pedir un café o un bocadillo para llevar, la mayoría opta por el servicio a domicilio, según explica Olmos.

Tanto el take away como el delivery están disponibles de lunes a domingo. «No cerramos ni un día ahora. En la situación en la que estamos no se puede decir no ni a un bocadillo de chóped», afirma Monti.

El trabajo se concentra el sábado y el domingo, que es cuando más pedidos reciben, sobre todo, de arroces. Olmos explica que han optado por reducir la carta para centrarse en los platos que mejor acogida tienen y en aquellos que se pueden «hacer al momento».

Son tiempos difíciles para la restauración, especialmente, señala Olmos, para aquellos negocios que acometieron una gran inversión en 2020. Es el caso precisamente de Can Tina, que abrió en plena pandemia, el 11 de junio. «Todavía arrastramos deudas de la inversión inicial que hicimos», afirma. Los propietarios de este negocio, aunque están satisfechos con la buena aceptación que ha tenido el restaurante, señalan que «el concepto de trabajar al volumen que aplica Can Tina en este momento, con la situación generada por el coronavirus , es casi inviable porque es deficitario».

Olmos, portavoz también de la Associació de Bars i Restaurants de l'Illa d'Eivissa (ABRE), se queja de que «la Administración siga cobrando el cien por cien de sus impuestos». «Nos venden como si nos hicieran un favor exonerarnos durante el primer trimestre de los impuestos de la basura y de terrazas, pero faltaría más que no lo hicieran teniendo en cuenta que no nos están dando estos servicios», remarca.

Con la vista en la temporada

En cuanto a las perspectivas de futuro, Monti señala: «Somos realistas. Damos por perdido febrero. Pensamos que hasta mediados de marzo no podremos reabrir. Y aún nosotros somos afortunados porque tenemos el servicio a domicilio, que aunque casi no nos da para cubrir gastos, por lo menos nos permite tener la cabeza ocupada y gastar todo el género que teníamos cuando tuvimos que cerrar», señala.

A mediodía comienza el ajetreo de pedidos tanto en Can Tina como en Casa Manolo, en Platja d'en Bossa, donde el cocinero está preparando una paella para llevar. «El fin de semana tenemos muchos más encargos, sobre todo de paella mixta y bullit de peix», explica Daniel Figueroa, el encargado.

Casa Manolo es otro de los restaurantes que ha optado por ofrecer delivery y take away. Ya lo hizo en marzo del año pasado, cuando se declaró el estado de alarma y se decretó el confinamiento. «Cuando cerramos recibimos muchas llamadas de clientela de toda la vida preguntando si servíamos paellas a domicilio, así que decidimos dar este servicio. Funcionó muy bien, tuvimos bastantes encargos y afortunadamente pudimos trabajar una parte de la plantilla», comenta.

Cuando el establecimiento reabrió, detalla el encargado, la entrega a domicilio se mantuvo solo para casos excepcionales, «para dar servicio a personas mayores o gente con movilidad reducida».

Desde la pasada semana, cuando tuvo que cerrar al público de nuevo, Casa Manolo ha vuelto a poner en marcha la recogida de comida en puerta y la entrega a domicilio, de lunes a domingo. «La primera semana ha ido muy bien. Tenemos bastantes pedidos», asegura Figueroa.

El equipo de trabajo del restaurante ahora mismo se reduce a tres personas, contando con el propietario, Manolo Rodríguez. Después de un 2020 que ha sido «un cataclismo», con una temporada de verano que «solo ha durado un mes, agosto», el restaurante confía en que las perspectivas mejoren a partir de mayo. «Ganancias no hay. Nuestro objetivo esta temporada ha sido seguir abiertos para mantener a nuestra plantilla fija. Desde agosto prácticamente somos una empresa sin ánimo de lucro, pero intentaremos resistir hasta el final», asegura.

«La situación es muy complicada. Por lo que se comenta, la Semana Santa está perdida y como muy pronto la temporada comenzará en junio a medio gas», señala Juan Dangelo, uno de los socios de Tokio Ibiza. El restaurante, explica, está cerrado en estos momentos, pero a partir del 3 de febrero pondrá en marcha el servicio de entrega a domicilio. No confía en que Ibiza deje la fase 4 el 30 de enero.

Este negocio, nacido en plena pandemia, se estrenó en Ibiza en abril de 2021 solo con servicio de delivery y a partir de junio abrió un restaurante. Desde que empezó a funcionar, el negocio ha tenido que cerrar en tres ocasiones debido a las restricciones sanitarias.

«Son momentos difíciles y el gobierno no ayuda. Tenemos los mismos gastos que si estuviéramos a full, cuando no estamos trabajando ni al 30 por ciento de un año normal y no percibimos ninguna ayuda», se queja. Dangelo explica que no quieren recurrir a las líneas ICO que se han habilitado, porque «no son una ayuda, sino un préstamo del banco».

Con el servicio de reparto a domicilio, Dangelo espera, «por lo menos, poder cubrir los gastos de personal y el alquiler y conseguir dar una imagen de que el negocio sigue en marcha» para fidelizar clientes. «Aguantaremos todo lo que podamos, aunque sea poniendo nuestro dinero», concluye.

Con bares, restaurantes y cafeterías cerradas, en Catering s'Olivera han notado un incremento de demanda. En noviembre de 2020 la empresa puso en marcha el producto 'Tu táper', una tienda online en la que se pueden adquirir platos de comida las 24 horas del día y recogerlos en su sede física de lunes a viernes. El servicio «arrancó muy bien y los carta de Navidad también tuvo muy buena acogida. Luego volvimos a la normalidad», señala la directora, gerente y propietaria, Pilar Escandell. «Esta semana hemos notado un incremento de las llamadas, puede que se hayan doblado con respecto a las que recibíamos antes de entrar en fase 4. Hay mucha gente que está confinada en su casa y este producto le encaja muy bien», señala.

Escandell reconoce que no esperaba la aceptación que está teniendo 'Tu táper', un proyecto nacido en plena pandemia, pero que la directora de Catering s'Olivera ya tenía en mente desde hace dos años.